Políticos experimentados y estrategas electorales consideran que el triunfo en una elección nacional pasa ahora por asegurar, en lo posible, el primer lugar en Santa Cruz y El Alto, por el tamaño de sus padrones, pero también por el impacto y la gravitación política y simbólica que tienen sobre el resto de las regiones.
Falta mucho para la elección presidencial de 2025, dirán quienes sostienen un calendario de escritorio en las manos o los que observan uno en sus dispositivos electrónicos, pero en política el tiempo corre de distinta manera y la disputa por la candidatura en el MAS tiene entre sus prioridades el componente territorial.
El Alto no parece ser un problema para la facción de Luis Arce y David Choquehuanca, unidos por el momento contra Evo Morales, por el manifiesto rechazo al evismo de parte de la Alcaldesa, sus seguidores y los sectores que controla y en los que busca influir con ayuda del Gobierno traducida en obras y presupuestos.
Siendo la gran trinchera política del MAS desde el 2000, incluso antes, su caudillo no apareció en El Alto en el último tiempo para reunir a las bases del instrumento político y analizar la coyuntura nacional, preparar la elección interna de nuevos dirigentes o discutir el próximo desafío electoral.
Cruzó por la ciudad rebelde en la marcha oficialista de noviembre de 2021 y punto. A principios de septiembre de este año visitó Coroico, Caranavi y Palos Blancos, hacia el norte del departamento de La Paz, para impulsar la inscripción y reinscripción de militantes en esos municipios distantes de los núcleos políticos de El Alto y la hoyada paceña.
Ahí una primera desventaja del jefe del MAS frente a la corriente de Arce y Choquehuanca que, desde el ejercicio del poder, avanzaron con comodidad en El Alto, La Paz y provincias clave como Omasuyos, Ingavi y Aroma, entre otras.
Santa Cruz es, por tanto, el gran desafío para los bandos en disputa. La candidatura presidencial del MAS se definirá, entre otros elementos, por quién tenga más fuerza en la región oriental si se toma en cuenta la oportunidad de transformar la indiscutible presencia política del masismo en un factor definitorio en términos electorales.
En ese escenario y por el momento, Morales tampoco está bien situado, no genera entusiasmo y menos adhesión política. Al contrario, comentan los políticos experimentados, sus negativos son más altos que los del propio MAS.
Personajes clasemedieros del evismo cruceño encabezados por Mario Cronenbold lanzaron la candidatura de Morales Presidente del Bicentenario, tratando de adelantarse, queriendo mostrar influencia en un territorio adverso y buscando hacer difícil el posicionamiento de la otra facción masista.
Los leales al caudillo se han ido reduciendo al respaldo público del exministro Carlos Romero, las expresidentas de las cámaras legislativas han enmudecido, los voceros y analistas del oficialismo han cambiado de bando interno y los sectores sociales y sindicales cruceños, también.
Arce y Choquehuanca aventajan a su adversario aplicando una estrategia de triple acción: guerra abierta con la derecha radical personificada en el gobernador Luis Fernando Camacho y el Comité Cívico pro Santa Cruz; sociedad de conveniencia con el alcalde Johnny Fernández y diálogo con el sector productivo del departamento.
En el primer caso, el Gobierno ha decidido que el campo de batalla sea el Censo y no piensa realizar concesiones. Una muestra de ello es la colección de calificativos que despachó la Ministra de la Presidencia contra Camacho en vísperas de la efeméride cruceña.
En cuanto a la sociedad con Fernández, éste se ha convertido en una cuña que impide el avance del Comité Interinstitucional no solamente en la capital, sino en el área metropolitana y en buena parte del departamento tomando en cuenta la coordinación con los cerca de 40 municipios rurales bajo control político del masismo.
Pero es una sociedad que puede complicar los planes de reelección presidencial con las acciones arbitrarias y poco pensadas como el cambio de losetas del centro histórico de Santa Cruz de la Sierra, parte de la identidad del cruceño. Seguramente ya sonaron los teléfonos del socio para exigirle que reencamine el tema y pare la confrontación entre vecinos.
No menos importante es el cambio de discurso de Arce en torno a los grupos de poder de Santa Cruz en la inauguración de la feria exposición de este año y los canales de diálogo abiertos en los últimos meses con sectores productivos para discutir la elaboración de una agenda de intereses comunes.
Pero, además hay que anotar, según los políticos experimentados, la sorprendente presencia del Estado Plurinacional en la Expocruz 2022 con stands del Ministerio de la Presidencia, Aduana Nacional, Tribunal Supremo de Justicia y hasta del Servicio de Impuestos Nacionales, entre otros, buscando generar una nueva idea del ciudadano respecto del actual gobierno.
Queda claro que la definición de la candidatura presidencial del MAS tiene como elemento central el peso que puedan llegar a tener las fuerzas en pugna en el departamento de Santa Cruz, el objetivo político del momento, a 212 años de su gesta liberadora.
Edwin Cacho Herrera es periodista