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Mundo | 03/01/2025   05:43

Asesinatos y posible crimen de Estado: caso de los 4 niños ecuatorianos conmueve al país

Protestas en Ecuador por la muerte de los cuatro menores/EFE
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Brújula Digital|Agencias|03|01|24|

El anuncio de las autoridades de que los 16 militares acusados de haber detenido a cuatro niños ecuatorianos, que luego fueron asesinados y sus cuerpos carbonizados, no ha cesado la indignación y el asombro de la población. Los militares están con detención preventiva.

Los cuatro menores, todos de raza negra y de entre 11 y 15 años, fueron forzados por los militares a subir a un camión en un barrio pobre de Guayaquil para dejarlos luego en Taura, una zona alejada de la ciudad. Uno de los menores logró hablar con su padre por teléfono y le relató que estaban en esa zona, mientras la madre de uno de los cuatro dijo que una llamada le advirtió que los chicos habían sido desnudados y golpeados por los militares.

Sin embargo, no existe claridad sobre si los militares son los responsables de los asesinatos o si dejaron a los menores en ese lugar a expensas de grupos de crimen organizado. Todavía no existe una hipótesis sobre el móvil de los asesinatos.   

El presidente Daniel Noboa vive de este modo la mayor crisis de su joven gobierno, que debe acudir a las urnas en cinco semanas. Noboa y su ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, han dado mensajes contradictorios sobre la muerte de los muchachos y la inicial negación de que las FFAA estaban involucradas, generó una oleada de críticas de la sociedad. Al conocerse mayores detalles, tuvieron que admitir a regañadientes que los chicos eran inocentes y fueron secuestrados por uniformados.

Una versión del ministro de Defensa de que los cuatro asesinados habían estado involucrados en un robo fue descartada por un video y testimonios de testigos.

Con todo, el ministro de Gobierno de Ecuador, José de la Gasca, dijo el jueves que “no se puede hablar de un crimen de Estado” en el caso. Los chicos estuvieron desaparecidos desde el 8 de diciembre hasta la semana pasada, cuando sus cuerpos fueron hallados, pero debido a que estaban carbonizados, la identificación todavía demoró unos días.

“Las investigaciones están en curso (...). Yo no puedo dar por afirmado que había un operativo, eso se determinará con las pruebas. Lo que sí sé es que en este momento existe ya una formulación de cargos por el delito de desaparición forzosa, no por ejecución extrajudicial. Tampoco se puede hablar de un crimen de Estado o de un crimen de lesa humanidad”, dijo De la Gasca en una rueda de prensa en Guayaquil, intentando defender lo más posible a los militares involucrados.

Según la agencia EFE, el ministro pidió “educarse primero antes de hacer afirmaciones en ese sentido” y entender su repercusión, pues, dijo, hasta el momento el asesinato de los menores “no fue endilgado en la imputación” que se realizó contra los militares.

De todos modos, De la Gasca dijo que el crimen “no puede quedar impune” y que han pedido a la Fiscalía que lo investigue. “Creemos que esos responsables tienen que ser llevados ante la Justicia, pero eso lo dirán las investigaciones”, precisó.

 La desaparición de los hermanos Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años, y sus amigos Saúl Arboleda (15) y Steven Medina (11) ocurrió después de haber jugado fútbol en el barrio Las Malvinas, en el sur de Guayaquil.

En videos, que circularon en redes sociales, se observa cómo un grupo de soldados detienen a los menores cerca de un centro comercial y los embarca en una camioneta contra su voluntad.

Los uniformados, según las primeras versiones, trasladaron a los niños hacia la zona de Taura, a unos 30 kilómetros de Guayaquil, donde se ubica una de las principales bases de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), y en el camino supuestamente los dejaron en libertad.

El 24 de diciembre, una jueza determinó que esta desaparición debe ser investigada como “forzada” y con “responsabilidad del Estado”, tras aceptar un hábeas corpus interpuesto por las familias de los menores, y afirmó que durante la audiencia se presentaron elementos que hacen presumir que los 16 militares que actuaron en la aprehensión “no cumplieron con los protocolos establecidos para estos casos”.

Los menores fueron enterrados el miércoles en un cementerio de Guayaquil, en medio de desoladoras muestras de pesar.

 Apoyo del Gobierno a las Fuerzas Armadas

El ministro De la Gasca informó que no se prevé por el momento ningún cambio en el interior de las Fuerzas Armadas tras este caso y que estas tienen “el respaldo del Gobierno”.

“Lo que puedan haber hecho o no puedan haber hecho ciertos militares no debe ni puede empañar la imagen de las Fuerzas Armadas ni de las fuerzas del orden. No caigamos en ese discurso politiquero”, señaló.

Añadió que el apoyo a las Fuerzas Armadas “es vital” debido al “conflicto armado interno” que está “librando” el país, que fue declarado por el presidente, Daniel Noboa, en enero del año pasado, con el objetivo de luchar contra las bandas del crimen organizado.

“Creemos que existe una campaña, a propósito de las elecciones, promovida por las agendas de impunidad, de las mafias y de los brazos políticos que tienen estas mafias, para tratar de tirar una cortina de humo en contra de las Fuerzas Armadas para provocar que se termine el conflicto armado interno y volver a la situación de desgobierno y de narcoestado que ya se proyectaba antes”, afirmó.

BD/RPU





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