BEC_SmartPlay-Viajera-1000x155px
BEC_SmartPlay-Viajera-1000x155px
OP1 BRUJULA DIGITAL 1000X155PX ESTADO PLURI (1)
OP1 BRUJULA DIGITAL 1000X155PX ESTADO PLURI (1)
Política | 04/06/2024   05:10

|OPINIÓN|Estrategas políticos o guionistas|Eduardo Chávez|

Merch Hüsey/Unsplash
BEC_SmartPlay-Viajera-956x150px (1)
BEC_SmartPlay-Viajera-956x150px (1)

Brújula Digital|04|06|24|

Eduardo Chávez

Acusaciones de corrupción, negociados, nepotismo, lavado de dinero, protección al narcotráfico… ¡narcotráfico! se lanzan entre las facciones del partido de gobierno mientras el resto de la población se bate en una crisis que afecta a Bolivia no solo en lo político sino, en los más sensible, lo económico. Las consecuencias pueden ser muy duras en el futuro, porque no parece tener fin la dinámica en la que está inmersa la política nacional.

Pese a los discursos que descalifican izquierdas y derechas la realidad desnuda la ausencia de estrategas políticos y más parece que el poder en Bolivia está librado a guionistas que día a día plantean una trama que es interpretada por actores de talla mediana, tanto en lo político como en lo actoral, porque la puesta en escena es burda y desconsiderada con una población a la que limitan a ser espectadora.  

Pese a la existencia de un Ministerio de la Presidencia, un Viceministerio de Comunicación, viceministerios encargados de la gestión política y hasta un vocero presidencial, los políticos del oficialismo dividido, si vale la paradoja, repiten como un mantra una historia que tiene componentes de producción cinematográfica o televisiva antes que una estrategia política, independientemente de lo ideológico, para llevar al país a buen puerto, con el bienestar y desarrollo que toda sociedad anhela.

De ahí la pregunta de que si las políticas en Bolivia responden a una estrategia o a un guión, lejos de identificarse las ideas de un líder, de un politólogo o, al menos, un militante en casi tres años y medio de gestión la historia boliviana parece ser más obra de un guionista y por como se desarrollan las narrativas -como les gusta decir a los políticos- se refleja la obra del español Arturo Pérez Reverte, el escritor de La Reina del Sur o de El Dragon, ambas llevadas a la televisión y que en sus tramas cuentan el accionar de la mafia del narcotráfico y su relación con el poder. En algunos pasajes también se ve la pluma del estadounidense Chris Brancato, el creador de series como Expediente X, Ley y Orden: Intento Criminal o Hannibal, y cocreador de Narcos.

Al describir esta puesta en escena no sólo se ve el desarrollo de la historia, sino otros componentes propios de una producción audiovisual como, por ejemplo, actores secundarios protagonizando spots que inundan medios locales y redes sociales en los que manifiestan su agradecimiento y complacencia con supuestas políticas nacionales como el paso de los fondos de pensiones a la Gestora, la sustitución de importaciones, las obras que días después de una inauguración rimbombante quedan inutilizadas, una política de salud enfrentada con médicos o la bonanza económica en la que supuestamente viven cuando la población que no accede a las cámaras sufre el día a día con el aumento de precios por la falta de dólares que provoca una inflación de facto.

Otros elementos de la producción son el instructor de oratoria que recomendó usar un tono futbolero para acabar las propagandas y que poco a poco van utilizando varios funcionarios de gobierno. Y no queda desapercibida la contratación del productor de El Chacal de la Trompeta, ese segmento del Sábado Gigantes, seguramente es él quien recomienda la variedad de sombreros que luce el Presidente en los actos públicos en los que aparece.

En estas turbulentas y truculentas tramas está preocupada y sumergida la política boliviana; con una audiencia pasiva, entre la que se sumerge la oposición, parece que no solo se prepara la secuela, sino una precuela que ofrece dejar al descubierto el rosario de acusaciones que no son sometidas a investigación, ya sea para sancionar a los culpables, si fueran verdad, o para castigar a quienes ventilan hechos que, tras una pesquisa seria, podrían ser falsos. Al parecer los guionistas no cierras las historias para cautivar a la audiencia y que no se pierdan el próximo capítulo. Por el bien del país y de los bolivianos ojalá no haya nueva temporada.

Eduardo Chávez es periodista.






BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
AlicorpEffie2024-300x300
AlicorpEffie2024-300x300