A pesar de todas las adversidades, el amor mueve fronteras y se manifiesta en un nuevo tipo de ceremonia mágica que es indiferente a las preferencias sexuales: un ritual en el que dos personas se unen en un solo corazón, camino y alma.
Brújula Digital|30|03|23
Ariana Estefanía Zamorano y Paula Nicole Jimenez / Tomado de la revista Calle 2 de la UCB
El momento en el que Bruna Mora y su
pareja se sintieron completamente seguras de unir sus vidas a través de un
matrimonio brujo fue cuando ya se encontraban en el bosque de Coroico. Con el
sabor del licor de naranja pegado a su garganta, Bruna observó fascinada a su
novia vestida con un vestido blanco pintado con musgo, rodeada por las tenues
luces de las luciérnagas. Durante este mágico momento, con las manos unidas,
hicieron oficial su matrimonio.
Nacida en La Paz, Bruna Mora, de 23 años, es una mujer transexual, modelo, actriz y estudiante de la carrera de Psicología en la Universidad Católica Boliviana (UCB), que formalizó su unión con su pareja a través de una ceremonia mágica y única.
Las parejas del mismo sexo, como Bruna y su novia, atraviesan por dificultades y prohibiciones injustas a la hora de intentar formalizar su unión. En Bolivia el matrimonio igualitario no es reconocido formalmente por la Constitución del Estado. Por esta razón las parejas de la comunidad han empezado a buscar alternativas como el matrimonio brujo, una unión holística en la que una pareja celebra su amor y compromiso sin la necesidad de un aval legal.
Los recursos usados durante un matrimonio brujo varían para cada ceremonia, aunque generalmente se emplean artefactos que simbolicen agua, tierra, fuego y aire. En el caso de Bruna, su ritual consistió en la unión de manos. “Este ritual en específico requiere una cuerda roja para amarrar las manos de las personas y una representación de los cuatro elementos”, explica. “También se requieren velas en donde nosotras escribimos nuestros nombres y el símbolo de la tierra. Entonces cada vez que nos peleamos o que no estamos logrando comunicarnos prendemos esta vela y la tierra nos enraíza”.
Para un matrimonio brujo no existe nada escrito, en él pueden combinarse una gran variedad de rituales para que cada pareja pueda unirse bajo sus propios términos y personalidad. En el caso de Bruna, su matrimonio incluyó la ceremonia de unión de manos que, según el libro Wicca de Martha Clover-Jones, simboliza el paso que da un wicano, es decir un religioso neopagano, cuando decide unirse a alguien a los ojos de los dioses.
Obstáculos
Aunque es verdad que la Constitución Política del Estado no prohíbe expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo, las parejas homosexuales se han visto expuestas a una serie de dificultades y prejuicios discriminatorios que las cohíbe de ejercer plenamente sus derechos. Por esta razón, muchos miembros de la comunidad LGBTI+, cansados de vivir restringidos, han recurrido a uniones simbólicas, frente a amigos y familiares, que no son reconocidas por la ley, pero que en sus corazones son igual de válidas.
De acuerdo a un sondeo digital realizado por las autoras de esta nota, muchos jóvenes dentro de esta generación empiezan a cambiar su percepción respecto a las uniones entre parejas del mismo sexo, y a ser más tolerantes y comprensivos. Un 85.7% de los encuestados considera que el matrimonio entre personas del mismo sexo debería ser reconocido por la ley con los mismos derechos que un matrimonio tradicional. El sondeo se realizó el 24 de octubre del 2021 y se consultó a 21 personas, en su mayoría mujeres católicas.
En el año 2020, los miembros de la comunidad LGBTI+ celebraron el registro de la primera unión libre en Bolivia, un paso gigante para todos ellos, acercándose un poco más a la igualdad. Sin embargo, Mónica Bayá, una de las abogadas que llevó el caso de dicha unión, afirma desde la comodidad de su sala que todavía vivimos en una sociedad patriarcal.
Mientras bebía una taza de té que se encontraba al lado de un cenicero de vidrio, explica que el patriarcado no se reduce solamente al odio hacia las mujeres, sino a la población LGBTI+. La abogada dice que los roles de género que encasillan a las personas bajo ciertos cánones pueden llegar a producir actitudes de discriminación y violencia contra aquellos que salen del marco establecido, mientras saca de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos Camel.
