Una comisión de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) junto a la Fiscalía de Delitos Ambientales encontró en la comunidad de Casarabe, provincia Cercado, los cuerpos de 41 caimanes yacaré sin piel y en avanzado estado de descomposición a orillas de una laguna.
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Una comisión de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) junto a la Fiscalía de Delitos Ambientales encontró en la comunidad de Casarabe, provincia Cercado, los cuerpos de 41 caimanes yacaré sin piel y en avanzado estado de descomposición a orillas de una laguna.
Las primeras pericias apuntan a un caso de biocidio por caza ilegal de fauna protegida, lo que constituye un delito según la normativa ambiental vigente. “Este hallazgo constituye un presunto delito de biocidio”, informó el Comando Departamental de la Policía en Beni mediante un comunicado.
El operativo contó con la presencia de un fiscal especializado, quien dispuso el inicio inmediato de las investigaciones para identificar a los responsables y rastrear el destino de las pieles de los animales, presumiblemente destinadas al comercio ilegal.
Pofoma anunció que hará un seguimiento del caso, sin descartar la participación de redes dedicadas a la caza furtiva y al tráfico de especies silvestres. Este tipo de actividades, además de estar penalizadas por la ley, representan una grave amenaza para la biodiversidad amazónica.
El caimán yacaré (Caiman yacare), nativo de los ecosistemas acuáticos de la región, es una especie protegida en Bolivia. Su aprovechamiento está regulado bajo un sistema de cuotas que busca garantizar la sostenibilidad de la población. Sin embargo, la extracción ilegal de sus pieles —principalmente de la cola y los flancos, muy cotizadas en el mercado por su resistencia y exclusividad— ha convertido a esta especie en blanco de redes de tráfico que operan en la región.
BD/RED