El cooperativismo boliviano promueve la economía de las familias bolivianas, está fortalecido y se enfrenta a los desafíos propios de este siglo. El IPDRS presentará el libro de investigación el 11 de septiembre, en La Paz y el 12, en Cochabamba.
Brújula Digital |11|09|25|
El Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), junto a We Effect, presenta el libro Cooperativismo en el Bicentenario de Bolivia, una investigación colaborativa junto a más de 10 investigadores, especialistas y allegados a los diferentes sectores más estratégicos del movimiento cooperativo en la economía boliviana.
El cooperativismo en Bolivia promueve el desarrollo económico de diversos sectores de la población. Si bien esta forma de asociación y generación de ingresos se enfrenta a desafíos, la experiencia ha permitido a diferentes sectores del área urbana y rural responder a varias necesidades y ha promovido formas de generación económica que han apoyado a una amplia diversidad de familias y comunidades.
La investigación, coincide con dos hechos de importancia. En el entorno internacional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó a 2025, como el Año Internacional de las Cooperativas con el propósito de destacar su papel decisivo en el desarrollo sostenible, la inclusión social y la erradicación de la pobreza. Y como es sabido, Bolivia celebra, este año, su bicentenario de fundación como nación independiente de la colonia.
Esta conjunción de hechos inspiró la investigación de IPDRS, ya que la celebración boliviana representa una plataforma simbólica y estratégica para reivindicar el cooperativismo, como modelo de transformación democrática y económica, y también, representa una oportunidad para reflexionar y aportar al debate nacional sobre el estado de situación de este sector en el país.
Dicha publicación cuenta con el financiamiento y apoyo de We Effect, una organización no gubernamental (ONG) internacional de Suecia que promueve el movimiento cooperativo como una herramienta para la justicia social, a través de cooperativas que generan modelos de vivienda, cooperativas rurales y el fortalecimiento de organizaciones campesinas e indígenas.
En Bolivia, We Effect considera que el cooperativismo es una forma organizativa, rural y urbana, que aporta a la seguridad alimentaria, el derecho a la vivienda, la producción de políticas públicas, y la participación de las mujeres, entre otras prioridades para el país.
Década de 1980
Si bien el movimiento cooperativista en Bolivia, suma décadas de existencia, en la década de 1980, tras el ajuste económico para superar la hiperinflación de esos años, tuvo un crecimiento notorio y esta forma de organización económica se ha dispersado (áreas de trabajo) y se ha fortalecido, con ciertas dificultades. No obstante, es innegable el aporte económico de este tipo de organización cooperativa de producción y servicios.
En el siglo XXI las cooperativas enfrentan desafíos y oportunidades. El contexto social y político del país, reconocimiento de la plurinacionalidad, y tecnologización de varios servicios, crisis organizativa que se vive tras el ascenso –y descenso– de diversos sectores populares, son algunos de los aspectos que forman el ecosistema de las cooperativas.
Razón por la que la investigación del IPDRS intenta reflejar la diversidad de las cooperativistas, su presencia en el país y sus fortalezas y limitaciones.
Categorías
El IPDRS dividió su investigación en cuatro grandes bloques: consideraciones generales del cooperativismo, remarcando su historia y marco normativo jurídico; cooperativismo productivo que incluye al ámbito agropecuario y minero; de servicios, con transporte, vivienda, ahorro y crédito; y de servicios públicos, con agua, electricidad y telecomunicaciones.
De una u otra manera, estas cooperativas mejoraron la calidad de vida de las familias y de las comunidades. Un ejemplo conocido es el de la cooperativa El Ceibo, acopiadora y transformadora de chocolate, organización que permitió a los productores del norte de La Paz alcanzar niveles de excelencia en el manejo del grano. Estas familias aprendieron nuevas técnicas de manejo de su producto y, a la par, consiguieron completar la cadena productiva con la transformación, la comercialización e incluso la exportación del grano, demandado por millones de consumidores.
En otro espacio del ecosistema cooperativista, la polémica no está exenta. Quizás, el sector más cuestionado y observado por el resto de la ciudadanía boliviana es el minero. En especial aquel dedicado a la explotación aurífera en las cuencas acuíferas de los bosques y, en varios casos, las áreas protegidas que albergan espacios geográficos importantes para el equilibrio ecológico nacional.
Al respecto, la investigación del Instituto reflexiona sobre esta diversidad de impactos ambientales derivados de la explotación minera cooperativizada. Por ejemplo, la afectación a territorios indígenas y campesinos; la conflictividad por la disputa de concesiones y la búsqueda de la ampliación de la frontera extractiva, como se mencionó, en cabeceras de cuenca e incluso áreas protegidas. Circunstancias que, durante el trabajo de recolección de información, impidieron la búsqueda de testimonios de primera mano de los propios cooperativistas.
En todo caso, los responsables de la obra confirmaron que la pobreza, marginalidad o violencia son el resultado de un conglomerado de minería ilegal amparado por el sistema cooperativizado que ha logrado expandirse gracias a la debilidad institucional y la presión de un sector que, en las últimas décadas, ha ganado fuerza numérica y política. Muchas de las cooperativas tienen permiso para prospección y exploración, pero no para la explotación; sin embargo, en general las auríferas, pasan por encima de estas prohibiciones atraídas por los altos precios del oro en el mercado internacional, se lee en la publicación del IPDRS.
La investigación presenta una variedad de información novedosa que ha sido elaborada por un conjunto de investigadores especializados en el área rural, las zonas periurbanas y la generación de información de interés para este sector y el resto del país.
La publicación se realizó bajo la coordinación de: Oscar Bazoberry Chali, Nuris Poma Catacora y Ruth Bautista Durán.
Los estudios de caso de cada área cooperativa fueron realizados por: Miguel Ángel Peñaranda, David Cahuana Mollo, Elizabeth López Canelas, Luis Alemán Vargas. La lista también incluye a: Erika Incata Bedoya, Gualberto Rodríguez Gandarillas, Guillermo Sánchez Velasco, Karen Mercado Andia y Bernardo Vargas Rivera.
BD/RED
(*) Una investigación colaborativa del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica y We Effect