“La transparencia es muy importante porque permite que el proceso no sea opaco ni sujeto a sospechas. Lo importante es que genere certidumbre para todos y cada uno de los actores políticos, nuevos y antiguos, y la propia ciudadanía”, explica la directora de la red UNITAS, Mila Reynolds.
Brújula Digital|22|10|25|
Sumando Voces, Yolanda Salazar
Por primera vez en más de dos décadas, Bolivia vivirá una transición de poder entre fuerzas políticas distintas. El reto será garantizar un proceso ordenado, transparente y democrático que permita al nuevo gobierno asumir con información clara y a la población recuperar la confianza en sus instituciones, en medio de una profunda crisis económica.
Para el analista político Marcelo Arequipa este momento es “importante en términos históricos”, ya que hace más de dos décadas que el país no vive una “transición institucional y democrática” de una autoridad electa a otra de distinta fuerza política, ya que los últimos 20 años, con excepción de la gestión transitoria de Jeanine Añez, el Movimiento Al Socialismo (MAS) gobernó el país.
“Estamos frente a un ejercicio que al cual no hemos estado acostumbrados en Bolivia, entonces yo creo que lo más adecuado aquí es evaluar cómo se desarrolla la transición”, expresa Arequipa.
Con el analista coincide la directora de la red UNITAS, Mila Reynolds, en lo “crucial” de pasar por una transición ordenada y transparente para garantizar la estabilidad del próximo gobierno y que poco a poco la población recupere la confianza en sus instituciones.
“La transparencia es muy importante porque permite que el proceso no sea opaco ni sujeto a sospechas. Lo importante es que genere certidumbre para todos y cada uno de los actores políticos, nuevos y antiguos, y la propia ciudadanía”, explica Reynolds.
Equipos de enlace y acceso a información
Para esto es necesario que tanto el gobierno saliente como el entrante formen lo antes posible “equipos de enlace” que tengan la voluntad política de entregar información pertinente para que el nuevo ejecutivo ingrese conociendo los datos actuales más importantes del país, comenta la comunicadora política, Verónica Rocha.
“Debe ser una transición visible y bien contada, pública y transparente, así podrá ser también una instancia pedagógica que permita afianzar la cultura democrática de la ciudadanía”, opina Rocha.
Reynolds recalca que en la transición es necesario que haya información clara, completa y oportuna, que se pueda acceder a los estados financieros, las rendiciones de cuentas y documentos que transparenten la realidad. También que se respete los derechos humanos, la libertad de expresión, el derecho a la protesta pacífica y esencialmente la independencia de poderes.
Otro punto para tomar en cuenta es que haya una aceptación a los resultados de la segunda vuelta del 19 de octubre para evitar tensiones sociales, que de forma preliminar indican que el ganador es Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano (PDC) con 54,6 % de votos con el 97 % del conteo, de acuerdo con información del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre), aunque hay que esperar por el cómputo oficial.
Con el cómputo de ocho departamentos concluidos, el PDC logra el 54,87% de los votos y alianza Libre, 45,13%, lo que consolida el triunfo de Paz en el balotaje.
El presidente Luis Arce después de conocer el conteo rápido preliminar felicitó a Paz, le deseó “éxito” y sostuvo que están “listos para trabajar la transición ordenada” que prometieron. “Después de 28 años se dará la transmisión de mando de un gobierno electo en las urnas a otro electo en las mismas condiciones”, escribió en sus redes sociales.
En tanto, el binomio electo manifestó en una conferencia de prensa en La Paz que ya trabajan en la transición con el gobierno saliente y que coordinan con los equipos del Ministerio de la Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Paz sostuvo que trabajan con una “batería de abogados” para que en estas tres semanas de transición “no haya ninguna sorpresa administrativa” desde el gobierno saliente y aplicarán ese derecho “a través del sistema judicial”.
“Estamos generando los resguardos legales ante la justicia para, si bien hay la buena voluntad de transición por parte del presidente en este corto plazo y agradecemos, pero también queremos garantizar al pueblo de Bolivia de que este gobierno electo va a entrar con toda la firmeza necesaria para poder llevar adelante la decisión de gobernar con los compromisos hechos”, indicó.
Una transición no tan sencilla
Para Arequipa esta transición “no va a ser sencilla” por la crisis económica, la polarización y que será un desafío, en especial para el gobierno electo, porque debe resolver problemas como la escasez de combustibles, de divisas, entre otros.
De igual manera, Rocha es “pesimista” con esta transición, ya que por “la urgencia política” y del momento, no habrá un análisis profundo a todo el contexto y temas de igual relevancia como la salud, el empleo, entre otros, que pueden quedar relegados por dar soluciones a la economía.
“Tiene que ser ordenado, me parece que va a tomar su tiempo y por lo tanto soy pesimista porque creo que el nivel de orden que se necesita respecto a esto es alto, el punto de partida es casi menor a cero y las prioridades van a ser otras”, comenta.
El riesgo de no tener una transición transparente es que crezca el nivel de desconfianza y que esto genere conflictos, por lo que puede que haya un nivel de “debilitamiento institucional” que puede profundizar la polarización e incluso una “parálisis administrativa” que puede hacer perder al país “oportunidades importantes para enfrentar la crisis”, enfatiza Reynolds.
Por lo que, agrega, que la sociedad civil como la población en general debe acompañar este proceso y observar para que la transición sea efectiva, con información pertinente, democrática y transparente.
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