Aunque se trata de un avance significativo, el pacto enfrenta resistencias tanto en Europa como en América del Sur.
Brújula Digital|Agencias|06|12|24
Tras 25 años de negociaciones, la Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur lograron un acuerdo preliminar de libre comercio, anunciado el viernes en Montevideo.
Aunque se trata de un avance significativo, el pacto enfrenta resistencias tanto en Europa como en América del Sur, lo que podría complicar su implementación.
Durante la conferencia de prensa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó la relevancia política y económica del acuerdo en un contexto global de creciente proteccionismo.
“Este tratado no es solo una oportunidad económica, es una necesidad política”, afirmó. Sin embargo, admitió que persisten vientos contrarios hacia el aislamiento y la fragmentación.
El tratado tiene como objetivo diversificar el comercio de la UE, reduciendo su dependencia de China y mitigando los posibles impactos de las tarifas anunciadas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
No obstante, el camino hacia su ratificación será largo, ya que debe ser legalizado, traducido y aprobado por los estados miembros de la UE y el Parlamento Europeo, afirma Reuters.
Francia, en particular, ha expresado una fuerte oposición, calificando el acuerdo como “inaceptable” debido a preocupaciones ambientales y agrícolas.
El texto del acuerdo incluye actualizaciones respecto a una versión previa de 2019, como cambios en compras públicas, comercio de automóviles y exportaciones de minerales estratégicos.
Además, incorpora un anexo ambiental para abordar las inquietudes sudamericanas sobre posibles prácticas proteccionistas por parte de la UE.
Aunque países como Alemania y España consideran el pacto vital para fortalecer el comercio y acceder a recursos clave para la transición verde, agricultores europeos y grupos ambientalistas temen que el acuerdo facilite importaciones de productos sudamericanos que no cumplen con los estándares europeos.
Por su parte, líderes sudamericanos como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el paraguayo Santiago Peña reconocieron el avance, pero subrayaron que aún queda un largo camino por recorrer.
Si bien el acuerdo representa un paso importante para ambas regiones, su futuro dependerá de lograr consenso frente a las divisiones internas y las preocupaciones sobre su impacto económico, social y ambiental.
BD/MS