Las NNUU consideran que unos 200 niños han muerto de hambre o de enfermedades causadas por el hambre. Otras 58.000 personas han muerto por los bombardeos Israelíes, dos tercios de ellos niños y mujeres.
Brújula Digital|30|07|25|
Niños esqueléticos con ojos hundidos languidecen en camas de hospital o son atendidos por sus padres, quienes contemplan impotentes las costillas y los omóplatos que sobresalen y las extremidades demacradas que parecen palos quebradizos.
Las inquietantes escenas contrastan fuertemente con la abundancia que existe a pocos kilómetros, al otro lado de las fronteras con Israel y Egipto, dijo una crónica del New York Times.
Mohammed Zakaria al-Mutawaq, de unos 18 meses, vive con su madre y su hermano en una tienda de campaña en una playa de Gaza.
La madre de Mohammed, Hedaya al Mutawaq, de 31 años, dijo que el padre del pequeño murió el pasado octubre cuando salió a buscar comida.
“Recorro las calles en busca de comida”, dijo por teléfono, con voz apenas audible. Los comedores de beneficencia en los que confía para ayudar a alimentar a Mohammed y a su hermano, Joud, de 3 años, no siempre pueden ayudar, y pasan hambre. “Como adulta, puedo soportar el hambre”, dijo. “Pero mis hijos no pueden”.
Mohammed, dijo, nació sano. “Lo miro y no puedo evitar llorar”, dijo.
Muchacho en terapia intesiva
Atef Abu Khater, de 17 años, quien gozaba de buena salud antes de que Gaza se viera asolada por la guerra, yace en cuidados intensivos en un hospital del norte del enclave palestino, pues sufre de desnutrición grave.
“No está respondiendo al tratamiento”, dijo su padre, A’eed Abu Khater, de 48 años, quien se ha refugiado en una tienda de campaña en Ciudad de Gaza con su esposa y sus cinco hijos. “Me siento impotente”, añadió en una llamada telefónica, con la voz tensa por el dolor. “Perdimos nuestros ingresos en la guerra. La comida es inasequible. No hay nada”, dijo según la crónica del New York Times.
Los hospitales de Gaza llevan luchando desde el principio de la guerra para hacer frente a la afluencia de palestinos heridos y mutilados por los ataques aéreos israelíes y, más recientemente, por los tiroteos realizados para dispersar a las multitudes desesperadas que se dirigen a los convoyes de alimentos o a los centros de distribución de ayuda.
Ahora, según los médicos del territorio, un número cada vez mayor de sus pacientes sufren –y mueren– de inanición. Las NNUU consideran que unos 200 niños han muerto de hambre o de enfermedades causadas por el hambre. Otras 58.000 personas han muerto por los bombardeos Israelíes, dos tercios de ellos niños y mujeres.
“Ahora no hay nadie en Gaza que esté fuera del alcance de la hambruna, ni siquiera yo mismo”, dijo Ahmed al-Farra, que dirige el servicio de pediatría del Hospital Nasser, en el sur de Gaza. “Les hablo como funcionario de salud, pero yo también busco harina para alimentar a mi familia”.
El Programa Mundial de Alimentos, dependiente de la ONU, dijo esta semana que la crisis de hambre en Gaza había alcanzado “nuevos y asombrosos niveles de desesperación, con un tercio de la población sin comer durante varios días seguidos”.
Al-Farra dijo que el número de niños que morían de desnutrición había aumentado considerablemente en los últimos días. Describió al New York Times escenas desgarradoras de personas que no podían caminar del agotamiento. Dijo que muchos de los niños que atiende no padecen enfermedades preexistentes, y puso el ejemplo de Siwar Barbaq, que nació sano y ahora, a los 11 meses de edad, debería pesar cerca de 9 kilogramos, pero pesa unos 4 kilogramos.
Tras 21 meses del devastador conflicto desencadenado por el mortífero ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, la falta de alimentos y agua disponibles está cobrando un precio alto entre los civiles más vulnerables de Gaza: los niños, los ancianos y los enfermos.
Restricción de alimentos
A lo largo de la guerra, las agencias de la ONU y los grupos de ayuda independientes han acusado a Israel de restringir el ingreso de alimentos a Gaza, advirtiendo de la inminente hambruna para sus más de dos millones de habitantes.
Durante gran parte de ese tiempo, Israel ha dicho que a Gaza llegaban alimentos suficientes, culpando de los problemas a los desvíos de Hamás y a la mala gestión de los grupos de ayuda, recordó el diario estadounidense.
“Nos acostamos con hambre y nos levantamos pensando solo en cómo encontrar comida”, añadió. “No encuentro leche ni pañales”.
Mohammed fue diagnosticado de desnutrición grave por la clínica Amigos del Paciente y el hospital infantil Al-Rantisi, dijo, pero poco podían hacer. En una visita reciente a la clínica, dijo, “me dijeron: ‘Su tratamiento es comida y agua’”.
Yahia al-Najjar tenía 4 meses cuando murió de desnutrición grave el martes en el Hospital Americano de Jan Yunis, en el sur de Gaza, dijo su tía, Safa al-Najjar, de 38 años, en una entrevista.
Yahia nació sin problemas graves de salud, pero su estado no tardó en deteriorarse, dijo.
La familia se ha refugiado en una tienda de campaña hecha con una manta sujeta por cuatro postes. La madre de Yahia, que subsistía con una comida de lentejas o arroz al día, no podía producir leche suficiente para amamantarlo. En el pasado, nunca tuvo problemas para amamantar a sus tres hijos anteriores. La familia no podía permitirse costear leche de fórmula.
En el hospital, los médicos intentaron ayudarle, pero ya estaba en estado crítico y había perdido peso. Dijo que murió poco después.
BD/RPU