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Columna Abierta | 30/06/2023

No nos ganarán, no nos callarán

Carlos Derpic
Carlos Derpic

Desde hace algún tiempo se rumoreaba que la situación financiera de Página 7 era muy difícil y que era posible su cierre. El 29 de junio de 2023, el cierre se produjo como consecuencia de la asfixia a que fue sometido por el gobierno, que asumió decisiones y ejecutó acciones orientadas precisamente a ello. La carta que el presidente del Directorio de Página 7 dirigió a sus lectores da cuenta detallada de todo lo que tuvo que enfrentar desde hace bastante tiempo.

No quedan dudas del motivo por el cual el masismo decidió acallar a este medio independiente: precisamente su condición de independiente, lo que en buenas cuentas significa que no se sometió a los designios gubernamentales, que no difundió posverdades de las que gustan los gobiernos autoritarios, no solamente en Bolivia sino en varios países del mundo.

Página 7 no sólo fue un diario independiente, sino que fue plural, en tanto en cuanto en su página de opinión escribieron columnistas de diferentes corrientes ideológicas, incluidos connotados masistas que, en determinado momento y ante la falacia de que Página 7 mentía, dejaron de hacerlo por consigna partidaria. Varios ex ministros de Evo Morales, fueron columnistas del diario cerrado hace pocas horas, de manera que mal que puede hablar de sectarismo en este caso, a diferencia de lo que sucede en medios gubernamentales y paragubernamentales en los cuales no está permitido discrepar con la línea oficial que sale de la denominada “Casa grande del pueblo” que es, en realidad, “Casa grande de los masistas”.

Un particular ejemplo de seriedad y profesionalismo periodístico fue el suplemento “Ideas”, que acogió a muchas personas y que mostró el mismio carácter plural y democrático que el diario.

El cierre de Página 7 es, sin duda, un nuevo golpe a la deteriorada democracia, que se conquistó en 1982 con el esfuerzo y sangre del pueblo boliviano, y que ha sido sistemáticamente jaqueada por los gobiernos masistas desde 2006.

Hoy es fácilmente comprobable que los derechos humanos, que están aparatosamente incluidos en la Constitución Política del Estado, son vulnerados diariamente. Así lo demuestra, por ejemplo, el “Informe país 2022, sobre libertades fundamentales e institucionalidad democrática” hecho público por UNITAS el 29 de junio, en el que se abordan los derechos de libertad de prensa, libertad de asociación y derechos de los defensores de derechos, así como aspectos relativos a la institucionalidad democrática.

Precisamente el cierre de Página 7 es demostración palpable de la vulneración de estos derechos. Pero, no son los únicos derechos que se violan. También son violados los derechos a la sindicalización, a un salario justo, a la seguridad social a corto y largo plazo; los derechos de los pueblos indígenas, agredidos por empresas mineras de los millonarios aliados del masismo. En fin, la lista de vulneraciones a los derechos excede con mucho a la extensión de una columna como la presente.

Sin embargo, algo debiera quedar claro para todos nosotros, y es que los espíritus totalitarios, que seguramente ahora están brindando ufanos por el cierre de Página 7 (“los crepamos” estarán diciendo), no pueden, pese a sus fechorías, dormir tranquilos. Tienen pesadillas, terribles pesadillas, porque saben que no las tienen todas consigo. Saben que el 55% del que se ufanan y que usan para intentar doblegar y oprimir a quienes no votaron por el MAS en 2020, ya no es tal ni será suficiente para impedir a la gente pensar y decidir por cuenta propia.

Seguirán buscando enemigos, seguirán acusando a todo disidente o libre pensante de derechista, imperialista, vende patria o cualquier otro adjetivo similar, a sabiendas de que en realidad se trata de hombres y mujeres libres, que no se someten (ni se someterán) a los dictados del masismo, temporalmente abusando del poder.

Hagamos nuestras las palabras de Luis Suárez, mártir asesinado el 15 de enero de 1981 en la calle Harrington: “fluye el pensar, aún frente a la palabra sin puerta”, para saber que, pese a lo sucedido con Página 7, hay miles de bolivianas y bolivianos (no olvidemos las más 800.000 firmas que pidieron reformar la podrida justicia) dispuestos a pensar por su cuenta, hacer escuchar su voz, votar libremente en elecciones y actuar como ciudadanos.

No nos ganarán, no nos callarán.

Carlos Derpic es abogado



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