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11/06/2020

La educación en tiempo de pandemia

La pandemia ha cambiado abruptamente nuestra forma de vivir y relacionarnos. De manera forzosa nos hemos encontrado cada cual en su propia casa aprendiendo de nuevo a compartir con el núcleo familiar las 24 horas del día.

Ese cambio de manera especial lo han sufrido los niños, los adolescentes y jóvenes que se han visto privados de aquello que más les gusta: compartir con sus amigos. Además, se ha truncado el proceso educativo apenas empezado.

Los niños extrañan la escuela con todos los componentes que esta les ofrece; los padres están preocupados porque no saben que hacer con la educación de sus hijos.

En esta situación la única vía de salida es la educación virtual. Esta última ha ingresado con fuerza en todo el mundo, justo por la pandemia.

Es una metodología oportuna para continuar con el proceso educativo y no vulnerar el derecho de miles de niños, adolescentes y jóvenes que, por la circunstancia no pueden estar en clases presenciales.

Es loable que el propio Ministerio de Educación se haya preocupado de preparar a los maestros ofreciéndoles capacitación gratuita en tecnología a través de varias plataformas.

Este momento histórico que estamos viviendo es para nuestra sociedad un reto desafiante en el cual todos estamos involucrados.

De una u otra manera, todos tenemos que ser conscientes que la forma de “hacer escuela” ha cambiado de ahora en adelante. Y si es importante la calidez del encuentro, no menos importante es la posibilidad de investigar, relacionarse, aprender algo nuevo; si es fundamental para el niño ensuciarse, jugar y compartir, de la misma manera puede aprender a ser creativo utilizando uno smartphone, una tablet o una computadora.

Muchos maestros buenos y preparados lo dicen claramente: estamos aprendiendo a usar una nueva herramienta, se necesitarán pruebas, adaptaciones, mejoras en el progreso.

Lo único importante es que el niño se sienta siempre activo, motivado, pueda desempeñarse con absoluta espontaneidad y creatividad.

Para que todo esto se haga realidad en nuestro medio, es importante que:

El maestro no tenga miedo de empezar algo nuevo, desconocido; posiblemente no resulte tan bien en las primeras pruebas, pero finalmente aprenderá una nueva didáctica que lo enriquecerá humana y profesionalmente.

Los padres y madres sean atentos al bienestar de sus hijos sin contaminarse en intereses políticos que no aportan al bien de la educación.

Las autoridades en educación tomen decisiones oportunas y pertinentes al momento, abriendo sendas nuevas con la educación virtual en nuestra sociedad, reconociéndolas y legitimándolas como una forma real de educar. 

Las autoridades gubernamentales deben sentirse comprometidas en su conjunto en aportar históricamente a la Educación como la única forma para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestro país

En este momento tan delicado para la educación, la Iglesia valora y agradece los esfuerzos de los maestros; está a su lado, los acompaña y apoya, para que nuestra educación adquiera una nueva calidad y sea capaz de responder a las distintas situaciones que nos toca vivir.

Pensamos también en los miles de padres y madres preocupados por este año escolar, que desean que sus hijos estén protegidos y a la vez puedan estudiar.

Comprendemos su preocupación y estamos comprometidos en apoyarlos para que los estudiantes, razón de ser de nuestra misión educadora, puedan continuar y culminar exitosamente esta gestión escolar. 

Mons. Fernando Bascopé, Obispo Castrense de Bolivia.



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