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05/07/2019

Virus e indolencia mortales

Ximena Cuellar, de 25 años, tuvo una muerte horrorosa. Estaba terminando sus estudios en medicina, el orgullo de la familia, y fue trasladada a Caranavi para hacer la práctica obligatoria de tres meses. Un paciente enfermo la contagió de un virus que, en un inicio, según el Gobierno, era desconocido.

Ella tenía dos jefas; la directora del hospital Caranavi, Adela Limachi, y la encargada del área de epidemiología, Raquel Ticona. Ximena relató que comenzó a sentirse mal el 20 de mayo, tuvo fiebre y reportó su estado de salud a sus jefas, que no le dieron importancia; el 23 ya estaba decaída y la obligaron a trabajar.

Sus compañeras de trabajo pensaron que ella fingía para no trabajar. Sin embargo, se supone que sus superiores deben tener experiencia en identificar síntomas que alertan la presencia de un virus; más aún cuando atendió a una persona que falleció. Además, está claro que no tenía material de bioseguridad para evitar ser contagiada.

El hospital tampoco reportó la muerte del paciente por fiebre hemorrágica. El 23 de mayo, Cuellar seguía trabajando, al día siguiente le permiten descansar, pero no recibe atención médica y se queda en su cuarto, con una terrible fiebre. El 27 de mayo llegó la familia a socorrerla.

En el Hospital de Caranavi le hicieron análisis y determinaron que no tenía dengue, pero no podía caminar, sufría un sangrado profuso de las encías y convulsionó durante cuatro horas. Entonces, la directora Limachi –para lavarse las manos– acepta que se traslade a La Paz. Hasta el 29 intentaron conseguir una ambulancia, porque la que tiene el hospital no puede dar ese servicio.

El 29, a las 11 de la noche, la trasladan, y llega a las cuatro de la mañana del 30 de mayo. El 2 de junio la aceptan en el Hospital Gastroenterológico. Falleció dos días después.

La familia cree que la negligencia mató a Cuellar y junto al rector de la UMSA presentarn una denuncia contra las superiores de la interna por homicidio culposo.

La madre dijo que su hija le contó que pese a estar muy debilitada y enferma la siguieron haciendo trabajar junto a otros pacientes. Uno no puede entender este grado de insensibilidad. Esto se produjo en un hospital que atiende a muchas personas por dengue. Hasta diciembre se registraron 767 casos y de ellos 260 pertenecían a Caranavi. De enero a mayo tenemos la certeza de que un paciente tuvo los mismos síntomas, y falleció. La directora no alertó de ese fallecimiento ni pidió una investigación.

En 2009, el dengue cobró nueve vidas y afectó a 31.000 personas; 23.000 de ellas en Santa Cruz. En marzo, en Bermejo se produjeron dos muertos y mil casos. Esto sucede en varias regiones de La Paz. En el Hospital de Caranavi los enfermos de dengue son numerosos y ni así tomaron medidas ante esta enfermedad.

Desde que murió Cuellar pasó un mes y no habríamos sabido nada si los dos médicos que la atendieron presentaron problemas. Un médico se contagió por hacerle una endoscopía y otro una colonoscopía, es decir, estaban totalmente desorientados, no sabían qué tenía la paciente.

El saldo de todo esto es de dos personas muertas, dos médicos en terapia intensiva y tres casos sospechosos. El médico que fue entrevistado por El Deber y que trabaja en Camargo dijo que se trata de un virus llamado Machupo. Él se enfermó del virus de niño y sobrevivió. Además, dijo que atendió tres casos y que una persona murió. Luego contó que vio un documental que relata cómo tres médicos extranjeros atendieron al mismo virus en San Joaquín.

Los médicos encontraron que el responsable es un ratón de cola larga y se llamó a la enfermedad como el Tifus Negro.  La forma de contagio era la inhalación de sus excrementos del roedor y que para matar a mosquitos fumigaron con DDT, lo que mató a todos los gatos. La solución fue traer gatos que mataron a los ratones. También descubrieron que los pacientes que sobreviven tienen la cura en su sangre.

Todo el departamento de epidemiología tendría que saber que el virus existe y deberían saber distinguirlo. Pero la única prueba que hicieron fue de dengue y salió negativa.

Más de un mes que falleció el paciente, denominado “cero” y el Ministerio de Salud mandó a médicos recién un mes después. Eso se debería hacer de forma inmediata y si no hay una epidemia hoy es porque Dios es grande.

Tomado del programa Cabildeo

Amalia Pando dirige el programa Cabildeo, que se emite por internet



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