Esta es la carta que envié al embajador Joel Hernández García, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para expresar mi queja sobre un párrafo del informe sobre Bolivia. Esta es la carta:
Señor:
Emb. Joel Hernández García
Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Me dirijo a Usted con motivo de manifestarle mi sorpresa e indignación por el contenido del Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de 2019, que en el volumen dos, informe anual de la relatoría especial para la libertad de expresión se refiere a mi país, Bolivia.
Permítame presentarme. Soy Ronald MacLean Abaroa, boliviano, cuatro veces electo alcalde de la ciudad de La Paz, exministro de Estado en cinco carteras, incluidas la de Finanzas y la de Relaciones Exteriores, en distintos gobiernos de la República de Bolivia. Enseño en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard desde hace más de 20 años y soy exfuncionario del Banco Mundial. Soy catedrático de la Academia Internacional Anti-Corrupción en Viena, Austria.
Actualmente y en ejercicio de un derecho humano y constitucional del que fui privado por 11 años, he podido regresar a Bolivia para coadyuvar en el restablecimiento de la libertad y la democracia plena, asesorando la campaña electoral del candidato presidencial del Dr. Luis Fernando Camacho, a quien invité a visitar Washington en diciembre pasado.
Leyendo el documento de referencia no me cabe duda, tanto por el lenguaje del mismo como por las apreciaciones o rumores basados en fuentes sin ninguna solvencia, que dicho documento no fue escrito por juristas especializados en la interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos, sino con la participación de activistas ligados al gobierno del expresidente Evo Morales, lo que no solo transgrede toda norma ética y de imparcialidad, sino que compromete la legitimidad y profesionalismo de la institución que Usted preside.
Tenemos conocimiento que una de las activistas al servicio del señor Morales y su partido, la periodista María José Ferrel, disfrutando de una pasantía en la CIDH, fue una de las personas que participó en la redacción de dicho informe.
No hay otra explicación para comprender la mala fe y la tergiversación de los hechos que presenta dicho documento y que espero que el gobierno de Bolivia los haya refutado. Yo sólo me quiero referir a un párrafo que me atañe, pues está referido al candidato presidencial, Dr. Luis Fernando Camacho, quien es un candidato independiente y no tiene, ni tuvo ninguna relación política con el actual gobierno de Bolivia.
El párrafo sostiene que “Según información proporcionada a esta Oficina, el 12 de diciembre durante el conversatorio realizado por la ONG The Dialogue en Washington D.C. con el líder cívico, Luis Fernando Camacho, diferentes grupos que lo apoyaban atacaron de manera verbal y física a periodistas y activistas que se manifestaban contra la presencia de Camacho en el país denunciando que el líder cívico fue uno de los gestores de un presunto golpe de estado en Bolivia. Los activistas fueron desalojados del lugar expuestos a los ataques de los partidarios de Camacho quienes los amenazaban con llamar a fuerzas migratorias para que los detengan”.
La fuente de información utilizada en su Informe se basa, entre otros, en el artículo de una oscura publicación de activistas norteamericanos vinculados y financiados por los regímenes dictatoriales de Venezuela, Cuba y Nicaragua, que operan en Estados Unidos, denominada “The Grayzone” cuya crónica lleva el título de “Fascist Bolivian coup leader fails in DC Charm offensive”. Un Relator de Libertad de Expresión con un mínimo de profesionalismo y honestidad, no puede utilizar ese tipo de fuentes de activistas ideológicamente sesgados y sin ningún respeto por la verdad. La denominación de fascista, así como la aseveración de que hubo un golpe de Estado en Bolivia, son afirmaciones gratuitas de carácter político que no corresponden a la transición constitucional que se dio en mi país luego de 14 años de violaciones sistemáticas de derechos humanos y de un descarado fraude electoral, certificado por la propia Organización de Estados Americanos, que cobija a la CIDH que usted preside.
