Se dio así una resolución inesperadamente rápida para un caso que los fiscales calificaron como una de las traiciones más descaradas en la historia del servicio exterior de EEUU, informaron medios de ese país.
Manuel Rocha/Archivo EFE
Brújula Digital|Agencias|29|02|24|
En una audiencia judicial, y encadenado de pies y manos, el exembajador de EEUU en Bolivia, Manuel Rocha, se declaró culpable de haber espiado a favor del Gobierno cubano durante varias décadas.
Se dio así una resolución inesperadamente rápida para un caso que los fiscales calificaron como una de las traiciones más descaradas en la historia del servicio exterior de EEUU, informaron medios de ese país.
La sorprendente caída en desgracia de Manuel Rocha podría culminar en una larga pena de prisión después de que el exdiplomático de 73 años dijera que admitiría los cargos de conspirar para actuar como agente de un Gobierno extranjero.
Los fiscales y el abogado de Rocha indicaron que el acuerdo de culpabilidad incluye una “sentencia acordada”, pero no revelaron los detalles de la misma. Probablemente sea sentenciado el 12 de abril.
La breve audiencia ante la jueza Beth Bloom no arrojó más detalles sobre qué hizo exactamente Rocha para ayudar a Cuba mientras trabajaba en el Departamento de Estado.
Su carrera después de haber sido diplomático incluyó ser asesor especial del comandante del Comando Sur de EEUU y, más recientemente, partidario de Donald Trump y de la línea dura con Cuba, una fachada que Rocha adoptó para ocultar sus verdaderas lealtades.
Peter Lapp, quien supervisó la contrainteligencia del FBI contra Cuba entre 1998 y 2005, dijo que la rápida resolución del caso beneficia no solo a Rocha sino también al Gobierno, que tiene mucho que aprender sobre la penetración de Cuba en los círculos de política exterior de EEUU.
El exembajador, recordado por haber pedido a los bolivianos no votar por Evo Morales en 2002, fue detenido en Miami en diciembre pasado. La detención se dio tras una larga investigación de contrainteligencia conducida por el FBI.
La carrera diplomática de 25 años de Rocha se desarrolló bajo administraciones tanto demócratas como republicanas, en su mayor parte en América Latina. Sus asignaciones diplomáticas incluyeron un período en la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba y luego fue embajador en Bolivia.
Como embajador en Bolivia realizó declaraciones que interferían en la política local. Su opinión más polémica fue realizada en el Chapare, antes de las elecciones de 2002, cuando dijo: “Quiero recordar al electorado boliviano que si votan por aquellos que quieren que Bolivia vuelva a exportar cocaína, eso pondrá seriamente en peligro cualquier ayuda futura a Bolivia por parte de Estados Unidos”. Ello ayudó a Morales, que logró un imprevisto segundo lugar en esos comicios (y ganó la presidencia en los de 2005).
Morales dijo varias veces que Rocha merecía ser declarado “su jefe de campaña”, porque su declaración le ayudó a aumentar su respaldo en las urnas.
BD/RPU