Lamento decirlo, pero la parálisis continuará. Es fruto de la terquedad de quienes entienden la política como un juego de tronos. Y mientras tanto, todo sigue igual: sin fiscalización, sin institucionalidad y sin pudor.
Más allá de los discursos huecos, los aplausos automáticos y los espectáculos que día a día se montan en el Concejo Municipal de La Paz, dignos de una tragicomedia, hay datos duros que no necesitan opinión, solo memoria. Aquí comienza un repaso que ningún paceño debería ignorar.
1. 966 días sin fiscalización: la ley que duerme y los que festejan
Desde hace 966 días, el Concejo Municipal de La Paz no fiscaliza absolutamente nada. ¿La razón? Una joyita llamada Ley Municipal 499 de Fiscalización, redactada —y aprobada— por la concejala Lourdes Chambilla junto a la bancada del MAS. Este "instrumento legal" vulnera principios constitucionales como la separación de poderes e invade competencias exclusivas de la Contraloría General del Estado y, además, como si fuera poco, está redactado con horrores de ortografía, puntuación y sintaxis que harían llorar a cualquier profesor de secundaria.
La Ley está actualmente en el Tribunal Constitucional con un recurso de inconstitucionalidad, sin resolución, en un estado de parálisis funcional. Mientras tanto, el Ejecutivo municipal, agradecido, debe tener un altar con las fotos de Chambilla y Chaín. Les prenden velitas todos los días y también piden que el Tribunal no se pronuncie, al menos, hasta el final de su gestión.
Y mientras tanto, el Concejo —ese que cuesta 30 millones de bolivianos al año— ya lleva más de 80 millones tirados a la basura. Todo muy institucional, ¿no?
2. Las gestiones vacacionales: porque trabajar está sobrevalorado
Algunas presidencias del Concejo parecen haber sido diseñadas para descansar. Aquí el detalle de sesiones ordinarias por gestión:
• 2021-2022: Jorge Dulón - Oscar Sogliano: 97 sesiones
• 2022-2023: Yelka Maric - Oscar Sogliano: 96 sesiones
• 2023-2024: Lucio Quispe - Lourdes Chambilla: 76 sesiones
• 2024-2025: Lourdes Chambilla - Lucía Mamani: 55 sesiones
Se dice que trabajan mucho. La evidencia, sin embargo, parece decir otra cosa.
3. La Directiva: una elección sin legitimidad y con mucho presupuesto de por medio
El 29 de abril se celebró la “elección” de la nueva Directiva del Concejo. Y digo “elección” porque, aunque hubo asientos y micrófonos, lo que no hubo fue respeto por la normativa interna ni por la resolución de cierre de gestión. ¿El resultado? Una Directiva que refleja más afinidad política que idoneidad técnica.
¿Por qué tanto interés? Porque la Presidencia maneja 218 mil bolivianos al mes y la Secretaría, 357 mil. Todo en contratos de personal. Es decir, acomodo político sin ningún filtro de idoneidad. Pero eso sí, muy revolucionario todo.
4. Marzo: el mes en el que empezó la novela
La parálisis del Concejo no comenzó en abril. En realidad, el 5 de marzo ya había señales de descomposición institucional. Ese día, Chambilla y el MAS decidieron congelar tarifas del transporte público —sin tener competencia para hacerlo—, causando un innecesario enfrentamiento entre vecinos y transportistas, provocando un bloqueo de dos días en la ciudad. Ignorancia, protagonismo y daño colectivo. Un clásico.
5. El Concejo: un espejo distorsionado de las decisiones pasadas
Lo que sucede hoy en el Concejo también es reflejo de errores de origen. No es secreto que varios concejales —yo incluida— llegamos a este espacio bajo la alianza con Iván Arias. Pero a diferencia de quienes actúan como operadores políticos, algunos elegimos tomar distancia cuando las decisiones y visión ya no nos representaban. La falta de claridad, los pactos oportunistas y las lealtades temporales han desdibujado por completo cualquier proyecto serio de gobernabilidad. Y en medio de ese desorden, la ciudad sigue pagando la factura.
6. El Estado de Derecho: una sugerencia, no una regla
Podemos debatir virtudes y defectos personales de cada concejal (yo incluida), pero lo que no se puede negar es que concejales como Chambilla y Chaín tienen una creatividad admirable para reinterpretar el Estado de Derecho. Casi como si fuera opcional.
7. El capítulo final aún no está escrito
Lamento decirlo, pero la parálisis continuará. Es fruto de la terquedad de quienes entienden la política como un juego de tronos.
Y mientras tanto, todo sigue igual: sin fiscalización, sin institucionalidad y sin pudor.
Yelka F. Maric Palenque es concejala municipal de La Paz.