cerrarBrujula-Bicentenario La CascadaBrujula-Bicentenario La Cascada
PC_GPTW-Brujula-digital
PC_GPTW-Brujula-digital
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Tinku Verbal | 24/08/2025

La primera impresión de Lara

Andrés Gómez V.
Andrés Gómez V.

En política, la primera impresión suele ser determinante. El cerebro necesita entre siete y 30 segundos para sellar simpatía o rechazo. La neurociencia lo llama “juicio relámpago”. Edman Lara ya lo recibió: mientras unos lo celebran como outsider que habla su mismo idioma, otros lo condenan como un riesgo populista y autoritario.

Después de esa impresión inicial, solemos reforzar lo que confirma nuestra evaluación y desestimar lo que la contradice (sesgo de anclaje). Esa capacidad de reacción inmediata ayudó a nuestra especie a sobrevivir. Hoy seguimos escaneando rostros para decidir, casi instintivamente, si confiar o no.

Esta semana, miles de electores vivieron su primer encuentro con Edman Lara, candidato a la vicepresidencia del PDC. Su “veredicto relámpago” fue claro: lo vieron como expolicía autoritario y populista; es decir, peligroso. Para muchos, sobre todo en las ciudades, fue la primera vez que conocieron su rostro y su estilo, porque habían votado más por Rodrigo Paz que por él.

Otros, en cambio, lo conocieron en TikTok, un espacio alterno a los medios tradicionales. Allí les pareció cercano y confiable: habló de sus problemas personales, sintonizó con la rabia contra los corruptos y ofreció promesas rápidas, aunque irrealizables: bonos de Bs 2.000 o 2.500, ingreso de reservistas a institutos policiales y militares, créditos baratos para vivienda, entre otras.

El PDC atrajo al electorado popular que durante años respaldó al MAS por tres razones: 1) Lara encarna al outsider que buscaba casi la mitad del electorado; 2) Quiroga, Doria Medina y Reyes Villa simbolizan un pasado enterrado en 2005; y 3) la crisis económica y moral provocada por la élite masista. El voto por Paz–Lara fue a la vez rechazo a la “vieja política” y castigo al MAS.

Pero no alcanzó para la primera vuelta. El binomio Paz–Lara enfrentará a Quiroga–Velasco el 19 de octubre.

La novedad Lara ya se erosiona: su falta de inteligencia emocional empieza a espantar a sectores medios que lo apoyaron al inicio sin conocerlo bien. Por ahora, el desencanto es leve, pero podría crecer. Faltan 57 días y en política puede pasar de todo.

Es más, los videos que muestran su temperamento irascible podrían incluso reforzar, por efecto paradójico, la simpatía de quienes ya votaron por él. Por ahora. A menos que la ironía, el humor y el sarcasmo le rompan el espejo y lo conviertan, no en candidato, sino en el bufón oficial de la contienda.

Si este domingo fuera la segunda vuelta, el binomio Paz–Lara captaría gran parte del electorado de Del Castillo, Andrónico y Johnny Fernández. Sus votantes comparten afinidad popular y rechazo a Quiroga. Y si en medio de esas variables Morales orienta el voto nulo hacia Paz, esta dupla podría imponerse.

El equipo de Paz quisiera que la elección fuera ya: temen que el efecto Lara espante a quienes lo apoyaron y frene a quienes pensaban sumarse. En ese escenario, Quiroga–Velasco intentarán instalarse como “el mal menor” y sumar a Unidad, Súmate, ADN.

Si el PDC retiene su base popular —que no es voto duro—, pero no logra crecer mucho más allá de una fracción del voto masista-nulo, la campaña será un referéndum entre el masismo que hundió al país y el antimasismo que promete sacarlo de la crisis. En esa narrativa, la palabra “masismo”, con su mala fama, es un lastre: las adhesiones públicas de exmasistas refuerzan la idea de continuidad de los mismos que viven del Estado desde hace casi 20 años. Nuevo gobierno, viejos masistas.

A Quiroga le conviene que el voto nulo se mantenga si no migra hacia él. Hará todo para evitar ser visto como “rostro viejo reciclado”. Sus ideas fuerza presentarán a “Lara como peligro autoritario” y a la dupla como “continuidad del masismo”, pero solo servirán si penetran en los sectores populares. Una desventaja más: esos sectores no cambiaron su primera impresión respecto a Tuto. Si nunca lo vieron cercano, ¿por qué habrían de hacerlo ahora? ¿Puede una cirugía plástica política lograr el milagro? Veremos.

Andrés Gómez es periodista y abogado.



BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
200
200