En esta nota, especialistas de Bolivia Verifica y de Chequea Bolivia dan algunas sugerencias para evitar ser parte de la cadena de desinformación.
Brújula Digital|27|08|25|
Sumando Voces, Yolanda Salazar
Luego de una primera vuelta marcada por la guerra sucia, uno de los desafíos más importantes para el balotaje que se realizará el 19 de octubre es justamente el combate a la desinformación, coinciden especialistas consultadas para este contenido, quienes destacan que la responsabilidad ciudadana también comienza con un clic: qué información se comparte, de qué páginas se recibe contenido y qué tipo de comentarios se escriben.
¿Cómo no ser parte de la cadena de desinformación?
La editora en jefe de Bolivia Verifica, Patricia Cusicanqui, lo resume con una fórmula clara: “La mejor manera de ser críticos con los contenidos que circulan en redes sociales es dudar, dudar absolutamente de todo (…) aunque te ponga en un plano de incertidumbre en un momento, es la mejor fórmula para no ser parte de la cadena reproductiva de desinformación”.
Esa duda debe ir acompañada de observación. Hay que tomar atención en los colores y en los logotipos, que a veces parecen de medios reconocidos nacionales o internacionales, pero que no coinciden con las marcas originales. Es importante también fijarse en las fuentes o en caso de ser audios, si la voz no parece robótica, si en el fondo hay demasiado ruido o si hay cortesabruptos en los diálogos. Este tipo de detalles pueden dar luces de si es una información veraz o engañosa.
Para la fact-checker en jefe de Chequea Bolivia, Enid López, la clave está en identificar señales básicas: la fecha de publicación, posibles errores ortográficos, insultos que intentan reforzar posiciones o gesticulaciones que no coinciden con el audio. “La desinformación degrada el debate público”, advierte.
En esta histórica segunda vuelta, los candidatos Jorge Tuto Quiroga y Juan Pablo Velasco, de la alianza Libre, y Rodrigo Paz Pereira y Edman Lara, del Partido Demócrata Cristiano (PDC) concentran gran parte de la circulación de contenidos en redes sociales, en especial Quiroga y Lara.
Según López, abundan los videos antiguos que circulan como si fueran actuales, lo que puede inducir al engaño. A esto se suman declaraciones agresivas de algunos postulantes, que refuerzan discursos de odio y se replican en comentarios digitales.
Cusicanqui hace un llamado: “Apelar a los políticos a su responsabilidad, por un lado, y a la ciudadanía para no ser instrumento útil de los políticos. Pensar bien lo que vas a compartir y asumir una responsabilidad del comportamiento digital”.
Los datos de la primera vuelta
Según un reporte de Chequea Bolivia, un mes antes de las elecciones se monitorearon286 rumores y desinformaciones, de los cuales 95 fueron falsos y 191 rumores. El 74% se difundió en TikTok y el 19%, en Facebook, principalmente en formato de videos cortos.
Bolivia Verifica analizó 53 contenidos y 10 discursos públicos: 83% resultó falso; 14%, engañoso, y solo el 3%, verdaderos.
En julio, el tipo de desinformación más recurrente fueron las encuestas falsas, con TikTok como principal canal de difusión, seguido de Facebook y WhatsApp.
En tanto, el Observatorio de Desinformación Electoral identificó el día de la primera vuelta 45 contenidos engañosos. La mayoría apuntaban a generar desconfianza: fraude, inestabilidad institucional y resultados falsos en boca de urna.
Tanto Bolivia Verifica como Chequea Bolivia ofrecen en sus páginas herramientas y notas para confirmar si un contenido es verdadero, falso, engañoso, descontextualizado o rumor, especialmente en casos que se viralizan en WhatsApp o redes sociales.
En tiempos en que un clic puede reforzar la polarización o abrir caminos de diálogo, la responsabilidad ciudadana tiene que estar presente con cada decisión digital, qué compartimos, en quién confiamos y a qué voces damos eco, ya que moldea la calidad de la democracia. Dudar, verificar y pensar antes de publicar es una forma de cuidar el futuro colectivo.
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