La Cámara de Diputados, no con pocos sobresaltos y estridencias parlamentarias durante más de 20 horas de debate, fue la primera en aprobar el Proyecto de Ley N° 219/2022-2023 “Compra de oro destinado al fortalecimiento de las reservas internacionales” del Estado Plurinacional de Bolivia; dos semanas después, la Cámara de Senadores, en otra maratónica sesión, esta vez de 10 horas, aunque con menos histrionismo que en el caso anterior, sancionó esta importante norma conocida coloquialmente como “Ley del Oro”, cuyo espíritu es incrementar las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB), muy venidas a menos durante los últimos años, lamentablemente.
Habiendo sido aprobado el Proyecto de Ley en sus dos estaciones, en grande y en detalle, y siendo que la Cámara de Senadores fungió como Cámara revisora, luego de su sanción, la Ley fue remitida al Órgano Ejecutivo quien procedió a su inmediata promulgación (5.05.2023).
La mencionada Ley autoriza al BCB a poder comprar oro nacional, con miras a acrecentar las RIN, así como a realizar todo tipo de operaciones en los mercados internacionales, empezando por su envío al extranjero para su refinación y categorización como oro monetario, así como también, ver posibilidades de inversión, depósito o venta, todo ello para subir la tenencia de dólares y mejorar el rendimiento de las RIN. A cambio de esto, el BCB se compromete a mantener un mínimo de 22 toneladas de oro como reserva e informar cada cuatro meses a la Asamblea Legislativa Plurinacional sobre las operaciones efectuadas.
Todo esto resulta muy técnico para la gente común y le suena a chino, de ahí que inevitablemente surja la pregunta: ¿Cómo podrá beneficiar esto al ciudadano de a pie? Definitivamente, como no se trata de un tema menor, tampoco es fácil la explicación, muy especialmente cuando hay tantos políticos y analistas que alarman a la población con sus sesudas interpretaciones…
Sin embargo, la respuesta clara y directa la dio la Gerente Técnico del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Ing. María Esther Peña Cuéllar, en su didáctico artículo que tituló “La ley del oro evitará una mayor inflación”, publicado en el suplemento especializado “Dinero” (“El Deber”, 9.05.2023), una razón más que suficiente para que la gente pueda ponerse del lado de la indicada Ley, ya que de por medio está el futuro de su bolsillo…
Para entender su explicación, hay que recordar que la máxima autoridad monetaria del país tiene como principal mandato de la Ley 1670 -la Ley del Banco Central de Bolivia- procurar la estabilidad del poder adquisitivo, a través de las varias facultades con las que cuenta para ello.
Recordar, también, que el cambio en las expectativas de la población respecto a la cotización del dólar, azuzadas por la exacerbación de la caída de las RIN, provocó una sobredemanda de dólares por parte de la gente asustada ante una posible devaluación, así como un proceso especulativo que desembocó en una mayor escasez de la divisa en el país.
Dicho esto, veamos lo que la especialista en comercio exterior y destacada académica, dijo con relación al tema.
En primer lugar, rememoró que Bolivia destaca internacionalmente por su baja inflación, entre otras cosas, por el tipo de cambio fijo que mantiene, de ahí que, si sube, produciría un aumento del costo de importación de insumos, maquinaria, vehículos y bienes de consumo duradero y no duradero, e igualmente afectaría los precios de la producción nacional.
Recordó también, que la escasez de dólares en el país está provocando la subida de la comisión bancaria para transferencias al exterior, generando un mercado paralelo físico (papel moneda) y digital (transacciones electrónicas) con un dólar que bordea ya los Bs8.- Entonces, reflexiona:
“Si lo que se quiere es mantener la estabilidad económica en el país, entonces hay que cuidar la estabilidad monetaria y quien tiene la responsabilidad de ocuparse de este tema es el Banco Central de Bolivia cuyo nivel de Reservas Internacionales Netas (RIN) ha caído más del 75% entre 2014 y 2023, hasta situarse en poco más de 3.500 millones de dólares, según el último reporte del BCB del 8 de febrero pasado, con la complicación de que las divisas eran de apenas 372 millones de dólares, lo que imposibilita una normal provisión de la moneda extranjera al sistema bancario”. Y, sentencia:
“Esta Ley podría ayudar a evitar que se dispare la inflación y lo arruine absolutamente todo”.
¿Tendrán conciencia, quienes alarman a la gente por la aprobación de esta Ley que, sin ella, sin dar curso a los créditos externos ya contratados y sin que el BCB pueda vender el oro monetario que dispone para conseguir dólares, se podría desatar un proceso inflacionario y derivar en un verdadero caos económico?
Es cierto que la solución estructural pasa por el aumento sostenido de las exportaciones y la reducción del déficit fiscal y las subvenciones, pero ¿no le parece que “primero es lo primero y segundo es lo segundo”? O… ¿qué opina Ud.?
Gary Antonio Rodríguez es Economista y Magíster en Comercio Internacional