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Política | 06/08/2025   22:17

|OPINION|Mi voto va para él|Julio Linares|

Fue muy negativo el modelo de gobierno y manejo económico del periodo de Evo Morales y Luis Arce, caracterizado por despilfarro, corrupción, aumento desmesurado del gasto público e informalidad laboral, además de la pérdida de estabilidad económica y social. Expresa un respaldo firme a Samuel Doria Medina como una opción política que representa gestión eficiente.

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Brújula Digital|07|08|25|

Julio Linares

Soy Julio Héctor Linares Calderón, paceño, estronguista, economista, cincuentón. Viví de niño los años de la recuperación de la democracia. También viví los enojos de mi papá cuando decía que el dictador Banzer (sí, del que Tuto fue su vice) cerró dos años la universidad y tuvo que esperar para egresar de abogado.

Luego, viví de niño el gobierno y la economía de la alianza de todas las izquierdas del país, sí, “las del pueblo”, cuando mi papá fue a arengar a Siles Zuazo en un camión en San Francisco; nada salió bien, recuerdo bien, yo iba a recoger la ficha para el pan en la mañana y mi hermana iba a recogerlo, en la tarde. Mi papá trabajaba en el Estado, recogía su sueldo en un saquillo y no duraba ni 10 días.

Escuché decir a un señor, el presidente Víctor Paz, que podíamos morir, pero que sabía cómo salir del problema y de a poco teníamos más plata y pan, las cosas ya no subían cada día, la inflación bajó de más de 8.000% en 1985, a 60% en 1986. El valor del dólar era muchas veces mayor que el tipo de cambio de oficial, pero se detuvo. En mi juventud, nuestro regalo fue la estabilidad económica. Además de clasificar al Mundial.

Mientras me hacía profesional e iniciaba mi primer trabajo, veía de reojo que se gestaba entre muchos profesionales de primer nivel que estaban en diferentes gobiernos, la nueva república, la del Gas, la de lograr inversiones, crear reservas, construir la infraestructura y cerrar los contratos, la Bolivia de la Esperanza. 

2006 a 2015, justo los mejores años de la historia de Bolivia, fueron los que recibió por milagro Evo Morales, una patria con un grifo que lanzaba dinero, gracias a todo el trabajo anterior. Los resultados los recibió el menos indicado. En esos 10 años, esta gente: Evo, Arce y todos sus ministros recibieron más de 100 mil millones de dólares a mansalva, y aún así, gastaron más de lo que tenían; despilfarro y corrupción. Mis hijas, ahora universitarias, no conocieron otro Presidente que Evo, era un Rey, con tramoyas, se había convertido en dictador. 

Recién oí decir a Mariana Prado –altanera– en un foro: “sacamos a tres millones de personas de la pobreza”. Pregunto: ¿Cuántas ahora volvieron a la pobreza con la devaluación y la inflación?, pues no dieron mejor educación, ni salud, sólo lo hicieron con los bonos sociales (¿medir pobreza sólo por ingresos?), la pobreza es multidimensional. 

Lo que hicieron fue agrandar el Estado, ser agencias de empleo y de demanda de proveedores amigos. Los egresos corrientes del Estado en 2006 fueron de 2.756 millones de dólares y en 2024, 18.614 millones de dólares, subieron más de 6 veces y los ingresos sólo 3,5 veces más. El gasto en sueldos subió de 1.084 millones de dólares en 2006 a 6.432 millones de dólares en 2024. Creció más de seis veces en casi 20 años.

La deuda externa en 2006 era de 1.620 millones de dólares, gracias a la condonación HIPC, que se logró gracias a una propuesta mundial de los organismos multilaterales. Esta deuda externa, subió en Bolivia a 2025 a 13.805 millones de dólares, más de ocho veces. La interna, ni hablar, vaciaron el Banco Central. 

La informalidad laboral subió de 63,6% en 2006 a 85,4% en 2024, de acuerdo al INE. La mitad de los formales son funcionarios públicos, la norma rígida hace que las empresas y emprendimientos no puedan formalizar a sus empleados. La gente del MAS se hizo millonaria, su pueblo, sólo fue usado.

Ya soy mayor y luego de 40 años, me quitaron la estabilidad, otra vez vuelvo a hacer filas y veo subir los precios cada día, gracias a este modelo fallido, como si el mundo habría dado una vuelta.

Fábricas de litio dice Tuto, siempre pensando en el Estado como la panacea (es que nunca hizo otra cosa –¿dio empleo a alguien?, ¿de qué vive? – como si fuera posible competir con los chinos, con los indios; junto a un gracioso candidato a vicepresidente que señala que da empleos a miles de taxistas, ¿son empleados formales?

De Manfred y sus mentiras (transgresiones), como decir que ya vendió el litio o que venderá el litro de combustible a cinco bolivianos, porque ya lo arregló todo con los líderes mundiales que manejan el mercado, ni comentar.

Es lo mismo que con Rodrigo Paz, que subió en las encuestas en algunos departamentos, menos en el suyo (¿será que ahí sí lo conocen?); me dicen que tuvo que recular y destruir una ciclovía mal hecha (como en La Paz, un negro presente que vivimos y que apoya a Tuto).

Por eso, soy claro, daré mi voto por Samuel, una persona con la que coincido desde hace un par de años la misma preocupación –no en campaña, sin intereses proselitistas– y que me ayudó a publicar textos que hablaban sobre el despilfarro y el mal manejo del Estado. 

Ninguno de los candidatos me hubiera dado esa oportunidad, o de trabajar en una empresa cementera, constructora, u hotelera, o de comida rápida, o de comida gourmet; oportunidad de trabajo que Samuel le dio y le da a miles de bolivianos. Sin olvidar que también hace años premia a emprendimientos y pequeñas empresas turísticas, gastronómicas, productivas; ¿fue en años de campaña? Claramente no.

Sobre Claure, “a pesar de ser bolivarista”, ellos se entienden, saben que el emprendedor, el empresario, deben ser los articuladores de nuestra economía; y que además necesitamos dinero, recursos e inversión privada, nunca más pensar que el Estado lo es todo.

Soy Julio Linares, economista, y creo que este país ya no necesita de políticos que sigan criticando el socialismo del Siglo XXI en Sudamérica (muy Quiroga); sí necesita de un gran Gerente –que al igual que en 1985 sepa cómo superar una crisis– y un gran equipo que nos saque de este hueco al que nos metieron Evo, Arce, Andrónico y sus demás acólitos.  

Por eso, mi voto va para él, para Samuel.

Julio Linares es economista, trabaja en la campaña de Samuel Doria Medina.



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