Los panelistas terminan por coincidir en que el Estado Plurinacional no atendió las necesidades de los pueblos indígenas y, por el contrario, terminó vulnerando sus derechos.
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Sumando Voces
Mery Vaca
¿Para qué sirvió la autoidentificación indígena?. Los panelistas del más reciente programa Sumando Voces en Directo tienen posiciones divergentes al respecto, pero terminan por coincidir en que el Estado Plurinacional no atendió las necesidades de los pueblos indígenas y, por el contrario, terminó vulnerando sus derechos.
Participaron del programa el especialista en temas indígenas, Pedro Portugal; la antropóloga Elizabeth López; y el cientista social, Rafael Loayza, quienes debatieron en torno a los resultados del Censo de Población y Vivienda, que estableció que el 38,7% de la población de autoidentificó como indígena.
El porcentaje del 38,7% equivale a 4,3 millones de personas, prácticamente la misma cantidad que el 2012, cuando 4,2 millones de personas se autoidentificaron como indígenas, aunque el porcentaje entonces fue del 42%. La variación del porcentaje se debe al crecimiento general de la población boliviana. Sin embargo, hay que recordar que en el censo de 2001, el 62% de la población, equivalente a 5,1 millones de personas, se declaró indígena.
Rafael Loayza recuerda que esta pregunta surgió en el censo del 2001, durante el gobierno de Jorge Tuto Quiroga, porque tenía compromisos con los donantes de establecer la relación que existe entre ser indígena y los niveles de pobreza en el país. Citando al Banco Mundial asegura que nueve de cada 10 personas que se identifican étnicamente, particularmente en Bolivia, vive bajo la línea de la pobreza.
Entonces, dice Loayza, “existe una utilidad práctica de escudriñar esta pregunta porque te sirve para georreferenciar a las poblaciones vulnerables”.
Basado en encuestas realizadas en 2022, 2023 y 2024, el especialista señala que no ha reducido la población autoidentificada como indígena, sino que la pregunta introducida en el censo del 2012 y que se mantuvo en el del 2024 ha hecho variar los resultados. Señala que, por decisión del gobierno del MAS, se introdujo la categoría campesino y eso hizo reducir la cantidad de población indígena, porque una gran parte de los indígenas vive en las ciudades y ya no se identifica como campesino, pero sí como indígena.
“La palabra campesino es la que precisamente ha distorsionado la respuesta. El 80% de las personas que se autoidentifican étnicamente viven en el occidente del país, pero, el 75% de ese 80%, viven en las ciudades capitales”, dijo. Entonces, Loayza cree que la población indígena sigue estando en el orden del 60%.
Pedro Portugal asegura que alrededor de la autoidentificación se hizo un “constructo ideológico, donde el indio era la reserva moral de la humanidad”, sin embargo, la corrupción desmoronó ese ideal.
Considera que se introdujo el concepto para justificar una serie de medidas, empezando por la plurinacionalidad, las autonomías indígenas, etc. “Esto ha sido un desperdicio de tiempo y sobre todo una ligazón directa con las visiones que se tienen el resto del mundo”, sobre todo con Europa.
Elizabeth López, que habla como la antropóloga que es, pero además desde su autoidentificación indígena, afirma que la autoidentificación sirve para reivindicar derechos. Ella explica que sus padres son de la nación Charcas Qhara Qhara y de la nación Chichas.
Explica que la nación Qhara Qhara, en su lucha por sus derechos, tuvo que certificar su ancestralidad, algo que pudo hacer porque sus integrantes se autoidentificaron como integrantes de esta nación indígena. “Entonces, hay una utilidad para el cumplimiento de derechos muy vinculada desde la lectura de los pueblos indígenas”, indica.
Ella considera que haber mantenido la cantidad de la población autoidentificada como indígena es algo interesante, sobre todo, tomando en cuenta la instrumentalización del tema.
La pobreza no cambia
Loayza afirma que el “entre el 85 y el 90% de las personas que se autoidentifican étnicamente no tienen las necesidades básicas satisfechas. El plurinacionalismo no ha resuelto el tema de la pobreza indígena de la misma manera que no lo ha hecho el neoliberalismo”. Los gobiernos de todas las tendencias, según Loayza, reducen la pobreza a la velocidad de 1,3 por año.
Elizabeth López considera que la identidad es un elemento que debe garantizar derechos, sin embargo, confirma el dato proporcionado por Loayza. “Yo acabo de regresar del Río Beni, donde las poblaciones al día de hoy no tienen luz, no tienen acceso a agua, no tienen ni comunicación, ni nada. Es decir, hay una relación muy estrecha entre pobreza y pueblos indígenas. Y violación de derechos también”, señala. Y menciona, como ejemplo de derecho sistemáticamente vulnerado, el derecho a la consulta.
Por eso, Portugal cree que más importante que establecer estas categorías es el empoderamiento de los indígenas. Y cree que es perjudicial restringir a los indígenas a grupos cerrados, autoidentitarios, con “la fantasía de una justicia diferente, de una educación diferente, de una cosmovisión diferente, de una identidad diferente, que simplemente lo vuelve exótico”.
Pero, para qué sirvió entonces el estado Plurinacional?
Loayza considera que en el 2001 hubo un error de origen al no incluir dónde pertenecían los que no se consideraban indígenas. “En el fondo, al no indígena le han obligado a decir, «Yo no soy el otro», señala.
Y, de hecho, encuentra la génesis de la polarización “en el momento en el que el Estado Plurinacional no ha tenido la capacidad de incluir al ‘ninguno’ (categoría donde estaban los no indígenas.»
Para Portugal, el Estado Plurinacional “ha sido un artificio para tratar de engañar, para satisfacer exigencias y para engañar a quienes tenían ciertas demandas”.
Considera entonces que “el Estado Plurinacional ha fracasado” porque es evidente que sigue la pobreza, la discriminación social, el Estado no es viable, no existe una nación integrada”. La preguntad es cómo encarar esa problemática estructural.
López considera que “hay que discutir mucho, rearmar territorio, rearmar organización, rearmar colectividad y volver a buscar lo que se llama esta independencia partidaria”.
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