El secretario ejecutivo de Federación Departamental de Panificadores Artesanales de La Paz, Dandy Mallea, lamenta que su sector no reciba los productos subvencionados.
EFE|09|07|25|
La crisis que sufre Bolivia, marcada por la falta de dólares y el desabastecimiento de combustibles, golpea también a los panificadores artesanales, afectados por el encarecimiento de insumos como la harina, lo que ha impactado en la elaboración y venta de la marraqueta, un pan tradicional de La Paz.
El secretario ejecutivo de Federación Departamental de Panificadores Artesanales de La Paz, Dandy Mallea, dijo este martes que: "No estamos recibiendo la subvención del Estado (...) La harina que compramos en el comercio está a 500 bolivianos el quintal y con la subvención compramos a 115 bolivianos, hay una brecha muy grande".
Mallea, cuya federación no recibe los productos subvencionados ya que no se especializa en pan de batalla, explicó que otros insumos como la manteca y el azúcar también subieron de precio al menos en un 15% y justificó que con esos precios difícilmente" podrán sostener el valor oficial de 0,50 centavos de boliviano por cada pieza de pan.
El dirigente reconoció que en algunas zonas de La Paz se venden dos unidades del pan de batalla, en 1,50 bolivianos.
"No queremos afectar los bolsillos de la población, sabemos que en este momento está pasando por una crisis muy fuerte y nosotros de alguna manera compartimos esa situación, pero el incremento de la harina en el mercado es demasiado fuerte, por tanto pedimos comprensión", pidió Mallea.
Además, denunció que hay otros sectores de panificadores que sí reciben la subvención porque, según él, "hacen buena letra con el Gobierno", por lo que afirmó que su sector y otros afectados presentarán en pocos días un recurso constitucional para obtenerla.
Mallea hizo estas declaraciones el martes tras inaugurar la “Feria de la marraqueta”, una iniciativa promovida por la Alcaldía de La Paz para conmemorar el día dedicado a ese emblemático pan.
Desde el año pasado, la Alcaldía paceña estableció que cada primer sábado de julio se hará un homenaje a la marraqueta con actividades y ferias para la población.
Aunque la feria estaba dedicada a la marraqueta, en los diferentes puestos de venta escaseaba ese pan, aunque sí se ofrecieron otros pasteles y panes dulces.
En los últimos meses ha habido quejas de la población porque es cada vez más difícil conseguir marraqueta o porque su tamaño disminuyó, lo que los panaderos atribuyen a la crisis.
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