Brújula Digital|11|12|24|
Álbaro Gonzales Quint
Patricia Quintanilla invitó el pasado 5 de diciembre a la premier de este documental que describe la ascensión de los proyectos de izquierda en la Venezuela de Chávez y Maduro, el Brasil de Lula da Silva, la Argentina de los “K”, el Ecuador de Correa y la Bolivia plurinacional de Evo, con el socialismo del nuevo siglo. Si bien el marco político internacional está dado por la Guerra Fría, Vietnam, la revolución cubana y las dictaduras militares, habrá que decir que estos singulares protagonistas del neopopulismo zurdo fueron engendrados en la vida democrática de cada nación.
Es una producción con muchos personajes, testimonios y hechos. Llevó varios años, y por ello su valor es mayor. La dirección del documental está a cargo de Gustavo Fernández Saavedra, con varias intervenciones impecables y toda la lucidez de ese notable diplomático y político boliviano. Así lo compartí con dos autoridades y amigos de la Cancillería de carrera que estuvieron esa noche: Gustavo Aliaga y Víctor Rico.
Hago un breve pero necesario repaso a algunos relatos, incluso de personalidades que ya no están con nosotros, y por ello el documental tiene una riqueza que trasciende. Gary Prado contó sobre el decaído Che Guevara, sintiéndose traicionado y engañado, consultando sobre su destino inmediato. Susana Seleme caracterizó a Evo y su Gobierno con la palabra “latrocinio” y defendió el 21F. Villena confesó las muertes de Evo.
¿Un proceso de liberación, escuchando al pueblo en contra del imperio, que degenera en totalitarismo, con mayor alienación? ¿Podría ser el caso de Bolivia? Loyola Guzmán, con su amplia vivencia y conocimiento de las luchas políticas, comentó que no quiso estar en Tiwanaku con Evo porque no cree en ceremonias religiosas, de entronización y coronación de monarcas.
Gloria Ardaya se refirió a la destrucción de la CIDOB y la COB, al uso de la justicia y de la publicidad. Raúl Peñaranda fue perseguido por el gobierno, ese mismo que compra medios, conciencias o amordaza y exilia, reproduciendo otra característica de la vieja dictadura.
Amalia Pando fue muy sincera al contar cómo Evo y el proceso de cambio enamoraron al principio y luego mostraron su real faz con un desencanto doloroso. Recordó que Evo heredó la Agenda de Octubre y que la nacionalización la hizo Hormando. Indagó: ¿dónde está la bonanza del MAS? Y recordó el saqueo del Fondo Indígena.
En el documental también aparecen figuras relevantes del MAS. Eva Copa creyó, con toda honestidad, que puede haber algo distinto al MAS después de Evo. Se muestran grotescas imágenes de los militares del proceso prebendal, comprados al mejor estilo venezolano. Alejandro Almaraz caracterizó a la dictadura, la colaboración con el narcotráfico, la persecución judicial y el despilfarro sin diversificación. Pablo Solón confesó que no volvió a hablar con Evo luego de las represiones en el Tipnis, que pretendían más y mejores tierras para el narcotráfico, y la falacia de los derechos de la Madre Tierra. La represión a los indígenas por un gobierno indigenista con el control de todo el aparato estatal.
Masacres y muertes urdidas por el régimen. Ahí se destacan Chaparina, El Porvenir y los Discapacitados, el Hotel Las Américas. Carlos Valverde descubrió las conversaciones entre Raúl García Linera y el “terrorista” Rozsa, invitado por el gobierno para protagonizar otra insidia de Evo, Álvaro, Juan Ramón & Cía.
Jugar a la democracia sin tener cultura democrática, destruir a la oposición visualizada en la Media Luna y las instituciones republicanas en su afán de avasallar todo el Estado, buscando blindarse con una nueva Constitución y con la reelección sucesiva y fraudulenta.
Otra característica de estos proyectos es la corrupción y el despilfarro del dinero del Estado en obras y proyectos sin utilidad, con la acumulación de fortunas y consolidación de emporios delincuenciales en tiempos de precios altos y boom de las exportaciones, explicado por Juan Antonio Morales.
Destaca la trascendental impronta —creo yo verdaderamente patriótica, democrática, nada golpista y aún vital— del movimiento Pitita y la cobarde renuncia de Evo. Quizá los que aún lo siguen preferirían que haya entregado su vida como un legítimo heredero de Katari.
Alejandra Serrate, con lágrimas pero mucha fe, rememora los cabildos. La solución Añez, ante el vacío de poder para pacificar Bolivia y socavar la contrarrevolución del cocalero, que Arce Catacora reconoce como “constitucional”, hacen que este documental sea imperdible. Hay que verlo y pensarlo. Mela Márquez seguramente los recibirá en la Cinemateca con el afecto de siempre.
Álbaro Gonzales Quint, es abogado, diplomático y cristiano