Muñoz Hoffman, quien reconoció haber ingresado ilegalmente a Bolivia, fue detenido por Interpol Bolivia a las afueras del consulado de Chile; según informaron las autoridades, será deportado a Chile por el paso fronterizo de Tambo Quemado.
Brújula Digital|07|01|25|
El lunes, las autoridades bolivianas informaron la captura de Pablo Muñoz Hoffman en la ciudad de La Paz. Este exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), buscado durante casi tres décadas, era el último prófugo de los cuatro guerrilleros que protagonizaron la icónica fuga en helicóptero desde la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago (CAS) el 30 de diciembre de 1996, una operación conocida como “la fuga del siglo”.
Muñoz Hoffman, quien reconoció haber ingresado ilegalmente a Bolivia, fue detenido por Interpol Bolivia a las afueras del consulado de Chile; según informaron las autoridades, será deportado a Chile por el paso fronterizo de Tambo Quemado. Su captura cierra un capítulo emblemático de la historia reciente chilena y revive recuerdos de una época marcada por la violencia política y las acciones del FPMR.
El director nacional de Interpol Bolivia, Juan Carlos Bazoalto, informó que personal del Consulado de Chile en La Paz alertaron a la Policía boliviana sobre la presencia de Pablo Muñoz Hoffman cerca de esa sede diplomática. "Tras recibir la alerta por parte del personal de seguridad del consulado, nos desplazamos al lugar, lo interceptamos y confirmamos su identidad", detalló Bazoalto en declaraciones a la prensa.
El funcionario también explicó que Muñoz Hoffman no presentó ningún tipo de documentación al momento de su detención. Posteriormente, una revisión de los registros migratorios confirmó que no había ingresado a Bolivia por ningún puesto de control regular.
Una fuga inolvidable
La fuga, llevada a cabo por Muñoz Hoffman junto a Mauricio Hernández Norambuena (alias “comandante Ramiro”), Ricardo Palma Salamanca (alias “El Negro”) y Patricio Ortiz Montenegro, marcó un antes y un después en la historia penitenciaria chilena. Los cuatro, condenados por asesinatos, secuestros y otros crímenes de alto impacto, escaparon del CAS en una operación que duró menos de un minuto, recordó este martes la prensa chilena.
El 30 de diciembre de 1996, los internos, que cumplían sus condenas en el patio del penal, comenzaron a rodear un balde amarillo colocado estratégicamente en el centro. A las 15:00 horas, las aspas de un helicóptero Bell Long Ranger 206 B1 comenzaron a sonar cerca del recinto. El helicóptero, secuestrado horas antes y pilotado bajo amenaza por un sargento de Carabineros, sobrevoló el penal y dejó caer una cuerda atada a una canasta de tela.
Los cuatro frentistas se apresuraron a subir. Sin espacio suficiente, dos de ellos quedaron colgados de la cuerda mientras el helicóptero ascendía rápidamente, burlando a los guardias que reaccionaron tarde. La fuga fue ejecutada con tal precisión que los frentistas tardaron apenas 58 segundos en abandonar el penal.
Horas después, el helicóptero fue hallado abandonado en una cancha de fútbol en el parque Brasil. Según declaró Ortiz Montenegro años más tarde, el grupo se separó al llegar a tierra y, en cuestión de horas, dejaron Chile sin dejar rastro.
El contexto del FPMR
Fundado en 1983 como una respuesta subversiva y terrorista a la dictadura de Augusto Pinochet, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez se convirtió en una de las organizaciones guerrilleras más activas de América Latina. Su objetivo principal era desestabilizar al gobierno militar, y entre sus acciones más recordadas están el atentado fallido contra Pinochet en 1986 y el asesinato del senador Jaime Guzmán en 1991, considerado uno de los principales ideólogos del régimen.
Aunque la democracia fue restablecida en Chile en 1990, el FPMR continuó operando, lo que llevó a la captura de varios de sus miembros. En 1992, tanto Hernández Norambuena como Palma Salamanca fueron arrestados, y junto a Ortiz y Muñoz Hoffman, terminaron en la Cárcel de Alta Seguridad. Fue ahí donde comenzaron a planear su audaz fuga.
El historial de Pablo Muñoz Hoffman
Muñoz Hoffman, quien ahora enfrenta su retorno a Chile, cuenta con un extenso historial delictivo vinculado al FPMR. Entre sus crímenes más destacados está su participación en el atentado contra el general retirado de la Fuerza Aérea Gustavo Leigh, ocurrido el 21 de marzo de 1990. También fue capturado en 1992 tras un asalto a un camión de valores en Ñuñoa, donde resultó herido en un enfrentamiento con la policía.
En 1993, fue condenado a cuatro años de prisión por asociación ilícita terrorista. Sin embargo, otros casos vinculados a él, como el asesinato de Jaime Guzmán, lo mantuvieron bajo custodia hasta su fuga en 1996.
Los destinos de los otros fugados
El destino de los otros tres protagonistas de la “fuga del siglo” varió con los años: Patricio Ortiz Montenegro fue capturado en Suiza en 1997, pero recibió asilo político y desde entonces vive en ese país; Mauricio Hernández Norambuena, conocido como “comandante Ramiro”, fue arrestado en Brasil en 2002 tras secuestrar al publicista Washington Olivetto. En 2019, fue extraditado a Chile y actualmente cumple una condena de más de 26 años; Ricardo Palma Salamanca fue detenido en Francia en 2018, pero el gobierno francés le otorgó asilo político, rechazando su extradición a Chile.
El impacto de la captura
La captura de Pablo Muñoz Hoffman en Bolivia cierra el círculo de una historia que durante décadas ha sido sinónimo de audacia, resistencia y controversia. Para Chile, su retorno representa no solo un acto de justicia, sino también la posibilidad de reflexionar sobre un pasado marcado por la polarización política y la violencia.
BD/RPU