APG
Brújula Digital|02|04|24|
Yelka Maric
Si bien el nombre del cargo suena a “redentor” de un municipio, debo decir que conlleva desafíos que no son nada fáciles de administrar. Por este motivo quiero hacer cinco sugerencias (para mí, las principales), con dos años de anticipación, a todos aquellos que planean ser candidatos a alcalde de su municipio en las próximas elecciones:
1. Inteligencia emocional.- Un alcalde debe aprender a controlar sus emociones para no alterarse y menos perder el control al dirigir reuniones, encuentros y eventos donde todos quieren hacerse escuchar y donde todos consideran que sus puntos de vista son respetables. Un alto nivel de inteligencia ayuda a encontrar soluciones efectivas y eficientes frente a la ignorancia (que muchas veces se convierte en intransigencia), corrupción y extorsión.
El psicólogo y periodista estadounidense Daniel Goleman define la inteligencia emocional como “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarlos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones”. A diferencia del cociente intelectual que no cambia desde el nacimiento; cada habilidad emocional es aprendida y es aprendible.
2. Curso de administración de empresas.- Teóricamente, un alcalde debe lograr el máximo beneficio posible para su municipio mediante la organización, planificación, dirección y control de los recursos (humanos, económicos y tecnológicos) que tiene a su disposición. Para lograr dicho propósito, en el menor tiempo posible y de forma inteligente, sugiero que se curse una maestría o cualquier formato de la carrera de administración de empresas. Conceptos como gestión estratégica, planificación estratégica y otros servirán para garantizar el desarrollo y sostenibilidad de su municipio.
3. Organigrama.- Un alcalde debe analizar de entrada el organigrama de su municipio y estudiar el manual de funciones y procedimientos (si acaso el municipio en cuestión lo tuviera). Un examen minucioso de ambos aspectos no sólo le va a permitir entender el flujo de información y toma de decisiones sino también le permitirá no cometer el error de echar a la burocracia especializada de gestiones anteriores.
Hay cargos que por su naturaleza “altamente técnica” deben ser institucionalizados y responder a los genuinos intereses del municipio, independientemente del color político de la máxima autoridad del Ejecutivo.
4. Concejales.- El candidato tendría que ir seleccionando a sus posibles concejales porque constituyen el equipo más cercano del alcalde. En consecuencia, deben elaborar y compartir todos, genuinamente, una sola visión del plan de gobierno. Únicamente un compromiso serio con los objetivos de gestión, desde la concepción del plan de gobierno, dará por resultado una gobernabilidad y ejecución a la altura de lo planeado. Seres humanos con un recorrido de compromiso social con su comunidad y de sólidos principios “éticos y morales” son perfiles altamente recomendados.
5. Imagen.- Sugiero a los candidatos buscar, revisar, leer los códigos nacionales e internacionales de conducta de una autoridad. Un alcalde debe evitar percepciones reñidas con la moral, apariencia descuidada y reacciones impulsivas no convenientes porque son nocivas para todo su equipo en general y pone en duda la calidad, confianza y respeto de toda la administración de la entidad.
Para terminar, rescato el artículo “De Peter Drucker: seis reglas para gobernantes” de Agustín Saavedra Weise, que resume a cabalidad el documento del analista estadounidense, (considerado uno de los más prominentes intelectuales de la administración del siglo XX), sobre las seis reglas que deberían seguir los gobernantes para cumplir adecuadamente con sus mandatos.
a) “La primera regla se refiere justamente a lo que es necesario hacer. No se hace lo que uno quiere o cree que debe hacer, sino lo que verdaderamente hay que hacer en función de las circunstancias propias del momento y de las situaciones puntuales que se presenten”.
b) “Concéntrese, no se diversifique”. Drucker considera que puede haber más de media docena de respuestas en torno a lo que es necesario hacer, pero un gobernante tiene que ser capaz de arriesgarse en torno a una sola cuestión esencial y llevarla a cabo. Caso contrario, fracasará.
c) No apueste jamás sobre una cosa segura. Según Drucker “siempre falla el tiro”. No hay que creer jamás que lo propuesto o empujado saldrá adelante como si fuera una operación matemática. En el tórrido mundo de la política de alto nivel, nada es seguro.
d) Un gobernante efectivo no “microadministra”. La tendencia al detalle, a revisar lo mínimo, hace perder perspectiva global, desperdicia la labor de sus principales colaboradores y se termina fracasando. La multiplicidad de datos se le escapa hasta a la persona más inteligente y organizada. Es donde muchos fracasan.
e) “Una máxima autoridad no tiene amigos en la administración. No se puede confiar en los amigos del gobernante: tarde o temprano se verán tentados a usar de su influencia o terminarán siendo perjudiciales”. El “amiguerío” ha probado ser funesto en todas las latitudes. No acatar esta regla puede precipitar lamentables consecuencias.
f) “Una vez que uno resulta electo, deja de hacer campaña”. Es decir, hay que ponerse a trabajar en serio, con pragmatismo y dedicación. Gobernar para todos, ya no seguir con los lemas previos a la elección y, ciertamente, tomar en cuenta las otras cinco normas.
Además de las reglas mencionadas, el candidato debe considerar los intereses sectarios. Desafortunadamente, sabemos que los intereses económicos de “algunos” empresarios, intereses económicos personales, de grupo del Órgano Legislativo y/o Ejecutivo, así como de grupos fácticos, pueden hacer el camino muy sinuoso para un alcalde. Peor si son deudas “por pagar” por la campaña política. Velar por el destino planeado, manteniendo una sana gobernabilidad, debería ser siempre el objetivo principal de una gestión.
No concluyo sin antes solicitar fervientemente un diagnóstico objetivo de la gestión municipal saliente. Todas tienen aciertos y desaciertos, unas más que otras, pero para avanzar como municipio corresponde mejorar, potenciar y continuar las buenas decisiones, y corregir o desechar sólo las malas. Temas de ego suelen ser perjudiciales para el municipio. Retroceder implica mala asignación de recursos.
Siempre es bueno aprender de los errores ajenos ya que pueden ser muy caros en carne propia.
Yelka Maric es concejala de La Paz.