Bruějula Digital 1000px x 155px
Bruějula Digital 1000px x 155px
14/04/2020

Concertar para evitar el descalabro

A estas alturas del partido hemos aprendido a cómo enfrentar, por decir de alguna forma, al virulento COVID-19, aunque algunas de las posibilidades estén fuera de nuestro alcance. La crisis también nos recuerda lo precario que es el sistema de salud, al que acompaña una debilidad institucional que ha sido esquivada por los responsables de forma sistemática.

Lo que parece que estamos retrasando es que no estamos dando el principal paso para salir lo menos lastimados posible de este duro golpe: trabajar en un acuerdo entre todos los actores sociales, económicos y políticos. Si no hay una cumbre nacional –lo más rápido posible– para decidir los pasos a seguir y que la mayoría de la población sepa qué hacer, cuál será su aporte, qué obligaciones y responsabilidades tendrá y los sacrificios que estamos dispuestos a aguantar, no habr;a posibilidad de éxito.

No hay que olvidarse que para sobrevivir a este monstruo invisible es necesario hacerlo juntos: la individualidad y la mezquindad sólo ocasionarán que nos hundamos más; nadie se va a salvar por el sólo hecho de tener la fortaleza económica o contar con privilegios sociales o políticos. El virus es letal y arrasa con todo y se multiplica dañando la salud de las personas y la economía de las sociedades.

Intentar abordar las respuestas sociales que ya afectan a un importante sector de la sociedad solamente desde el gobierno parece que no fuera muy sensato, se debe incluir el conocimiento y experiencia de personas y grupos especializados, como las ONG y otros, y generar una estrategia de protección, principalmente a los sectores más vulnerables, para que afronten mejor lo que se vis;umbra como un futuro muy complicado.

En lo económico es importante contar con la posición de sectores como la empresa privada, la COB, partidos políticos, actores como alcaldes y gobernadores, además de especialistas, muchos de los cuales si bien califican de correctas las medidas que lanzó el gobierno de Jeanine Añez (bonos, incentivos tributarios, etc.) pueden ayudar con más ideas.

El Banco Mundial ya decía que nuestro país requiere mejorar la calidad de gasto para consolidar reformas tendentes a reactivar la inversión privada, empleos formales y proteger de manera sostenible a los segmentos vulnerables de la población. Para ello es fundamental el apoyo tanto de la empresa privada como de los sectores de los trabajadores.

En relación a enfrentar el COVID-19 se vio, y todavía ello es evidente, la falta de una coordinación entre niveles nacionales, departamentales y de los SEDES fruto de ciertos desencuentros que van desde lo personal, institucional, hasta lo político que afecta a la lucha titánica contra el enemigo invisible. Falta despojarse de ciertas costumbres atávicas que develan ciertas posturas que hacen mucho daño.

En este proceso de pandemia, que es sin duda muy doloroso para Bolivia, con un porcentaje de letalidad muy alto, es sin duda producto de nuestro deficiente sistema de salud. Obviamente, en estas circunstancias, emerge lo peor de nosotros, como también lo mejor. Parece que estuviéramos perdidos sin crear el espacio de la responsabilidad compartida. 

Gastón Flor A. es comunicador social.



GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
bk-cuadrado
bk-cuadrado