Panorama|24|07|25|
En lo profundo de los bosques bolivianos, principalmente en Santa Cruz, Trópico de Cochabamba y en Beni, hay historias que no suelen contarse. Historias de monos, jaguares que vivieron en jaulas diminutas y aves que olvidaron volar. La Comunidad Inti Wara Yassi (CIWY), una organización pionera en la protección de la fauna silvestre en Bolivia, se viene dedicando por más de tres décadas a reescribir estas historias de dolor en capítulos de esperanza, rehabilitación y libertad.
Son tres refugios que se convierten en hogar para víctimas silenciosas del tráfico ilegal de fauna silvestre, donde CIWY lucha por devolver la dignidad a animales que fueron privados de su libertad y fueron víctimas de los incendios forestales. A este compromiso se suma como patrocinador BISA Seguros.
Desde su fundación en 1992, CIWY instaló tres parques: Machía en Villa Tunari, Cochabamba; Ambue Ari en Guarayos, en Santa Cruz, y Jacj Cuisi cerca de Rurrenabaque, en Beni. Allí cuida a más de 400 animales, entre ellos monos, jaguares, pumas, osos andinos, aves y otros mamíferos. La mayoría proviene de decomisos realizados por la Policía Forestal o entregas voluntarias, después de haber sido mantenidos en condiciones precarias o usados como mascotas exóticas. También fueron rescatados en zonas forestales, donde se registran incendios.
Es el caso del jaguar Kusiy rescatado de cachorro del patio de una vivienda en Shinahota (Chapare) donde vivía hacinado con otros animales. Kusiy, ya no tendrá condiciones de reincorporarse a su hábitat natural. En CIWY habilitaron un espacio de 2.500 metros donde recibe cuidados y vive en condiciones, las más cercanas posibles, a su estado silvestre. La organización se empeña porque no se repitan más casos como este, según el recorrido que hizo la revista Datos.
También está la historia de Valo, un puma huérfano hallado en San Ignacio de Velasco (Santa Cruz). Llegó a Ambue Ari, en 2023, actualmente es rehabilitado y vive permanentemente en un recinto diseñado para que disfrute de su hábitat natural. Se encuentra bajo el cuidado del equipo veterinario y los cuidadores de felinos especializados. Requiere de diferentes tipos de carne, vitaminas y suplementos para crecer sano y fuerte. A pesar de sus difíciles comienzos, explora la selva a diario con paseos guiados.
En el parque Machía, en el Chapare, Cochabamba, fundado por Nena Baltazar en los años 90 y precursora del proyecto CIWY, a pesar de que enfrenta restricciones operativas y económicas, aún se albergan animales rehabilitados como parabas y pumas con historias de rescate.
CIWY opera gracias al esfuerzo de voluntarios nacionales e internacionales y al compromiso de empresas aliadas como BISA Seguros, que apoyan programas de educación ambiental y acciones para frenar el tráfico de especies.
Pero los desafíos persisten: desde las limitaciones presupuestarias hasta la urgente necesidad de legislación efectiva que garantice la seguridad de los animales rescatados. A pesar de ello, el equipo de CIWY continúa, día a día, rehabilitando no solo cuerpos, sino también historias rotas.
Primer felino camino a la libertad
CIWY y BISA Seguros cofinancian la construcción de un recinto de una hectárea para un jaguar hembra rescatada en la zona afectada por incendios. Este espacio, diseñado para simular un entorno natural, está equipado con cámaras trampa y será operado sin contacto humano directo.
Se estima una inversión de alrededor de 100 mil dólares, respaldada por un comité científico y técnico con autorización de la Dirección General de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente. Este proyecto, que cuenta con asesoría de Onçafari de Brasil, permitirá que el primer jaguar rehabilitado sea liberado en Bolivia, marcando un hito en protocolos de conservación, detalló Nena Baltazar.
Apoyo veterinario, salud emocional y compromiso internacional
Según la revista Datos, que hizo un reportaje sobre el trabajo en el bosque, el un equipo veterinario, liderado por profesionales como Silvia Juliana, nacida en Colombia, y Rebeca Araujo, de México, lleva a cabo atención física y emocional a animales con trauma, fracturas e intoxicaciones.
La educación ambiental en comunidades locales es vital: bajo la coordinación de la educadora Elyse Lievre, residente de Francia, se desarrollan talleres, germinaciones y actividades lúdicas con niños sobre reforestación, fauna y teatralización del vínculo con los jaguares.
CIWY cuenta con un equipo internacional de más de 20 voluntarios de países como Inglaterra, México, Estados Unidos, Colombia, Francia y España, quienes trabajan en áreas como fotografía ambiental, administración y prevención de incendios.