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29/08/2023
Ortodoxias y heterodoxias

Enhorabuena el portazo de los BRICS a Bolivia

Juan Antonio Morales
Juan Antonio Morales

El diplomático Javier Viscarra (Brújula Digital, 24-08-2023) hace notar, con toda razón, la improvisación y las deficiencias de la cancillería en el trámite de la adhesión de nuestro país a esa sopa de letritas, BRICS ampliado. Yo no lamentaría que se nos hubiera dado un portazo e iría, más bien, a si nos convenía estar en esa compañía. La mayor parte de los países del BRICS ampliado son autocracias, con pésimos historiales de respeto a los derechos humanos. Sólo se salvarían Brasil, Argentina y, haciendo un guiño, India y Sudáfrica.

No deja de llamar la atención la incorporación de la Argentina, con un gobierno que está de salida y un posible ganador de las próximas elecciones que propone dolarizar la economía, abandonar los acuerdos de integración regional y romper relaciones con los países estatistas. Argentina está además con una inflación imparable y no da pie con bola con sus múltiples tipos de cambio. El FMI tiene que hacer malabarismos para recuperar lo que le ha prestado y, al mismo tiempo, para asegurar la viabilidad de la economía. La situación es dramáticamente compleja. El exministro británico del Tesoro y exejecutivo de la Gestora de Activos de Goldman Sachs, Jim O’Neil, hace notar también que países con economías más grandes y sólidas que la de Argentina, como las de México y, añadiría, Colombia, no han sido convocados por los BRICS ni han mostrado interés.

Creo que muchos, no solamente los brasileños, respiramos aliviados tras la elección de Lula en Brasil, después del desastre Bolsonaro. Brasil, después de largos años de penurias, puede replicar su época de oro y está de nuevo en el radar de los inversionistas más importantes del mundo que, da la casualidad, no son de los BRICS. Es una lástima que Lula se esté presentando en el escenario internacional como pater familias (el papito) de todos los latinoamericanos, sin que nadie lo haya nombrado.

Sudáfrica, como Argentina para Latinoamérica, no es el país más grande de África, como nos dice O’Neil. Tampoco Ramaphosa y su partido ANC (Congreso Nacional Africano) son precisamente ejemplos de pulcritud en el manejo de la hacienda pública.

Nuestro gobierno se hace ilusiones con Rusia y China pensando que le van a dar la platita que tanta falta le hace. La economía rusa no es más grande que la de Texas o que la suma de Bélgica y Holanda, dos pequeños pero industriosos países europeos. Además, como resultado de su invasión a Ucrania, el rublo se ha estado depreciando muy fuertemente.

La economía china, por su parte, está pasando por un mal momento según los analistas y las revistas especializadas internacionales. Tiene un problema gigantesco de deuda que además no sabe cómo manejar. Los más pesimistas piensan que China va a entrar a un largo periodo de estancamiento. Nos estaríamos arrimando a un mal palo.

En opinión de muchos, el país prometedor es ahora India, con el énfasis de su gobierno en la industria de alta tecnología. Reemplazaría a China en el liderazgo de las naciones del sur. En un país de gran población se tiene también un gran número de personas con altos niveles de educación, necesarios para este tipo de desarrollo. Empero, sus barreras étnicas y religiosas frenan un desarrollo más incluyente.  El primer ministro Mody no es precisamente un demócrata a carta cabal.

Por el momento los BRICS son, sobre todo, un club de plañideros, con múltiples quejas de los países occidentales, que van desde la preeminencia del dólar en las reservas internacionales hasta las (desafortunadas) medidas proteccionistas del gobierno norteamericano. Tienen más palabras que acciones concretas.

El interés de Bolivia debe estar en la región y en sus acuerdos de integración. El tamaño de su población y de su PIB no le dan para jugar en ligas con jugadores mucho más grandes, con más musculatura económica y más duchos. Por ejemplo, no se entiende bien por qué no se ha acudido al Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) para aliviar nuestra grave crisis de balanza de pagos. El consuelo no vendrá de los BRICS, ampliado o no.



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