Alrededor de las 20:30 se dirigió a la residencia presidencial de San Jorge, donde mantenía reuniones con varios de sus excolegas parlamentarios para nombrar al gabinete de ministros este miércoles.
Brújula Digital |12|11|19|
La senadora Jeanine Añez se convirtió en la presidenta
que le tocó suceder en el poder al largo período de Evo Morales y tras 14 años de
dominio del MAS ingresó a Palacio Quemado con una Biblia.
La nueva Presidenta prefirió no colocarse los símbolos patrios en la denominada Casa Grande del Pueblo, sino en el tradicional Palacio de Gobierno, en una jornada marcada por la improvisación. No hubo en sus declaraciones ninguna clase de protocolo y un gran número de personas se apretujaba en las gradas del edificio cuando ella dio su discurso. Luego pidió que se hiciera un minuto de silencio en honor a los fallecidos en las jornadas de protesta contra Morales.
Entre los legisladores que estuvieron más cerca de la Presidenta se vio a los senadores Yerko Núñez y Arturo Murillo, pero muchos miembros de la bancada antiguamente opositora estuvieron en el Palacio para celebrar el momento.
Añez dio discursos breves y sobrios en las oportunidades que le tocó hablar, en contraste con los extensos y a veces enrevesados discursos del expresidente Morales, quien renunció al poder el domingo y luego aceptó ser asilado en México.
No hubo nadie que invistiera a Añez y, de hecho, fue ella misma la que se autoproclamó como Jefa de Estado, aun sin quorum en las cámaras. Todo se inició en una breve sesión senatorial realizada poco después de las 18:30, cuando Añez se convirtió primero en presidenta de la Cámara Alta, ante la renuncia de la expresidenta Adriana Salvatierra y del primer vicepresidente, Rubén Medinaceli.
Una vez nombrada presidenta de ese cuerpo, se dirigió al hemiciclo, y en presencia de los legisladores opositores de ambas cámaras, leyó un discurso en el que señaló que el artículo 170 de la Constitución Política del Estado determina que cuando un Presidente abandona el cargo, debe realizarse la sucesión presidencial.
Como Morales abandonó el país rumbo a México, esa sucesión debía realizarse de manera inmediata. Al ser ella la presidenta del Senado, de manera automática quedó como presidenta del país.
“Asumo de inmediato la presidencia del Estado”, dijo Jeanine Añez en la sesión congresal ante los aplausos de los legisladores opositores. Añez es la segunda presidenta mujer de la historia de Bolivia, junto a Lidia Gueiler, que gobernó en 1980.
Salió brevemente al balcón de una semidesierta plaza Murillo, ostentando la medalla y la banda presidenciales.
Una masiva marcha de ponchos rojos, que había llegado hasta el Kilómetro Cero, fue dispersada tras lograr una breve reunión con ella antes de su posesión. La Policía tuvo que dispersar con gases lacrimógenos a cientos de simpatizantes masistas que deseaban llegar al Palacio.
Alrededor de las 20:30 se dirigió a la residencia presidencial de San Jorge, donde mantenía reuniones con varios de sus excolegas parlamentarios para nombrar al gabinete de ministros este miércoles.