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16/10/2019

Luis Arce y el algoritmo del crecimiento económico del MAS

En enero de 2019 el ciudadano Álvaro García Linera emitió una de tantas frases que llaman la atención de propios y extraños, “Hemos demostrado que conocemos el algoritmo del crecimiento económico…”. La anterior sentencia hace referencia a la tasa de variación del Producto Interno Bruto (PIB), que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), experimentó una evolución favorable durante los últimos años.
Aunque la tasa de crecimiento del PIB se considera como uno de los indicadores más importantes para medir el grado de desarrollo y bienestar de un país, no es la única variable que debería considerarse. En este sentido, también debería hacerse seguimiento a otras estadísticas como el desempleo, la informalidad, tasa de mortalidad, índices de criminalidad, grado de institucionalidad, entre otras.

Sin embargo, en todo discurso o publicación del órgano ejecutivo, la única cifra directamente relacionada al desarrollo económico que es repetida hasta el hartazgo es el crecimiento económico. Este hecho no es fortuito. Cuando el MAS entró al gobierno experimentó un conjunto de factores exógenos a su política económica (superciclo de precios altos de materias primas, contratos de exportación de gas natural, alivios de deuda, etc.), que le permitieron alcanzar, no por mérito propio, favorables niveles de superávit fiscal, reservas internacionales y crecimiento económico.

De esta forma, el MAS tomó como estandarte de su campaña política permanente estas cifras económicas, mismas que se convirtieron en cifras políticas. Pero con el pasar del tiempo y ante un inexorable choque con la realidad, las cifras empezaron a demostrar una realidad disímil con el discurso ya establecido por lo que pasaron a verse involucradas en una sucia e inescrupulosa manipulación.

Manipular o “cocinar” cifras económicas a gusto no es algo factible en países con respeto por el trabajo técnico, ético, profesional y la existencia de entidades públicas institucionalizadas e independientes; elementos que lamentablemente se fueron perdiendo en Bolivia.

Uno de los artífices fundamentales para forzar el rumbo de las cifras económicas es el Ministro de Economía, Luis Arce Catacora, quien, como uno de los ejecutivos favoritos de Evo Morales, goza de un poder prácticamente ilimitado. Este personaje, a base de amenazas y chantajes a subalternos y ejecutivos de las instituciones públicas (ahora sometidas y sin dignidad) que manejan las cifras oficiales, hizo posible que las estadísticas emitidas por las mismas fueran cocinadas a su gusto.

Ejemplifiquemos lo mencionado analizando cualquiera de los componentes del PIB, como por ejemplo la producción de una determinada industria. Primero se construye la variable en términos nominales o a precios corrientes, luego se obtiene la misma en términos reales o a precios contantes (ignorando incrementos en precios y considerando solamente la ampliación efectiva en su producción) y a partir de esta última se analiza su crecimiento y evalúa su desempeño.

La construcción de variable en términos nominales considera una inmensa cantidad de insumos, provenientes de diferentes fuentes, ya sean de instituciones privadas, públicas o por inferencia contable o estadística. Posteriormente, dichos insumos pueden ser agregados (agrupados o sumados) entre varios. De forma paralela, para obtener la estadística en términos reales, se construyen deflactores o índices de precios adecuados para cada insumo.

Sin dar más detalles, el hábil lector notará que: las cifras insumo y deflactores “al detalle” nunca son publicadas por el INE, de forma que existe la posibilidad de que se manipulen las series estadísticas de forma discrecional, ya sea para inflarlas o reducirlas de forma artificial, (con agrupamientos indebidos, utilización arbitraria de deflactores, etc.) sin que nadie fuera de la institución se dé cuenta de ello.

Es menester aclarar que el deseo y voluntad de manipular discrecionalmente estas estadísticas es y siempre fue de los mandamases políticos y de sus fieles lacayos en cargos ejecutivos, quienes instruyen (léase obligan) a sus subalternos para que se ensucien las manos y cambien las cifras al agrado de los políticos. Muchos de los funcionarios públicos de base involucrados en este tipo de adulteraciones son profesionales idóneos, que para mantener su trabajo, familia y futuro; se ven obligados a caer en este sucio juego político, siendo las verdaderas víctimas del mismo.

Defensores del MAS podrían argumentar que todas las cifras económicas oficiales son fidedignas toda vez que fueron validadas en diferentes ocasiones por organismos internacionales a través de misiones. Sin embargo, la realidad de ese tipo de justificativos es muy distinta a como se la vende, debido a que las misiones se efectúan en muy cortos periodos de tiempo, donde los observadores toman conocimiento de las fuentes y métodos de recolección de información (propios de cada país) y priorizan la evaluación de las metodologías empleadas y su armonía con los estándares internacionales, tomando por hecho que la profesionalidad y ética les impediría trabajar con información adulterada.

Asimismo, llama la atención que hasta la fecha, las cifras de crecimiento económico trimestral correspondientes al año 2019 no hayan sido publicadas aún, tomando en cuenta las fechas de divulgación habituales por el INE (para 2017 y 2018, la tasa de crecimiento económico al primer trimestre fue publicada el 23 de agosto y 31 de julio, respectivamente). La tasa de crecimiento al primer trimestre tiene una fecha de publicación variable (generalmente entre junio a septiembre) debido a que la misma no está estipulada en ninguna normativa, a diferencia de la tasa al segundo trimestre, que en el marco al DS No. 1802 debe ser publicada el mes de octubre, por motivo del segundo aguinaldo.

Es más que evidente que si el gobierno del MAS no publicó aún la tasa de crecimiento oficial al primer trimestre de 2019 es porque, a pesar de que su elaboración fue sometida a la manipulación habitual, la cifra final no alcanzó el nivel deseado y su divulgación sería totalmente contraproducente en época electoral, por lo que su publicación se verá postergada (casualmente) hasta después de las elecciones, junto a la tasa al segundo trimestre.

Lastimosamente, en este momento no podemos hacer más que esperar que la siguiente administración de gobierno legal y democrática, desvele los inadecuados manejos de las finanzas y estadísticas públicas cometidos por el MAS y exhiba el verdadero resultado de su algoritmo de crecimiento económico.

Mika Gonzales es experta en temas económicos.



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