Bloomberg, la prestigiosa compañía internacional que brinda servicios de información en el mundo de los negocios y las finanzas, dio cuenta que los bonos soberanos de Bolivia tuvieron un rendimiento del 19% en 2024, convirtiéndolos “en una de las mejores apuestas en deuda soberana de los mercados emergentes este año”, lo que provocó incredulidad, frustración y desconcierto en varios especialistas sobre la materia (“El repunte de los bonos de Bolivia, un país en crisis, desconcierta a Wall Street", bloomberglinea.com, 13.03.2024).
“No puedo explicar la compra”, “esto se dirige al desastre”, “no lo entiendo”, “es nuestro candidato a default para este año” -refiriéndose a Bolivia- fueron algunas de las expresiones de analistas, recogidas por Bloomberg, luego del repunte de los bonos del país, mientras que otros más moderados dijeron que, si bien Bolivia tiene serios problemas fiscales y externos, el servicio de la deuda es manejable, dando por descontado que cumplirá con los pagos de los bonos y evitará caer en default, considerando las elecciones del 2025.
Una de las explicaciones de Bloomberg, del porqué del rendimiento positivo de los bonos de Bolivia, fue el hecho que el gobierno nacional se sentó a hablar con el empresariado privado, confirmando la enorme importancia que tienen las “señales”, para los inversionistas financieros.
En efecto, luego de más de tres años de la actual gestión gubernamental, representantes públicos y privados compartieron preocupaciones y acordaron acciones para encarar la escasez de dólares y otros temas, a través de un documento que no fue del agrado de todos.
El "Acuerdo económico, productivo y empresarial entre el Gobierno Nacional y el empresariado boliviano" fue suscrito el 19 de febrero de 2024 por trece entidades privadas con las Máximas Autoridades Ejecutivas (MAE) del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Ministerio de Planificación del Desarrollo, Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Banco Central de Bolivia (BCB) y de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Si bien la generalidad del empresariado destacó la apertura del gobierno para encarar un diálogo abierto y un trabajo conjunto con entidades privadas, no faltaron las críticas, desde quienes relativizaron el alcance del Acuerdo, hasta los “duros de la película” que lo objetan todo, insistiendo en la necesidad de eliminar el déficit fiscal y los supernumerarios de la Administración Pública; cerrar las empresas estatales; acabar con la subvención de los combustibles, entre otras “soluciones estructurales” que -así apunten en la dirección correcta- son políticamente improbables, como Bloomberg mismo anota, considerando el período preelectoral: ¿Se acuerdan lo que pasó en diciembre del 2010, cuando el gobierno intentó subir el precio de los combustibles? Pero, veamos en qué consistió el referido Acuerdo…
El gobierno se comprometió a la “liberación de exportaciones con agilización de trámites”, y a la “devolución inmediata de CEDEIMs” previa liquidación de divisas por exportación en el sistema financiero nacional, surgiendo el reclamo de que si bien se flexibilizó la exportación de los excedentes de soya y derivados, sorgo y arroz, no así del azúcar y la carne bovina, por lo que la restricción continúa vigente.
El BCB se comprometió a emitir bonos en dólares, lo que se dio el 27 de febrero con tasas del 4,5% al 6,5% para colocaciones desde 3 meses hasta 3 años, a fin de engrosar sus reservas, al captar parte de los 10.000 millones de dólares que están fuera del sistema financiero; la colocación, al 9 de marzo, superó los 22 millones de dólares (80% a personas jurídicas y 20% a personas naturales) siendo la meta llegar a 100 millones hasta agosto.
Dos acuerdos adicionales fueron, la subasta de diésel por YPFB, y la agilización de la importación de diésel para consumo propio por parte del sector privado, para que no falte la provisión del combustible, así se lo deba comprar a precio internacional.
Se abrió también, al sector privado, la posibilidad de construir plantas para fabricar biodiésel, pensando en bajar la importación de diésel fósil y ahorrar divisas, y asimismo, surgió el ofrecimiento de financiar la mejora del rendimiento agrícola con "agricultura de precisión", aunque se criticó que no se autorice el uso pleno de la biotecnología.
El incremento del peso y longitud máximos para vehículos de transporte de carga, apuntando al ahorro de diésel y a bajar costos, fue otro acuerdo; también, el incentivar la importación de vehículos flex y eléctricos para consumir más etanol nacional, y bajar la importación de gasolina y el gasto de dólares.
Finalmente, el establecimiento de una banda para el cobro de comisiones de transferencia de divisas al exterior, lo que ya se dio a partir de una norma de la ASFI.
Este es el “paquete de medidas” que fue bien percibido en el exterior e hizo subir los bonos de Bolivia, algo que desconcertó a los analistas pesimistas, pero, agradó a los inversionistas…
Gary Antonio Rodríguez es Economista y Magíster en Comercio Internacional