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De frente | 05/07/2022

La solución es producir

Oscar Ortiz
Oscar Ortiz

Con la sabiduría de quienes trabajan día a día en el mundo real y en la economía competitiva, en una reciente entrevista, una dirigente del sector de los panificadores de Santa Cruz consultada sobre si la respuesta a las dificultades ocasionadas por la escasez de harina para producir el pan y su consiguiente encarecimiento es que los productores de pan del oriente se beneficiaran del subsidio que garantiza en los departamentos del área andina un precio estable del pan de batalla, respondió con pleno convencimiento, esa no es la solución, la solución es producir; se entiende que se refería al trigo.

La respuesta no era fácil, pues es imposible de justificar que exista un subsidio a un componente básico de la canasta familiar, como es el pan de batalla, que solo beneficie a una parte del país, dado que los recursos públicos deben beneficiar a todos los ciudadanos por igual, sin introducir una discriminación regional, como sucede en este caso. La respuesta del gobierno es mala, los panificadores del oriente no reciben harina subsidiada porque no están afiliados a la federación de panificadores que suscribió este acuerdo con el gobierno nacional, lo que condiciona un beneficio a los ciudadanos y sus familias, a la militancia sindical de los panificadores de su región, contradiciendo los principios elementales de la democracia como la igualdad ante la ley, garantizada por la Constitución.

Lo que ha venido sucediendo, es que en los departamentos del oriente y el sur del país, además de una cierta producción, lo que ha existido en los hechos es el abastecimiento por la importación de harina, una parte legal y otra de contrabando, la cual está obviamente sujeta a la oscilación de precios de la economía internacional, a pesar de lo cual durante todos estos años la población no ha reclamado porque el movimiento económico de Santa Cruz, principalmente, permitía que la economía familiar pudiera afrontar estas variaciones en sus gastos.

Sin embargo, vivimos otros tiempos, la economía internacional afectada por la pandemia, la crisis de la cadena de suministros y la guerra provocado por la invasión de Rusia a Ucrania, experimenta nuevamente significativos incrementos de los precios internacionales de las materias primas y nuestro país, ya no es un beneficiario neto de estos incremento sino que comienza a sufrir mas costos que beneficios en varios sectores en los que somos deficitarios, como en el caso de la importación de trigo, al igual que lo que sucede con la importación de combustibles como el diésel y la gasolina.

Aunque las estadísticas oficiales reflejan una tasa baja de inflación, lo que no se analiza ni se debate, es que si existe una inflación de costos, que afecta cada vez más al sector productivo en distintos rubros, y que frente a los controles de precios, lo que provocará en algún momento es que sea imposible producir para vender a los precios establecidos mediante disposiciones legales, generando un mercado paralelo de estos bienes, como ha sucedido a lo largo de la historia económica de la humanidad. La señora dirigente en la mencionada entrevista explicaba que hasta el momento se habían visto obligados a compensar el incremento en el costo de la harina, vendiendo al mismo precio panes más pequeños, lo que comprueba que el incremento de los costos siempre se ve traducido en un precio mayor para el consumidor, pues el único que puede producir a perdida es el estado.

Volviendo a la respuesta que dio origen al título de esta nota, la respuesta es producir, lo que ocasiona que se pregunte a los productores que necesitan para producir. Las respuestas son obvias y ampliamente conocidas aunque igualmente ignoradas por los responsables de las políticas públicas. Entre las más importantes respuestas se pueden destacar garantías a los derechos de propiedad de la tierra para promover inversiones de largo plazo, libertad para exportar la producción (la mejor forma de asegurar el abastecimiento interno pues incentivará que seamos superavitarios) y la autorización del uso de biotecnología en la producción de alimentos.

Oscar Ortiz Antelo ha sido senador y ministro de Estado



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