Un trágico suceso marcó el festival del Día de Lapu Lapu en Vancouver, Canadá, cuando un vehículo arrolló a una multitud, provocando la muerte de al menos 11 personas.
Brújula Digital|28|04|25|
Un trágico suceso marcó el festival del Día de Lapu Lapu en Vancouver, Canadá, cuando un vehículo arrolló a una multitud, provocando la muerte de al menos 11 personas, incluida una niña de cinco años, y dejando decenas de heridos.
El sospechoso, Kai-Ji Adam Lo, de 30 años, fue arrestado en el lugar por transeúntes y posteriormente formalizado por la policía con ocho cargos de asesinato en segundo grado.
Las autoridades señalaron que ya era conocido por antecedentes relacionados con su salud mental. La policía descartó que el ataque fuera considerado terrorismo.
El jefe interino de la policía de Vancouver, Steve Rai, describió el evento como "el día más oscuro en la historia de la ciudad", según la BBC.
El atropello ocurrió el sábado por la noche en una zona muy concurrida donde se encontraban instalados camiones de comida. Aunque la policía había realizado evaluaciones de seguridad antes del festival, no se detectaron amenazas específicas.
La comunidad filipina de Vancouver, profundamente impactada por el suceso, expresó su dolor a través de vigilias y muestras de solidaridad. RJ Aquino, representante de Filipino BC, indicó que la tragedia causó gran confusión y desesperación entre los miembros de la comunidad, quienes se apresuraban a confirmar el bienestar de sus seres queridos.
Testigos presenciales relataron escenas de horror y pánico cuando un SUV negro atravesó la calle llena de familias y jóvenes disfrutando del festival. El acto de violencia conmocionó a toda la ciudad y generó una ola de condolencias a nivel nacional.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, expresó su profundo pesar y visitó el sitio del atropello para rendir homenaje a las víctimas. Otros líderes políticos, como Pierre Poilievre y Jagmeet Singh, también se pronunciaron, cancelando eventos de campaña en señal de respeto.
La tragedia ha dejado una profunda huella en Vancouver, especialmente en su vibrante comunidad filipina. Las autoridades prometieron revisar las medidas de seguridad para eventos futuros y aseguraron que no olvidarán el sufrimiento causado por esta tragedia.
BD/MS