Se ha publicado en medios de comunicación una fotografía de los cuatro. Todos lucen barbijos blancos, lo que da cuenta de que fue tomada en la pandemia. Pese al momento de dura crisis sanitaria, se muestran triunfantes. Al centro están Luis Arce Catacora y Daniela Camila, una muchacha que observa con dulzura a su padre. Luis Marcelo y Rafael Ernesto los flanquean levantando los puños apretados, como si fueran jóvenes izquierdistas ilusionados con lo que se viene: el poder.
No se conocen más fotografías de los cuatro juntos, lo que no quiere decir que no hayan tenido nuevos encuentros con Arce Catacora ejerciendo a plenitud la presidencia 2020-2025, tal vez planificando cómo encaminarían los “negocios familiares”, sacándole provecho a la envestidura del padre y privando a la población en su conjunto no solamente de recursos públicos, sino de oportunidades y esperanzas para enfrentar la grave crisis multidimensional.
Decidieron hacer “negocios” con el litio, carburantes, fertilizantes, predios agrícolas, contrabando de granos, oro… Ya que al Gobierno le gusta hablar de clanes familiares cuando de actividades ilícitas se trata, pues bien, ahí tiene uno altamente diversificado y bien consolidado con apoyo de YPFB, YLB, Emapa y otras entidades estatales bajo “supervisión” de la Casa Grande.
Me intriga saber si hubo momentos de reflexión entre ellos o de posible arrepentimiento por lo que le estaban ocasionando al país. Seguramente me estoy equivocando y lo que hacían era impulsar los “negocios familiares”, creyendo que la impunidad estaba garantizada y las ganancias, bien resguardadas.
Puede sonar a consuelo, pero en México el expresidente Andrés Manuel López Obrador y sus tres hijos son investigados por agencias anticrimen de Estados Unidos por vínculos con carteles del narcotráfico como el de Sinaloa, que habría financiado varias de sus campañas electorales, hasta que en 2018 por fin ganó la presidencia. También se investiga su participación en el denominado “huachicol fiscal” o robo ytráfico de ingentes cantidades de carburantes.
Andrés Manuel, Gonzalo y José Ramón López Beltrán figuran en una extraña demanda de amparo que los blinda de forma temporal ante cualquier captura en la trama del huachicol. AMLO dejó la presidencia de México el año pasado, pero influye en el gobierno de Claudia Sheinbaum, algo que no ocurrirá con Luis Arce, salvo una maniobra de último momento que prorrogue su mandato. Aparece como un escenario improbable, pero en política todo puede suceder.
Al momento de redactar el presente artículo de opinión, martes 23 de septiembre, habían pasado cuatro días desde que la fiscalía cruceña libró una orden de aprehensión contra Luis Marcelo Arce Mosqueira por violencia física y psicológica a su concubina, la exmiss Tarija Mary Carmen Cuéllar. Se allanó un lujoso departamento en Santa Cruz, pero no se halló al mayor de los hermanos Arce Mosqueira, señalado también como cerebro de los “negocios” en los contratos de explotación de litio; la creación y funcionamiento de la intermediaria estatal Botrading; e incluso en la comercialización de urea.
El mismo día en que Marcelo Arce Mosqueira era denunciado por violencia doméstica, el viernes 19 de septiembre, su hermano Rafael fue demandado penalmente en Sucre, sede de la Fiscalía General, por la sospechosa compra de un penthouse duplex, dos parqueos, dos vagonetas de alta gama y dos bauleras en un exclusivo condominio de la zona Sur de La Paz en 775.000 dólares sin tener trabajo conocido, pero con una fortuna sin haber cumplido los 30 años de vida. El denunciante es el persistente diputado del evismo Héctor Arce Rodríguez.
El acusado de golpear a su pareja no ha sido hallado y el demandado por actos de magnate aún no es investigado. La preocupación por la posible salida del país de los hijos del presidente se hace sentir. El sábado 20 Arce Catacora posteó que sus hijos deben ser sometidos a la justicia como cualquier ciudadano porque, además, ya son mayores de edad. Marcó distancia con sus propios hijos para no ser acusado de protección desde su despacho.
Con la ubicación indeterminada de sus hijos y preparándose para viajar a Brasil, a fin de asistir a una cita médica, los varones de los Arce podrían coincidir fuera del país. La viceministra de la Presidencia, María Nela Prada, intentó despejar susceptibilidades y aseguró que el mandatario se quedará en Bolivia luego de su atención médica y de entregar el poder el 8 de noviembre, ya que está vigente una ley que obliga a las autoridades a permanecer al menos tres meses después de dejar sus cargos por mandato popular o designación.
Urge que los Arce, de manera individualizada, respondan ante la justicia no solamente por las compras de bienes lujosos o agresiones a una mujer, graves por donde se los vea, sino también por el grado de participación y de responsabilidad en “negocios” clave como el direccionamiento de la explotación del litio, el pago de comisiones millonarias a Botrading en una insulsa intermediación para la importación de carburantes, y la compra de un fundo agrícola en Santa Cruz cuyo rendimiento y ganancias habían sido definidas antes de la adquisición. La impunidad no puede vencer otra vez.
Edwin Cacho Herrera Salinas es periodista y analista.