El Gobierno talibán advierte de que las cifras "no son definitivas y podrían aumentar". El sismo ocurrió en la noche del domingo y tuvo una magnitud de 6,0.
Brújula Digital|EFE|01|09|25|
Al menos 800 personas murieron y unas 2.500 quedaron heridas debido a un terremoto de magnitud 6,0 afectó anoche al este de Afganistán.
"Como resultado de los terremotos de anoche en las provincias orientales, el número de muertos en Kunar ha alcanzado los 800, mientras que el de heridos se eleva a 2.500", declaró en una rueda de prensa en Kabul, la capital, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
El funcionario advirtió de que las cifras "no son definitivas y podrían aumentar". Añadió que en Nangarhar el balance no ha cambiado, con 12 muertos y 255 heridos.
"Nuestros equipos de apoyo y médicos de varios ministerios están plenamente implicados en la asistencia a los afectados", aseguró Mujahid.
Naciones Unidas, la Media Luna Roja afgana y el Gobierno talibán se han movilizado este lunes para poner en marcha una operación de rescate masivo.
El ministro del Interior, Khalifa Sirajuddin Haqqani, ha dado instrucciones a los funcionarios locales para que presten asistencia inmediata a las familias afectadas, confirmaron fuentes oficiales.
Detalles del hecho
El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro del seísmo principal, de magnitud 6.0, a 27 kilómetros al este de la provincia de Nangarhar y a una profundidad de ocho kilómetros, lo que suele amplificar el poder de destrucción.
Al temblor inicial, registrado a las 23:47 del domingo hora local (15:17 en Bolivia), le siguieron al menos dos réplicas de magnitud 5.2.
Los equipos de rescate trabajan desde la madrugada para localizar supervivientes entre los escombros, aunque las operaciones se ven dificultadas por los deslizamientos de tierra que han bloqueado carreteras clave en las regiones del este del país.
Las autoridades temen que el balance aumente a medida que se accede a las zonas más remotas.
Afganistán es uno de los países más vulnerables del mundo a los desastres naturales. La precariedad de sus infraestructuras, el frágil sistema sanitario y la falta de apoyo internacional agravan el impacto de catástrofes como la ocurrida anoche en el este del país.
Kunar, donde se concentra la devastación, es una remota provincia fronteriza con Pakistán enclavada en los valles de la cordillera del Hindu Kush, y su población habita mayoritariamente en precarias viviendas de barro y paja, extremadamente vulnerables a los seísmos.
Esta fragilidad estructural, sumada a décadas de conflicto y a la falta de infraestructuras, ha magnificado el impacto de la catástrofe.