Olimpiadas Especiales Bolivia, en el marco de la Semana de la inclusión, hace un llamado urgente a construir una sociedad verdaderamente inclusiva, donde las personas con discapacidad intelectual sean vistas, escuchadas y tengan acceso pleno a educación, salud, empleo y participación social, destacando al deporte como herramienta clave para derribar prejuicios y generar comunidades más empáticas.
Brújula Digital|15|07|25|
En Bolivia, más de 400 mil personas con discapacidad intelectual siguen enfrentando barreras que las marginan de la educación, el empleo y el acceso a la salud. Con el objetivo de visibilizar esta realidad y movilizar a la sociedad hacia el cambio, Olimpiadas Especiales Bolivia celebra del 14 al 20 de julio la Semana de la inclusión, en el marco del aniversario internacional de este movimiento fundado en 1968.
“Más que una fecha recordatoria, esta semana es un llamado necesario a reflexionar, actuar y transformar”, afirmó Mónica Rivero, presidenta del directorio de Olimpiadas Especiales-Bolivia. “¿Qué tipo de sociedad queremos construir, una que excluye o una que tiende puentes?”, cuestionó.
La mayoría de las personas con discapacidad intelectual en el país vive al margen de la vida social, económica y cultural. Según Rivero, “en pleno siglo XXI enfrentan prejuicios, discriminación y falta de acceso incluso a derechos básicos como salud y educación”.
Las estadísticas reflejan el problema: este grupo poblacional tiene hasta el doble de probabilidades de morir jóvenes por condiciones prevenibles. “¿Por qué? Porque no son vistas ni escuchadas”, lamentó Rivero.
El desafío es también educativo y laboral. Los niños y jóvenes con discapacidad intelectual suelen ser excluidos de escuelas regulares, y el número de quienes acceden a un empleo es tan bajo que ni siquiera hay estimaciones claras. “Cuando una sociedad excluye a miles de personas, se empobrece”, agregó.
El deporte, una herramienta transformadora
Desde hace más de cinco décadas, Olimpiadas Especiales ha demostrado que el deporte puede derribar prejuicios. Sus programas de deporte unificado, donde personas con y sin discapacidad juegan en un mismo equipo, muestran que la convivencia genera comunidades más solidarias y empáticas. Además, sus iniciativas abarcan salud, liderazgo y educación para el desarrollo integral de los atletas y sus familias.
Rivero recalcó que la inclusión es tarea colectiva, con roles clave para el sector privado y el Estado. “Las empresas pueden diseñar programas laborales inclusivos y crear campañas donde las personas con discapacidad intelectual sean protagonistas. El gobierno, por su parte, debe garantizar políticas públicas que aseguren su participación plena en salud, educación, bienestar y trabajo”, dijo.
Un llamado a participar
Durante la Semana de la inclusión, Rivero invitó a la ciudadanía a sumarse activamente. “Habla sobre inclusión, sé empático, conversa con personas diferentes a ti, y usa algo rojo como símbolo de tu compromiso. Porque la verdadera inclusión no es tolerancia. Es pertenencia. Y nuestra sociedad no está completa hasta que todos somos parte de ella”.
La agenda de actividades de la semana de inclusión se encuentra adjunta.
BD/RED