Austria ha puesto en cuarentena a cerca de 2 millones de personas no vacunadas a partir del próximo lunes, en medio de niveles récord de infección y una creciente presión sobre los hospitales que están cada vez más saturados.
"No tomamos esta medida a la ligera, sabemos que es necesaria", dijo el canciller Alexander Schallenberg.
De acuerdo con la orden, las personas no vacunadas sólo podrán salir de casa por un número limitado de razones: trabajar o comprar alimentos. A esta población ya se le prohibía acudir a restaurantes, peluquerías y cines.
Alrededor del 65% de los austriacos está totalmente vacunado, una de las tasas más bajas de Europa occidental.
Mientras tanto, la tasa de infección de siete días ha marcado más de 800 casos por cada 100.000 personas, una de las más altas de Europa.
En general, el continente ha vuelto a ser la región más afectada por la pandemia y varios países están introduciendo restricciones y advirtiendo del aumento incontrolable de casos.
"Hemos dicho a un tercio de la población que ya no saldrá de sus apartamentos salvo por determinadas razones", reiteró Schallenberg.
"Es una reducción masiva de los contactos entre los vacunados y los no vacunados", calculó.
El gobierno dice que la policía realizará controles puntuales en espacios públicos para determinar su estado de vacunación.
De acuerdo con el ministro de Sanidad, Wolfgang Mückstein, las nuevas medidas -que no se aplican a los niños menores de 12 años ni a los que se hayan recuperado recientemente de la covid- durarán inicialmente 10 días.
Algunos críticos han cuestionado la constitucionalidad de la decisión. El Partido de la Libertad, de extrema derecha, ha dicho que la medida creará un grupo de ciudadanos de segunda clase.
Entretanto, en la vecina Alemania, donde el ministro de Sanidad, Jens Spahn, advirtió sobre una pandemia de no vacunados, se realizará la próxima semana una reunión entre el gobierno federal y los dirigentes estatales para debatir posibles nuevas restricciones.
La tasa de vacunación de ese país es del 67,3%, levemente mayor que la de Austria, país que ha sido declarado por el gobierno alemán como una zona de alto riesgo, lo que significa que cualquiera que llegue desde allí debe entrar en cuarentena.
Por otro lado, los Países Bajos han impuesto una "cuarentena leve" para limitar los contactos sociales en respuesta a un fuerte aumento de las infecciones.
Las medidas incluyen el cierre anticipado de restaurantes y tiendas, así como la prohibición de asistir a eventos deportivos.
Alrededor del 84% de los adultos holandeses se han vacunado completamente. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que están en hospitales no han recibido ninguna dosis.
Las tasas de vacunación son significativamente más bajas en algunos países de Europa del Este.
Letonia, por ejemplo, donde el 59% de la población está totalmente vacunada, volvió a imponer la cuarentena el mes pasado y ha prohibido a los legisladores declarados anti-vacunas participar en debates y votar leyes hasta mediados del próximo año. También se les descontará el sueldo.
En Rusia sólo un 35%de la población está totalmente vacunada, según la web Our World in Data. Moscú cerró tiendas, restaurantes y escuelas a finales de octubre en una cuarentena parcial que además envió a los trabajadores a sus casas con nueve días de vacaciones pagadas para frenar los contagios.
Muchos rusos siguen desconfiando de la vacuna Sputnik V, reconocida internacionalmente como un escudo eficaz contra la covid.
Algunos otros países también están introduciendo medidas que se aplican sólo a los no vacunados. En Australia, el estado de Queensland prohibirá el acceso a restaurantes, pubs y eventos deportivos a las personas que no hayn recibido ninguna dosis a partir del 17 de diciembre.
Mientras que en Singapur han dicho que quienes no se vacunen por decisión propia tendrán que pagar sus propias facturas médicas a partir de diciembre.