ANÁLISIS La debilidad de SOL.Bo, que no tiene personería jurídica reconocida y que algunas encuestas demuestran que su apoyo no favorece necesariamente a Mesa, ayudaron a un rápido convenio con Mesa. Con el MSD, partido de Rubén Costas, la negociación está estancada. (Raúl Peñaranda)
El candidato presidencial Carlos Mesa logró una fácil negociación con Luis Revilla, líder de SOL.Bo, partido que se unió sin exigir a cambio grandes cuotas de poder, pero se ha visto enfrascado en un diálogo más complicado con Demócratas, el partido que lidera Rubén Costas.
La debilidad de SOL.Bo, que no tiene personería jurídica reconocida y que algunas encuestas demuestran que su apoyo no favorece necesariamente a Mesa, ayudaron a un rápido convenio. En las encuestas Revilla muestra un apoyo popular decreciente, lo que se podría deber a que su partido (y el MSM, la fuerza política precedente a SOL.Bo) está 18 años en el poder en la Alcaldía de La Paz: dos gestiones de Juan del Granado y dos del alcalde actual.
“Revilla no tenía mucho que ofrecerle a Mesa, excepto un poco del aparato de la Alcaldía de La Paz y un poco de carisma, y por eso el diálogo fue rápido. Y como SOL.Bo no tiene personería jurídica, Revilla aceleró el acuerdo porque representa la única manera de mantener vigente a su partido”, dijo una fuente cercana al entorno de Mesa.
El partido de Revilla negociará el próximo año los nombres de posibles candidatos a las cámaras de diputados y senadores, pero se prevé que las cuotas que obtenga serán relativamente pequeñas.
La negociación con Demócratas ha sido mucho más dificultosa, señaló la fuente consultada, porque Mesa ha pedido que el exalcalde de Cochabamba, José María Leyes, sea sacado del esquema del partido de Costas y no figure ya como vicepresidente de esa fuerza. También se menciona que Mesa ha exigido que Demócratas realice una firme denuncia pública mucho más firme de las acciones de Leyes, acusado de sobreprecio por la compra de mochilas escolares.
Leyes está bajo detención domiciliaria en Cochabamba desde abril pasado.
Estudios de opinión
pública demuestran que para Mesa es muy riesgosa la alianza con el MSD (Demócratas),
porque la ciudadanía rechaza los acuerdos con partidos tradicionales, y esa
organización es vista de esa manera, y porque la influencia de Costas en Santa
Cruz estaría en entredicho. La negociación, al parecer, está virtualmente estancada.
Otro asunto que ha frenado el acuerdo, según información a la que accedió Brújula Digital, es que la pretensión del MSD era tener control casi absoluto de las bancadas de Santa Cruz y Beni, cosa que es un “precio muy alto”, que el grupo de trabajo de Mesa no estaría dispuesto a aceptar.
Encuestas realizadas por Mercados y Muestras y publicadas en Página Siete establecieron además que, en vez de ayudar a Mesa, una alianza con Costas podría bajarle el respaldo popular no solo en Santa Cruz sino en el resto del país.
“Se necesita una alianza en Santa Cruz y se necesita tener un candidato cruceño a la Vicepresidencia”, dijo la fuente consultada, pero expresó que todavía no hay consenso en el grupo de trabajo de Carlos Mesa de si esa alianza es con Costas u otros sectores de ese departamento.
Samuel Doria Medina
En esta fase de frenéticos contactos, que deben concluir antes del plazo establecido por el TSE en diciembre próximo, no se descarta que el líder de UN, Samuel Doria Medina, pueda hacer un acercamiento con el FRI, el partido de Mesa.
Doria Medina seguirá evaluando su candidatura y es posible que dé señales de acuerdos con Mesa antes de las primarias o después de ellas.