El hecho, calificado oficialmente como un atentado terrorista antisemita, dejó al menos 15 personas fallecidas y decenas de heridos.
Brújula Digital|Agencias|14|12|25|
Las autoridades australianas informaron este lunes que los dos autores del ataque armado ocurrido durante una celebración judía en Bondi Beach, Sídney, Australia, son un padre y su hijo.
El hecho, calificado oficialmente como un atentado terrorista antisemita, dejó al menos 15 personas fallecidas y decenas de heridos, en el episodio de violencia con armas más grave registrado en el país en casi tres décadas. El fallecido número 16 es uno de los atacantes.
Según la policía, el hombre de 50 años murió en el lugar de los hechos, mientras que su hijo, de 24, permanece en estado crítico en un hospital. Inicialmente se evaluó la posible participación de un tercer atacante, pero las investigaciones confirmaron que solo dos personas estuvieron involucradas.
El ataque se produce en un contexto de aumento de incidentes antisemitas en Australia desde el inicio de la guerra en Gaza, en octubre de 2023. Aunque la comunidad judía australiana es relativamente pequeña –unas 150.000 personas en un país de 27 millones–tiene una fuerte presencia en Sídney.
El ataque ocurrió la noche del domingo durante un acto de Hanukkah al que asistieron alrededor de 1.000 personas en un parque cercano a la playa. Testigos relataron que el tiroteo se prolongó por unos diez minutos, en un sector muy concurrido debido al calor, lo que provocó escenas de pánico, con cientos de personas huyendo hacia la arena, las calles aledañas y parques cercanos.
Al menos 40 personas continúan hospitalizadas, entre ellas dos policías que se encuentran en condición grave pero estable. Las víctimas tenían entre 10 y 87 años.
Un civil que logró reducir y desarmar a uno de los agresores fue destacado por las autoridades como un héroe, al considerar que su intervención evitó una tragedia aún mayor.
El primer ministro Anthony Albanese visitó el lugar del ataque y colocó flores en homenaje a las víctimas. También se observaron velas y memoriales improvisados, algunos colocados por personas que llevaban kipá. Albanese calificó lo ocurrido como “un momento oscuro para la nación” y afirmó que se trata de “un acto de antisemitismo y terrorismo” cometido en un sitio emblemático del país.
“El dolor de la comunidad judía es el dolor de todos los australianos”, señaló el jefe de Gobierno, quien aseguró que el Estado hará todo lo necesario para erradicar el antisemitismo. Indicó además que recibió mensajes de solidaridad de varios líderes internacionales.
La presencia policial fue reforzada en zonas con población judía, mientras continúan las pericias para esclarecer completamente el ataque. Cientos de efectivos permanecían desplegados en Bondi Beach, que sigue considerada escena del crimen.
La zona continúa acordonada como escena de crimen, con un amplio despliegue policial y la intervención del Equipo Conjunto de Lucha contra el Terrorismo, que ha incautado tres armas de fuego para su análisis forense.
El ataque ocurrido en Bondi supone el tiroteo más mortífero en Australia en casi 30 años, desde la masacre de Port Arthur en 1996, que dejó 35 muertos. Aunque aquel episodio no fue catalogado como terrorismo, sí marcó un antes y un después en la legislación australiana sobre armas.
BD/RED
