Brújula Digital|02|03|24|
Mario Yaffar
Los textos de economía definen la inflación como el proceso por el cual los precios de los bienes y servicios aumentan de manera sostenida y generalizada durante un período, medido como un porcentaje anual y que no es otra cosa que la disminución del poder adquisitivo del dinero.
El inicio de un proceso inflacionario sucede sin anuncio previo y es el reflejo de la inacción de las autoridades que modelan la economía. Generalmente la inoperancia responde a objetivos políticos antes que a la racionalidad económica.
La sombra de la inflación está siempre latente en todas las economías y generalmente es el resultado de un déficit estructural de gasto corriente y/o una emisión excesiva de dinero. De manera seguida se financia este déficit con endeudamiento externo también descontrolado, y toda esta inercia sólo podrá corregirse mediante ineludibles ajustes presupuestarios que obliguen el retorno a un Presupuesto General del Estado (PGE) balanceado o al menos menor a 3%. Todo esto se logra únicamente con la participación del FMI, instancia que –casi nunca– permiten los gobiernos de izquierda.
Cabe mencionar que períodos largos de baja inflación (a veces inflación negativa) son también muy lesivos a las economías y sólo producen estancamiento y recesión en la producción. Una economía con inflación controlada por un Banco Central independiente es el objetivo al que aspiran gobiernos de buen comportamiento.
Por sus características, el sector privado nacional no puede impedir que toda ésta seguidilla de acontecimientos macroeconómicos se revierta y recordando las experiencias vividas años atrás, paso a enumerar algunas medidas de orden “micro” para que sean consideradas con el objetivo de atenuar el impacto negativo de esta presión inflacionaria por el lado de los costos.
Estar bien informados: Realizar un monitoreo sistemático de todos las variables relacionadas con nuestra actividad. Recurrir a publicaciones confiables de nuestro medio y hacer un seguimiento del curso de la economía.
Eludir pérdidas de poder adquisitivo: Realizar acciones para contrarrestar pérdidas de valor adquisitivo mediante compras planificadas con descuento por pronto pago, lanzar convocatorias mediante licitación electrónica y recurrir a crédito comercial sin costo financiero entre 30 a 90 días.
Disminuir costos fijos: Considerando que el costo fijo es cómo la grasa en el cuerpo y la principal causa de baja productividad de los factores, se debe racionalizar de manera permanente este tipo de gasto en especial los costos laborales administrativos.
“Pricing”: Realizar una gestión comercial estableciendo precios correctos considerando costos actualizados. Es muy importante que las empresas se encuentren en equilibrio y para ello se debe alcanzar cubrir todos los costos mediante una estrategia de precios dinámicos.
Clasificación ABC: Incorporar un ordenamiento por prioridades a los inventarios, proveedores, productos y clientes para control constante por orden de importancia relativa.
Gestión de inventarios: Mantener un nivel óptimo de inventarios, sin exceso de stock y en equilibrio con la demanda. Adoptar estrategias de compra inteligente. Actualización permanente de precios de inventario. Trazar tendencias y revisar obsolescencia. Cambiar el método FIFO por el LIFO.
Gestión de costos: Racionalizar los gastos operativos sin que ello signifique un castigo a la calidad. Aplicar procesos de automatización de aquellos procesos repetitivos así mejorar la productividad. Fomentar una cultura de austeridad.
Diversificación de actividades: Ampliación disruptiva del alcance y variedad de operaciones y servicios. No depender de una u pocas actividades. Diversificar portafolio de productos.
Inversiones estratégicas: En épocas de inflación se debe buscar activos que den cobertura a la depreciación de la moneda. Los activos históricamente utilizados son los bienes raíces. También los metales como el oro y la plata son refugio seguro. Inversiones en sectores resistentes a las fluctuaciones son las empresas de alimentos y salud (como sucedió en la pandemia).
Gestión prudente de endeudamiento: Optar por tasas de interés fijo o evaluar su tendencia y volatilidad con prudencia. Considerar mejor el corto plazo para poder corregir la posición de la empresa. Escoger bien la moneda o diversificar monedas. Monitorear continuamente las condiciones económicas y la tasa de inflación y adaptar la estrategia de endeudamiento al entorno económico. Es aconsejable buscar asesoramiento financiero profesional.
Negociación con proveedores: Se debe construir relacionamiento colaborativo de largo plazo. Un precio bajo momentáneo no es la mejor oferta. Buscar acuerdos que signifiquen un beneficio “ganar - ganar”. Una comunicación transparente y clara con el proveedor evita malentendidos.
Sistema contable bimonetario: Cuando el valor de la moneda nacional se deprecia de manera constante es recomendable aplicar un sistema contable bimonetario. Esta es una manera real de evaluar el desempeño financiero de una empresa.
Mario Yaffar economista y docente universitario