Los participantes y autoridades reconocieron el aporte de la semilla munasqa para el desarrollo soyero durante las últimas dos décadas. Además, se realizó la entrega de tres nuevas variedades y la firma de un convenio que prevé promover la producción sostenible.
Participantes en la Exposoya 2024 realizada en el municipio cruceño Cuatro Cañadas. Foto: RB
Promoción Empresarial|24|02|24
En el contexto de su trigésima edición y en conmemoración del 50 aniversario de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), el acto central de Exposoya de este sábado marcó un hito en la historia de la agricultura boliviana.
Con la vista en la innovación tecnológica y el compromiso con la sostenibilidad, los participantes y autoridades reconocieron el aporte de la semilla munasqa para el desarrollo soyero durante las últimas dos décadas. Además, se realizó la entrega de tres nuevas variedades y la firma de un convenio que prevé promover la producción sostenible.
Exposoya 2024 contó con la participación de cerca de 8.000 personas, entre productores, profesionales en tecnologías agrícolas y otros, y estuvo impregnada de un profundo sentido de orgullo y responsabilidad, destacó el presidente de Anapo, Fernando Romero, durante su discurso en el acto central que se llevó a cabo hoy en el municipio de Cuatro Cañadas, la capital soyera de Bolivia.
“La agricultura desempeña un papel crucial en la seguridad alimentaria y la economía del país. En un momento donde la escasez de dólares y la necesidad de aumentar las exportaciones son imperativos, la agricultura, especialmente la producción de soya y otros productos estratégicos, emerge como un pilar fundamental para el desarrollo económico sostenible de Bolivia”, enfatizó el líder de los productores soyeros.
Ante una audiencia de casi 300 personas rodeadas por más de 120 stands de empresas dedicadas a las provisión de productos y servicios en tecnología foliar y de suelo, Romero acotó que, para contribuir de forma significativa al aumento de las exportaciones, “es necesario incrementar la producción y eso sólo es posible con la aprobación de nuevos eventos biotecnológicos, como lo planteamos desde hace tiempo”.
Además de celebrar los logros pasados, presentes y augurar un mejor futuro en la producción de soya en Bolivia, Exposoya 2024 fue un escenario para la exhibición de tecnologías agrícolas de vanguardia.
Además, la muestra reflejó un renovado compromiso con la innovación y la sostenibilidad. Esto se evidenció en el reconocimiento otorgado a la variedad de soya munasqa, que celebra 19 años de siembra continua y que es un símbolo del aporte de la biotecnología gracias a la mejora genética para producir semilla local.
Entre las autoridades que participaron en el acto estuvieron el alcalde de Cuatro Cañadas, Hugo Gutiérrez; el secretario del Desarrollo Económico del Gobierno Departamental de Santa Cruz, Luis Fernando Menacho; y el presidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz, Zvonko Matković.
Asistieron también el presidente de la filial de Anapo en Cuatro Cañadas, Genaro Carreño; el presidente de la filial San Julián, Hugo Flores; y el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), José Luis Farah.
Durante su discurso, Matković aseveró que “la soya es el oro verde que puede sacar a Bolivia de la crisis económica del país, por tanto, se deben abrir todas las vías para que el productor, que es quien trabaja y suda por el crecimiento”.
Nueva variedad
Romero destacó que el evento tecnológico de este año marca el inicio de un nuevo capítulo para la soya en el país, con la entrega de la variedad Sojapar R49, que es el resultado de la alianza estratégica entre Anapo, el Instituto de Biotecnología (INBIO) y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA).
“Este tipo de colaboraciones promueven la innovación y refuerzan el compromiso del sector agrícola con prácticas sostenibles que armonizan con el medioambiente”, indicó el representante.
También la empresa Multiplicadora del Oriente SRL (MDO) entregó otras variedades: ICS6119RR e ICS7019RR.
Además, se firmó un convenio con la Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (PROINPA) para fortalecer las actividades de control biológico en la producción agrícola.
BD/RED