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10/01/2021
Tinku Verbal

Envite al “voto oveja”

Andrés Gómez V.
Andrés Gómez V.

El día que el Movimiento al Socialismo (MAS) nominó a Nelson Cox candidato a la Alcaldía de Cochabamba, me llamó por teléfono un viejo amigo, militante de ese partido que vive en el barrio 1 de Mayo, distrito 9, zona Sur de esa ciudad. Estaba agitado.

—¿Qué pasó?, indagué.

—¡Una huevada, hermano! ¡Creen que nosotros vamos a votar como ovejas por cualquier candidato que ellos pongan!, me respondió resoplando.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Quiénes son ellos? ¿Quién es el candidato? ¿Quiénes son las ovejas?, lancé una ráfaga de preguntas rompiendo las reglas periodísticas que aconsejan hacer una sola a la vez y no cuatro.

—Los del MAS pues. Eligieron a Nelson Cox como candidato. Ese es de la zona Norte, no conoce nuestras necesidades. Nosotros propusimos a Joel Flores, que vive en villa Pagador, zona Sur –dijo con la voz encendida–. Creen que nosotros votaremos por cualquiera. Ahora verán, vamos a votar por otro.

—No te creo. Van a terminar votando por el MAS sin importar quién es el candidato. Jugué al envite.

Al margen del “dedazo” que hubo en algunos casos, el diálogo trasluce la estrategia del MAS para las elecciones del próximo 7 de marzo: nombrar candidatos que pueden lograr votos entre los grupos sociales donde el partido es resistido y confiar en que sus militantes descontentos protesten por unos días, pero que al final terminen votando por el color y la sigla y no por una cara ni por un nombre.

Este plan funcionará en algunos municipios y departamentos, pero no en todos. Por ejemplo, es muy probable que en El Alto haya una escisión si aún no la hubo después que la cúpula masista eligió como candidato a la Alcaldía a Zacarías Maquera y relegó a Eva Copa, y Copa decidió postular por Jallalla La Paz. 

Desde ese instante y en este momento (puede cambiar la situación hasta marzo), Copa es como una locomotora que puede jalar dos vagones: Felipe Quispe (Mallku) y David Castro, candidatos a la Gobernación de La Paz y a la Alcaldía de la sede de gobierno, respectivamente, por la misma agrupación. 

Si Jallalla La Paz articula una estrategia para presentar a sus tres candidatos en combo, es probable que se materialice el “efecto locomotora”. El electorado de El Alto tiene olfato político y no le gusta ser considerado “voto oveja”. Por ello, fue bastión de Condepa entre los 80 y 90; luego, votó por el MIR; al comenzar el 2000, optó por el Plan Progreso de Pepelucho Paredes; y desde 2005 es fortaleza del MAS, como recuerda Pedro Portugal. Aunque en tema municipal, en 2015, prefirió a Soledad Chapetón (UN) en lugar del postulante del MAS.

No estoy diciendo que Jallalla logrará una trica, pero es muy posible que consiga un doblete: Copa en El Alto y Quispe en el departamento, si éste: 1) recupera su caudal en las provincias, 2) divide, con la ayuda de su compañera de agrupación, al electorado masista alteño, y 3) cosecha algún apoyo en la ciudad de La Paz.

¿Qué puede lograr David Castro? Una interesante votación en la Sede de Gobierno si Copa jala parte del voto del MAS paceño, lo que puede afectar a César Dockweiler, postulante masista a la Alcaldía de La Paz.

En tanto, Waldo Albarracín, candidato de la alianza entre Comunidad Ciudadana (CC) y Unidad Nacional (UN) a la Alcaldía paceña, disputará el mismo nicho electoral con Álvaro Blondel, postulante de Sol.Bo; e Iván Arias, de la agrupación “Somos Pueblo”.

De los tres, Arias parece el más apto para seducir el voto de sectores populares, salvo que Albarracín cambie, en tiempo récord, la percepción que tienen de él (lo consideran de derecha) en algunas zonas de la ciudad; y Blondel logre ser conocido.

A diferencia de las elecciones nacionales de 2020, en los comicios de marzo no funcionará el discurso de la polarización por dos razones: 1) porque bajó la confrontación (al menos por ahora); y 2) porque el MAS irá fracturado en algunas regiones, y su electorado estará entre ser “voto oveja” o elector autónomo.

Quizá en Santa Cruz y Beni funcione aún el discurso polarizador: MAS o antiMAS. En el resto de las ciudades, el elector se fijará, más que en caras y nombres, en ofertas de políticas públicas serias para resolver problemas como la basura, tráfico, agua y otras necesidades locales.

Andrés Gómez es periodista.



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