Las condiciones de los baños en el centro penitenciario son alarmantemente precarias, como expone el Informe Defensorial de 2018, “Volcar la mirada a las cárceles”.
Brújula Digital|23|09|24|
Gabrielle Juliett Barriga
Nota de apoyo del reportaje ganador del fondo concursable convocado por la Asociación de Periodistas de La Paz
La Universidad Pontificia Bolivariana recomienda el baño diario y el uso de prendas de vestir cómodas que faciliten la práctica de la lactancia materna. Para la limpieza de los pechos, se debe utilizar agua limpia. ¿Pero se puede encontrar eso en los penales bolivianos? La respuesta es no. Existe una falta total de instalaciones adecuadas y de productos de higiene, lo que pone en riesgo la salud de las madres y sus bebés, quienes necesitan un entorno limpio para una lactancia segura y saludable.
Las condiciones de los baños en el centro penitenciario son alarmantemente precarias, como expone el Informe Defensorial de 2018, “Volcar la mirada a las cárceles”. Un entorno insalubre afecta gravemente a toda la población. Con solo 12 baños disponibles, la situación es crítica, pero se agrava en la tarde: desde las 18:00 horas, solo cinco baños están operativos. Esto no solo provoca largas filas y una profunda incomodidad, sino que también aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades en un ambiente ya sobrecargado.
Los baños están desprovistos de papel higiénico y otros implementos esenciales de aseo, y las toallas sanitarias femeninas deben ser provistas por las propias internas, lo que agrava aún más la situación. Para las madres, estas deficiencias en la higiene son particularmente alarmantes.
Internas enfrentan dificultades para acceder a productos de higiene esenciales
La interna Paula (los nombres son ficticios) expresa: “Todo hay que comprar y aquí las cosas son más caras; tampoco es que haya productos especiales para los niños. Nuestros familiares no vienen muy seguido, lo que dificulta conseguir pañales; a veces los de la iglesia nos donan, especialmente en días festivos, cuando traían ropa y leche, pero el apoyo ha disminuido bastante”.
“Yo tengo a mi hijita afuera, pero mi hijito está conmigo aquí; ella estaba trayendo un perfume para mí, pero no dejaron que ingresara. Es difícil conseguir productos de aseo; más fácil es que metan ropa”, agrega.
Susana concuerda y dice que su madre la visita una vez y le lleva algunas cosas para ella y el bebé.
Casi nula atención médica en penales: un grave riesgo para las reclusas madres
La presencia de médicos es prácticamente nula en los penales de Bolivia, lo que se evidencia también en los centros de reclusión de mujeres. La enfermería casi no tiene ninguna medicina, y pedir autorizaciones para ser atendidas en el exterior del penal puede demorar hasta meses.
Existe una falta de insumos en los centros penitenciarios ya que las autoridades no prevén adecuadamente situaciones de emergencia, incumpliendo la Constitución Política del Estado (CPE) y normas internacionales como los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas.
Estas normativas exigen instalaciones y recursos especiales para el tratamiento de mujeres embarazadas y madres recientes, así como el acceso a medicamentos apropiados y gratuitos. Sin embargo, en la realidad, las madres deben comprar sus propios medicamentos debido a la insuficiente provisión de los mismos y la falta de instalaciones adecuadas, lo que obstaculiza su acceso a un tratamiento adecuado y pone en peligro su salud y la de sus recién nacidos.
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https://brujuladigital.net/sociedad/madres-lactantes-enfrentan-duras-condiciones-en-carceles-debido-a-falta-de-recursos-y-apoyo-postnatal
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