Los abusos ocurrieron entre 2005 y 2007 en el Internado Ángel Gelmi; pese a que la Iglesia lo expulsó, Santana huyó y nunca se escondió realmente, dando algunas entrevistas en las que reconoció parcialmente los hechos, aunque en otras ocasiones los esquivó.
Brújula Digital|27|09|25|
El excura uruguayo Juan José Santana, denunciado por abusar sexualmente de 30 niños en un internado de Bolivia, fue detenido en su país después de haber estado 17 años prófugo, según informó El País de Montevideo.
Después de la detención, lo que corresponde judicialmente es que las autoridades uruguayas analicen el pedido de extradición presentado por Bolivia. En caso de que exista un requerimiento vigente y la Justicia de Uruguay lo acepte, Santana podría ser enviado a Cochabamba para enfrentar un proceso penal por los delitos de abuso y violación.
Si la extradición no prospera, la Justicia uruguaya podría abrirle un proceso local, ya que los delitos sexuales contra menores son perseguibles en cualquier jurisdicción.
Una investigación de ese diario reveló que el exsacerdote nunca se escondió realmente. A pesar de las denuncias en su contra, nadie había ido a detenerlo.
El País agregó que Santana llevaba una vida reservada: permanecía casi todo el día encerrado y salía únicamente a caminar algunas cuadras al caer la tarde. En estos 17 años, recibió a tres periodistas que le pidieron explicaciones. Reconoció algunos hechos, pero en otras ocasiones trató de esquivarlos.
Los abusos por los que es acusado ocurrieron en Tapacarí, una localidad cercana a Cochabamba, donde el uruguayo llegó en 2005, cuando tenía 36 años. Allí dirigía el ala masculina del Internado Ángel Gelmi, que albergaba a 72 varones de entre 8 y 17 años, dijo Infobae.
El 2007, el arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, anunció en conferencia de prensa que uno de sus sacerdotes había cometido abusos sexuales contra menores. Solari pidió perdón, ofreció ayuda psicológica a las víctimas y confirmó que se iniciaba el proceso para expulsar a Santana de la Iglesia, lo que se concretó en 2011, recordó Infobae.
Pero cuando se conoció públicamente el caso, Santana ya había escapado. De acuerdo con testimonios de víctimas recogidos por la prensa, el sacerdote los invitaba a ver videos en su cuarto, los encerraba con llave y los sometía a diferentes prácticas sexuales. La Justicia boliviana lo declaró rebelde e Interpol lo ubicó en Uruguay, pero permaneció en libertad, agregó Infobae.
Infobae explicó que hay dos versiones sobre cómo se destaparon los delitos: una sostiene que una religiosa lo sorprendió en una situación comprometedora con un interno; otra, que un adolescente le relató entre lágrimas lo ocurrido. En ambos casos, la religiosa denunció la situación a El País.
En 2010, el diario uruguayo La República lo entrevistó y Santana reconoció: “Son ciertas. Es lo que te puedo decir; sabés una cosa, estoy muerto”. En 2023, el diario boliviano El Deber también lo buscó y él admitió que el escándalo había sido “un mazazo terrible” para su familia. “Estoy destrozado. Lo único que te puedo decir es eso. Yo dejé de vivir después de que pasó eso…”, declaró.
Más recientemente, la periodista Mariangel Solamita de El País de Uruguay lo visitó en Salto. Santana se mostró evasivo: “Yo no sé qué decirles… Preferiría no decir nada. Y con todo el tiempo que ya pasó, con más razón todavía, ¿no?”. Cuando le recordaron sus propias declaraciones anteriores, respondió que no había sido “tan así” y se molestó al ver publicadas esas afirmaciones, agregó Infobae.
Finalmente, el excura insistió en no hablar: “No voy a hablar de esto. Es muy difícil, es muy doloroso. Lo único que puedo decir es muy doloroso y sigue siendo muy doloroso. Sería volver a resolver y generar un dolor”, dijo Infobae.
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