Lisboa |EFE| 16|02|24|
Varias decenas de personas se concentraron este viernes
frente a la Embajada de Rusia en Lisboa para homenajear al líder opositor
Alexéi Navalni y manifestar que no cejarán en su oposición al presidente ruso,
Vladímir Putin.
Los participantes improvisaron un altar en memoria de Navalni
a unos 300 metros de la Embajada de Rusia, junto a unas vallas colocadas por la
Policía para que no se acercasen más.
Allí depositaron flores, velas, globos y mensajes para
Navalni, así como fotos del opositor fallecido y carteles que apuntaban
directamente al presidente ruso como responsable de su muerte.
"Putin es el asesino", aseguraba un cartel colocado
en medio del altar, rodeado por asistentes sobre todo de nacionalidad rusa.
Varios manifestantes también señalaron que seguirán con su
oposición a Putin, con carteles como "Alexéi, no nos rendiremos".
"He escuchado a muchos decir que con Navalni ha muerto
la esperanza. No creo que los rusos debamos pensar así sobre su muerte, creo
que debemos continuar haciendo lo que intentamos hacer y que su muerte no sea
en vano", dijo a EFE Ekaterina, una joven rusa presente en la
concentración.
Ekaterina refirió que los últimos dos años fueron "muy
duros" debido a la guerra y que hoy, por primera vez, se sintió no sólo
"triste" y "preocupada" sino también "enfadada".
La mayor parte de los asistentes eran rusos, aunque también
hubo participantes de otras nacionalidades, entre ellos portugueses.
"No podíamos quedarnos en casa y al menos teníamos que
mostrar respeto por esta persona porque es un verdadero héroe", manifestó.
En la concentración también hubo personas de otras
nacionalidades, como el portugués Pedro, que aseguró estar en "shock"
por la muerte de Navalni y consideró que la comunidad internacional debería
aumentar las sanciones a Rusia.
"Tienen que saber que sus acciones tienen
consecuencias", pidió.
El líder opositor ruso murió este viernes de manera repentina
en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre pasado, según
informaron los servicios penitenciarios de Rusia.
Navalni, que regresó a su país natal en 2021 tras ser
envenenado el año anterior, según sus aliados, por el Servicio Federal de
Seguridad, cumplía casi 30 años de cárcel por diversos delitos.