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La Escaramuza | 17/01/2023

Excrecintismo y excrecintistas

Renzo Abruzzese
Renzo Abruzzese

Una de las condiciones para el desarrollo de las sociedades y la convivencia humana fue la creación del lenguaje, este maravilloso invento humano desarrolló prácticamente todas las condiciones para el progreso humano, sin él, es imposible ningún parámetro de desarrollo. Entre las muchas cosas que se derivan del lenguaje, la posibilidad de establecer la verdad, y en base a ella asumir las consecuencias que esa verdad comporta es sin duda la más importante. Para poder avanzar los humanos deben tener certeza de que están en lo cierto, de que las cosas son como se dicen y de que cada palabra supone una infinidad de consecuencias de todo tipo. Sucede lo que experimentamos cuando alguien nos declara su amor, una simple declaración verbal desencadena una infinidad de actos prácticos y simbólicos. El curso que vayan a tomar los acontecimientos (tanto buenos como malos) emergentes de esa declaración están condicionados por que asumimos que esa declaración es cierta o falsa. Los griegos encontraron la fórmula lógica que da cuenta de esto; “si la premisa es falsa, la consecuencia también es falsa”

Esto conlleva derivaciones importantes, por ejemplo, si aceptamos que hubo golpe, resulta falsa la legitimidad del gobierno de Arce Catacora en virtud de que los actos del gobierno golpista (el de Janine Añez) incluidas las elecciones generales que ganó el MAS, son nulas de pleno derecho, Arce Catacora viene cometiendo el delito de usurpación de funciones en el más alto nivel del Estado. Debería estar preso. Si fuera cierto que hubo golpe deberíamos borrar de la memoria histórica la renuncia de Evo Morales, él debería estar gobernando. Obviamente todos los bolivianos sabemos que no hubo golpe, y, en consecuencia, El gobierno de Arce Catacora es legítimo (producto del voto ciudadano) y que Evo renunció por cobarde, no por efecto de un inexistente golpe.

La lógica que se sigue hace parte de los silogismos establecidos hace más de 2 mil años. Por ejemplo: Premisa mayor: el Poder Judicial es independiente. Premisa menor la sentencia es justa. La premisa Mayor (independencia) y la premisa Menor; (sentencia justa) son falsas, luego la posibilidad de una sentencia justa (conclusión) también es falsa. Para presentarnos una mentira como verdad, solo tienen que establecer premisas falsas y la conclusión (falsa) se verá como cierta. Ese es el método masista de la posverdad.

Cuando el régimen tiene que dar cuenta de alguna de sus infinitas transgresiones a la ley, recurre a este tipo de argumentaciones falsas. Como se sujetan a un algoritmo lógico aplicado de manera mañosa siempre dan la impresión de irrefutables y en algunos casos incluso de ciertos. De esta manera, dependiendo de la habilidad del vocero, la verdad queda siempre, sino gravemente desdibujada, literalmente anulada. Vivimos el imperio de la no-verdad, que es más que la simple mentira.

Sin embargo, la perspicacia ciudadana y la larga experiencia en este campo termina por develar las mentiras y establecer las verdades, el problema es que la sistemática, recurrente y exorbitante manera de mentir de los gobiernos del MAS, han creado una especie de relajamiento intelectual y discursivo, pocos se animan (y casi nadie en los medios de comunicación) de retrucar a los masistas mentirosos y dejar esclarecida el rosario de falsos argumentos que utiliza. Además, esta práctica se la hace un nivel de cinismo pocas veces visto. Esto nos deja la desagradable sensación de que los actuales poderosos a cargo del Estado, dan por sentado de que nosotros (los ciudadanos) somos un tropel de idiotas y cretinos (en el sentido clínico de los términos). Esto de hacernos sentir minusválidos mentales ya está de buen tamaño, es una afrenta a la inteligencia de los bolivianos. Como sus dimensiones son astronómicas en los últimos 17 años, al punto de que no existe un término en la lengua española que dé cuenta de esta monstrocidad lingüística e intelectual, propongo que la manera de mentirle al pueblo con el cinismo y frecuencia de los últimos gobiernos, se designe con la palabra excrecintismo, palabra compuesta por los vocablos excremento y cinismo, de manera que sea relativamente fácil identificar en el mundo político y particularmente en el gobierno del MAS a todos los excrecintistas que nos quieren hacer creer que el mundo es de color azul. Esto nos facilitaría la comunicación, pues el término pone en evidencia la falsedad de los argumentos y deja clara señal de la repugnancia ciudadana por esa práctica y sus elocuentes (a veces hasta el absurdo) emisarios, hoy institucionalizados en Bolivia y otras latitudes de la región.

Esto nos facilitaría la comunicación, pues el término pone en evidencia la falsedad de los argumentos.



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