Varias empresas israelíes han anunciado su intención de cerrar ese día, ante la convocatoria a masivas manifestaciones en todo el país contra la polémica reforma judicial, mientras se intensifican los llamamientos para llamar a otra huelga general.
Jerusalén / Agencias
Tel Aviv, centro neurálgico de los negocios en Israel, fue testigo el sábado de la mayor protesta antigubernamental en semanas contra la renovada presión de la coalición de extrema derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu para revisar el sistema judicial, mientras el país se prepara para una gran movilización este martes.
Varias empresas israelíes han anunciado su intención de cerrar ese día, ante la convocatoria a masivas manifestaciones en todo el país contra la polémica reforma judicial, mientras se intensifican los llamamientos para llamar a otra huelga general.
Netanyahu ha alertado sobre las consecuencias de lo que él llamada “desobediencia civil”.
El sábado, decenas de miles de personas se manifestaron en todo el país, y la concentración de Tel Aviv atrajo a una multitud mucho mayor que las protestas recientes, informaron los canales de noticias N12 News y Canal 13, según versión de VOA.
Las manifestaciones en todo el país comenzaron en enero, cuando el gobierno anunció un plan para reformar el poder judicial con un paquete legislativo que reduciría algunos poderes del Tribunal Supremo y daría a la coalición una influencia decisiva en la designación de los jueces.
Las protestas amainaron un poco a partir de finales de marzo, cuando Netanyahu, presionado dentro y fuera del país, suspendió el plan de conversaciones de compromiso con los partidos de la oposición para alcanzar un acuerdo sobre las reformas de la justicia. El mes pasado, Netanyahu consideró que las conversaciones eran inútiles y volvió a insistir con el tema.
Se espera que el Parlamento celebre la próxima semana la primera de las tres votaciones sobre el primer nuevo proyecto de ley, que limita parte del poder del Tribunal Supremo para fallar en contra de las decisiones del gobierno, los ministros y los cargos electos.
Ello ha motivado nuevamente la organización de protestas, que empezarán este martes con lo que se cree será una gran movilización. Varias empresas han anunciado que cerrarán ese día.
La empresa israelí BIG, una cadena de centros comerciales,
anunció hoy que no abrirá en ninguno de sus establecimientos; mientras, decenas
de firmas del sector de la alta tecnología han dado ese día libre a sus
trabajadores para que puedan acudir a las manifestaciones en una nueva “jornada
de la ira”, según el movimiento de protestas.
“El pueblo de Israel no quiere una dictadura, y no quiere una legislación
dictatorial y peligrosa que colapsará la economía, dañará la seguridad y
destrozará al pueblo”, afirmaron hoy los líderes de las protestas sobre esta
nueva convocatoria “como nunca se ha visto antes en Israel”.
Está previsto que la Knéset (Parlamento), donde el Gobierno derechista de
Netanyahu tiene una amplia mayoría, apruebe el lunes, en una primera lectura de
tres, el proyecto de ley que anula la doctrina de la razonabilidad, que permite
al Supremo revocar una decisión gubernamental en base a si esta es razonable o
no; uno de los pilares de la reforma judicial que busca socavar la
independencia de la Justicia.
“Esta legislación es otro paso para la dictadura y un golpe fatal para la
certidumbre económica en Israel. Pondrá en peligro nuestra existencia como
empresa líder en Israel. Cuando el país está temblando y desgarrado desde
adentro, no podemos quedarnos al margen”, afirmó BIG en un comunicado.
Por su parte, una decena de empresas del pujante sector tecnológico -que
también irá a la huelga el martes- aplaudió la decisión de BIG, se comprometió
a comprar sus suministros en tiendas del grupo, y animó a más grandes empresas
a “mostrar coraje” y seguir los pasos de esa firma.
Junto con las empresas tecnológicas y BIG, más de cien miembros del personal
académico y estudiantes de la Universidad Hebrea de Jerusalén declararon su
apoyo a las protestas en una carta abierta publicada el domingo; mientras que
el líder de la oposición, Yair Lapid, instó al mayor sindicato de Israel,
Histadrut, a declarar una huelga general.
“Tiene que ser parte de las protestas. Los derechos de los trabajadores se
verán perjudicados”, afirmó Lapid en una entrevista a la radio oficial del
Ejército.
A finales de marzo, cuando las calles se incendiaron porque Netanyahu cesó al
ministro de Defensa, Yoav Gallant, por pedir abiertamente frenar la reforma
judicial, Histadrut convocó una huelga general que obligó al primer
ministro a congelar la tramitación de esa legislación y abrir un diálogo con la
oposición, que se rompió el mes pasado, cuando el Gobierno expresó su intención
de avanzar unilateralmente con el plan.
Las manifestaciones del martes comenzarán con cortes de carreteras y autopistas
en todo el país, con la idea de provocar disturbios e interrupciones; seguirán
en el aeropuerto internacional Ben Gurion, y culminarán frente a la residencia
oficial del primer ministro en Jerusalén y en la avenida Kaplan de Tel Aviv,
epicentro de las protestas que se han celebrado ininterrumpidamente durante 27
semanas consecutivas y se han revitalizado esta última.
“Si el Gobierno no se detiene, todo el país se detendrá”, afirmaron hoy estos
grupos, que congregaron este sábado a más de 180.000 personas en Tel Aviv y
otros cientos de miles en el resto del país.
BD / RED