Los acuerdos firmados por Del Castillo, que no estuvo acompañado por la canciller Celinda Sosa pese a la seriedad de los mismos, fueron criticados el fin de semana por dos diplomáticos y un excanciller.
Brújula Digital |23|12|24|
El ministro Eduardo del Castillo defendió este lunes los acuerdos que firmó en el Palacio de Gobierno de Santiago de Chile y que fueron criticados por especialistas.
Del Castillo dijo que los acuerdos son beneficiosos para Bolivia. Expresó que la cooperación migratoria tiene varios objetivos.
Según Del Castillo, uno de ellos tiene que ver con la reciprocidad para el ingreso de ciudadanos chilenos a territorio boliviano y en viceversa.
El otro es establecer la reciprocidad en cuanto a las sanciones que incumplan las normas migratorias entre ambos países.
“Las sanciones que se estipulen en el Estado Plurinacional de Bolivia para aquellos ciudadanos que infrinjan las normativas migratorias del territorio nacional deberán ser las mismas sanciones que se estipulen en la República de Chile para nuestros compatriotas”.
También está el tema de la residencia tanto en Bolivia y en Chile debe otorgarse en menos de 15 días.
En La Moneda, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, firmó el viernes con su par chilena Carolina Tohá y el canciller Alberto van Klaveren un acuerdo mediante el cual se acepta la “reconducción” de venezolanos que llegan a territorio chileno por la frontera de Bolivia, es decir poder deportar a esos migrantes a Bolivia.
Todos los que se hallen dentro de 10 kilómetros de la frontera chilena serán deportados y Bolivia debe recibirlos.
Este acuerdo de Del Castillo cambia una decisión anterior del presidente Luis Arce, de no reaceptar en el territorio a migrantes deportados, menos aún los propios bolivianos que pasan la frontera a ese país. Del Castillo, entrevistado por La Tercera de Chile, dijo que ese cambio de postura se debe “a la predisposición de tener buenas relaciones” con Chile.
Duras críticas
Los acuerdos firmados por Del Castillo, que no estuvo acompañado por la canciller Celinda Sosa pese a la seriedad de los mismos, fueron criticados el fin de semana por dos diplomáticos y un excanciller.
Gustavo Aliaga y Javier Viscarra, además del excanciller Ronald MacLean, quien dijo que el Gobierno de Bolivia ha puesto al país “de rodillas” ante Chile, criticaron a su turno los acuerdos alcanzados.
“El Gobierno acaba de poner de rodillas a Bolivia ante Chile nuevamente; nuevamente Bolivia está sujeta a un perjuicio por acuerdos que acaba de firmar el ministro de Gobierno, excediendo sus funciones seguramente, nada menos que La Moneda, el palacio presidencial en Chile”, dijo MacLean a Brújula Digital.
MacLean se preguntó qué gana Bolivia con el acuerdo: “¿Qué está dando Chile en retorno a Bolivia? ¿Cómo está pagando, en combustible, en dinero? ¿Cuál es la contraparte de esto?”.
Javier Viscarra, que ocupó cargos diplomáticos en varios países, también hizo preguntas sobre la manera cómo se implementará este acuerdo: “¿Qué planes tiene Bolivia para acoger a estos migrantes?”, dijo.
El especialista se preguntó también “¿por qué Bolivia ha decidido asumir el papel de centinela migratorio de Chile, cargando con costos sociales y económicos que no está preparada para afrontar?”.
“Es un precedente funesto”, agregó Viscarra: “Una vez más, Bolivia parece actuar como un facilitador de los intereses chilenos, dejando de lado cualquier consideración de sus propios intereses”.
El diputado opositor y exvicecanciller Gustavo Aliaga expresó que este acuerdo puede generar un precedente negativo con respecto a los migrantes bolivianos que pasan otras fronteras, por ejemplo la de Argentina, que ahora tiene un gobierno antinmigración.
Aliaga dijo que Argentina va a buscar el mismo acuerdo que Chile, “para poder también deportar a los bolivianos que ingresan a ese país”.
El también experto en temas internacionales hizo notar el cambio de posición de Bolivia respecto de la “reconducción” de migrantes de terceros países: “El presidente Arce estaba en contra de esta política, pero parece que su ministro de Gobierno le hizo cambiar de criterio”, expresó.
El país vecino vive una crisis migratoria con la llegada de más de medio millón de venezolanos en los últimos años, lo que le ha generado tensiones sociales y problemas económicos. Además, el ingreso a su territorio de integrantes del Tren de Aragua ha ocasionado un aumento de la delincuencia y, por primera vez en la historia de ese país, la existencia de crimen organizado.
Desde hace años que autoridades y parlamentarios de ese país exigían a Bolivia recibir de vuelta a los migrantes, pero hasta ahora el pedido había sido rechazado.
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