En la sociedad actual no es extraño que lo primero que tome diversas formas sea la violencia. Al hablar sobre estos tratos agresivos e injustos que se presentaron durante el proceso de la legalización de la primera unión libre, Bayá, después de darle una calada al cigarrillo en su mano, explica que los que reinaban eran los prejuicios hacia las personas del mismo sexo.
Contrastándolo con una pareja heterosexual que puede ir al Servicio de Registro Cívico (Sereci) y realizar el registro en cinco minutos, el caso que ella trató duró algo más de dos años, demostrando así la dificultad que afrontan los miembros de la comunidad al momento de casarse.
Como un exponente de la incansable lucha hacia la igualdad se reconoce a Wilson Choque. Este egresado de derecho de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), expresó en su tesis de grado que la lucha de los grupos LGBTI+ en Bolivia tiene igual importancia que las reivindicaciones de tipo social, cultural, ideológico, económico o político de otros sectores de la sociedad, por lo que no puede estar subordinada a ningún tratamiento discriminatorio.
En un segundo sondeo organizado para esta nota, el 74,1% de los jóvenes consultados respondieron que la posición de la Iglesia católica sobre el matrimonio igualitario perpetua la discriminación hacia miembros de la comunidad LGBTI+, mientras que el 25,9% respondió que no. El sondeo se realizó el 24 de octubre del 2021 a 27 integrantes del colectivo LGBTI+ con diversas orientaciones sexuales e identidades de género, donde predominaron personas bisexuales y cisgénero.
A causa de los impedimentos, el matrimonio brujo se considera una grieta en el espacio y el tiempo para las personas homosexuales que desean casarse, un tesoro que no muchos han encontrado. La estudiante Dana Castedo, quien anhela un día casarse con la persona que ama, expresó que el matrimonio brujo es una excelente opción para aquellos que desean formalizar su unión de una forma memorable y poco tradicional.
Sonriendo más con sus ojos verdes que con sus labios, Dana comentó que imagina que su boda sea un evento en el que todos sus seres queridos la pasen bien, algo que se salga de lo común. Independientemente de si llega a la unión a través de un matrimonio brujo o no, para ella lo primordial es pasar el resto de su vida junto a su pareja.
Magia
Un matrimonio brujo es una ceremonia simplemente mágica, con infinitos matices. En el caso de Bruna, se podían palpar en el ambiente las buenas vibras con las puntas de los dedos. Las luces de las velas que representan al elemento del fuego iluminaban el lugar y la sombra violeta de los cristales las envolvía, a ella y a su pareja, en un espacio en el que solo existían las dos y la naturaleza como testigo.
Al concluir la ceremonia de la unión de manos, era imposible encontrar una pareja más feliz. Bruna relata emocionada que se siente muy unida a su persona especial, que han tenido la experiencia de vivir juntas y planean tener hijos. “Un matrimonio brujo te pone en la mentalidad de que tu relación es seria”, afirma.
Las opciones de rituales abundan, cada uno de ellos es diferente al anterior, pero igual de significativo y mágico. Según el artículo del portal Sendero del Chamán, puede hacerse un solo ritual o combinar más de uno, esto depende de qué es lo que la pareja prefiera y sienta que la representa mejor. Por eso es que cada ceremonia es tan especial, se amolda a la persona y se agregan detalles que hagan extensivo este compromiso de amor.
Al hablar del matrimonio brujo, se alude a un compromiso entre dos personas que se aman. No importan ni las creencias individuales ni la orientación sexual, lo esencial está en el amor y en enlazar sus almas, corazones y cuerpos en un vínculo sagrado.
Cuando Bruna besa a su amada, viéndola extrañamente nítida, como si el tiempo no hubiera pasado desde que formalizaron su unión, recuerda que cualquier sacrificio vale la pena si es para estar juntas. Desea desde el fondo de su corazón que otras parejas que aún no han tenido la oportunidad de unir legalmente sus vidas encuentren una alternativa tan satisfactoria y tan propia como el matrimonio brujo. Ella es feliz así, comprometida, enamorada y hechizada.
Ariana Estefanía Zamorano y Paula Nicole Jiménez son estudiantes de Comunicación Social de la UCB