|OPINIÓN|“Se murió Eligio”, penas de un cincuentón|Julio Linares|

Brújula Digital|17|09|24|

Julio Linares

“¿Y supieron que se murió Eligio Martínez?”, decía alguien en un encuentro familiar que tuve el fin de semana. ¡Cómo no voy a saber! Hace como 35 años, cuando tuve la suerte de entrar a la zona de calentamiento de jugadores en el Siles (gracias a un gran amigo de mis papás que era el Jefe del estadio) Eligio me gritó: “¡pásame la bola chango!”, cuando un balón había llegado casi hasta mis pies. Era un partido contra Petrolero de Cochabamba. ¡Qué gran honor el mío!, le pasé la bola a un jugador del Tigre, es decir, participé de una jugada, fui feliz.

Eligio, decían las malas lenguas, tenía un dicho: “me rebasa la pelota o el jugador, pero nunca ambos”. Igual, en el arco estaba su eterno compañero, Luis Galarza, tal vez el mejor arquero que vistió la camiseta aurinegra y la del seleccionado boliviano. Eliminatorias para el Mundial 1982, de esos éxitos que nunca se olvidan, Bolivia le empataba en el Morumbí de Sao Paulo a la selección brasilera, Galarza tapaba todo lo que le pateaban, yo desde la tele gritando con admiración. Lucho también se fue de esta tierra hace unas semanas.

Anoche vi una serie en Netflix sobre el Fideo Di María, contando su vida y su despedida de la Selección argentina, y quién sabe del fútbol, soy tan pelotudo que hasta me sacó unas lágrimas. Seguro ya habrá un documental sobre Luis Suárez, pensaba. Y si ello ocurre, ojalá pongan esa imagen en la que celebró en la puerta del vestuario que el jugador de Ghana falló el penal que él había provocado en el Mundial de 2010 (sólo para entendidos). Seguro que también le daré una lágrima al uruguayo, ¡ídolo! Te fuiste de tu Selección unos días después de Cavani. De esas cosas que uno piensa de viejo: “¿Luego de Suárez y Cavani, hay vida en Uruguay?”.

Recuerdo también las eliminatorias para el Mundial de 1994, y con 12 kilos menos, salté, grité y lloré el gol de Etcheverry a Brasil en la General del Siles. Hace unos días supe que Sergio Rivero, y antes, Roberto Pérez “el Cañonero”, que fueron a ese Mundial, habían pasado a otra vida también.

Ya me parezco a los “viejos” de antes, cuando hablo del Tigre con mi familia, creo que el mejor 10 fue Escóbar; el mejor arquero, Galarza; el mejor defensor, Sánchez; el mejor mediocampo, el Negrito Castillo. Ya sólo hablo del pasado, incluso tres de ellos ya partieron.

No me pierdo una final de la Champions League desde que me acuerdo, tampoco las semifinales. Y como soy asiduo fanático de la Liga inglesa, me sé los apellidos de los jugadores de ahora, los que ya podrían ser mis hijos; pero cuando me dicen ¿quiénes crees que fueron los mejores?, siempre responderé: Ronaldinho y Ronaldo, no hubo mejor que ellos. Y debo explicarles, mostrarles a los chicos de hoy qué hacían esos genios.

Martins deja la selección y hay unos cuantos ignorantes que se alegran, no saben lo que significa, ojalá tengamos nuevamente a alguien como ese gladiador que me dio una de las tardes más bellas de mi vida desde la General del Siles. Martins hacía el primer gol, asistía, y junto a sus compañeros, le metimos seis goles a Messi, con Maradona en el banquillo.

Se están yendo todos, nos estamos yendo todos, penas de un cincuentón. Hice del fútbol mi vida y luego de sentir la pena de la muerte de Eligio con mi familia, hablé del 2-1 a Chile, que el segundo metió el Miguelito del Santos y que somos la selección más joven del mundo. Charlando así, se van las penas…

Julio Linares es hincha (nostálgico) de fútbol. También es economista.