Respecto a los hechos sucedidos durante el debate en el Diálogo Interamericano en Washington, yo estuve presente y puedo decirle que los hechos se realizaron de la siguiente forma: Los miembros del grupo "Code Pink" compuesto mayoritariamente por ciudadanos norteamericanos, el mismo grupo que ocupo la Embajada de Venezuela en Washington en defensa del dictador Maduro, irrumpieron agresivamente en la conferencia mientras se realizaba un dialogo conducido por Michael Shifter, presidente de la institución anfitriona y el candidato Dr. Luis Fernando Camacho. Los activistas agresores subieron a la tarima y empezaron a insultar al invitado Dr. Camacho.
El Sr. Shifter pidió de forma educada pero enérgica que los agresores no interrumpieran el evento y tomaran asiento. Al continuar los gritos de los activistas, el numeroso público mayoritariamente boliviano que deseaba escuchar al Dr. Camacho reclamó airadamente a los activistas instándoles a que se callen y permitan continuar el dialogo. Repetidamente hacían notar que los activistas y agresores no eran bolivianos y muchos ni hablaban castellano, haciendo sus insultos en inglés. En ningún momento se hizo alusión a llamar a Inmigración, ya que además los agresores no eran Latinos. El señor Shifter logró devolver el orden y el evento concluyó con una ronda de preguntas. El invitado Dr. Camacho en todo momento estuvo tranquilo y hasta afable, pidiendo que se le diera la palabra a algunos de los activistas que se quedaron en el evento. Para respaldar mis aseveraciones, le incluyo el vínculo electrónico de la grabación completa del evento publicado por el Diálogo.
Asimismo, me parece muy extraño y totalmente fuera de lugar el hecho de que en un informe de la CIDH, que debe consignar únicamente violaciones a los derechos humanos imputables al Estado o a agentes de un gobierno, se aluda a un evento académico privado realizado en Washington DC a invitación del Diálogo Interamericano, interrumpido violentamente por activistas norteamericanos de "Code Pink", provocando desorden y caos en el mismo, y que sean ellos precisamente la fuente de información de su Informe.
La totalidad del Informe está maliciosamente construido con el fin de confundir a la opinión pública sobre las violaciones y el terror que practicó el gobierno de Evo Morales y sus movimientos sociales durante 14 años contra opositores, periodistas, activistas sociales, jóvenes, mujeres y toda la población boliviana. Y particularmente la ola de terror desatada por los seguidores del expresidente contra la sociedad civil con asaltos y quema de domicilios y buses del transporte público en La Paz, tras develarse el masivo fraude electoral de Morales y su huida del país el 10 de noviembre. Después que masivamente los jóvenes de todas las latitudes y orígenes del país se levantaron pacíficamente en la llamada “Revolución de las Pititas”, que su Informe trata de denigrar. Esa rebelión pacífica de las bolivianas y los bolivianos fue un hecho histórico que la CIDH debería reconocer y señalar como ejemplo a seguir por la reconquista de los derechos humanos, la libertad y la democracia, para una región que aún debe liberarse de dictaduras como las de Castro, Maduro y Ortega.
Esta revolución respondió a violaciones fundamentales de la Convención Americana de Derechos Humanos: La violación de Evo Morales a la Constitución Política del Estado, por el desconocimiento de la soberanía popular del referéndum del 21 de febrero del 2016 y su repostulación inconstitucional y el subsecuente fraude electoral. No se lee nada de ello en su Informe de marras.
El Informe sobre Bolivia señor Presidente es vergonzoso para la CIDH que Usted preside. Lo que se esperaría es que Usted instruya al Relator para la Libertad de Expresión que rectifique el mismo sujetándose a la verdad de los hechos, omitiendo la deriva ideológica de ese documento, y ateniéndose a los hechos jurídicamente comprobados.
En el caso específico que alude a lo ocurrido en el evento privado del Diálogo Interamericano, le adjunto la referencia electrónica del boletín de prensa del Diálogo y la grabación completa del evento del 12 de diciembre del 2019.
Lamento tener que dirigirme a usted señor Presidente con tal ingrato motivo y lo saludo respetuosamente,
Ronald MacLean-Abaroa