Un nuevo incendio forestal, conocido como Hughes, ha surgido en el condado de Los Ángeles.
Brújula Digital|Agencias|23|01|25
Un nuevo incendio forestal, conocido como Hughes, ha surgido en el condado de Los Ángeles, obligando a la evacuación de decenas de miles de personas en una región que ya enfrenta los efectos de incendios devastadores.
El fuego se inició el miércoles por la tarde cerca del lago Castaic, a unas 45 millas al noroeste de la ciudad de Los Ángeles, en una zona montañosa próxima a áreas residenciales y escuelas.
En pocas horas, las llamas han arrasado más de 9,400 acres, impulsadas por fuertes vientos y vegetación seca.
Aunque no se han reportado daños en viviendas o negocios, alrededor de 31,000 personas han sido desalojadas, y la autopista interestatal 5, una vía clave que conecta México con Canadá, permanece cerrada, afirma la BBC.
Este incendio se ubica al norte de otros dos grandes siniestros que, a principios de mes, destruyeron vecindarios enteros en la misma región. Adicionalmente, se han registrado nuevos focos de fuego cerca de San Diego y Oceanside, aunque estos han sido parcialmente controlados.
En las zonas afectadas, residentes se han visto rociando agua sobre sus casas y jardines mientras evacúan rápidamente.
Por su parte, aeronaves trabajan arrojando agua y retardantes sobre las llamas, mientras el fuego sigue extendiéndose. Las condiciones climáticas, marcadas por vientos de 20 a 30 mph, han complicado las labores de los equipos de emergencia.
El jefe de bomberos del condado, Anthony Marrone, aseguró a Reuters que, aunque el incendio sigue siendo desafiante, los equipos están logrando avances significativos. Sin embargo, la amenaza persiste debido a la combinación de vientos fuertes y un terreno extremadamente seco.
Se espera lluvia durante el fin de semana, lo que podría ayudar a contener los incendios. No obstante, estas precipitaciones generan preocupación por posibles deslaves e inundaciones en áreas previamente quemadas, ya que los terrenos afectados tienen poca capacidad de absorción.
Ante este panorama, las autoridades están preparando sacos de arena y recursos adicionales para mitigar los riesgos y proteger a las comunidades vulnerables.
BD/MS