Brújula Digital|01|03|25
Rolando Kempff Bacigalupo
Bolivia se encuentra en una crisis profunda que afecta a todos los sectores de la sociedad. La inestabilidad política, la corrupción, la pobreza y la desigualdad son solo algunos de los problemas que enfrenta el país. Sin embargo, hay soluciones que pueden ser instrumentadas para llevar a Bolivia hacia un futuro más próspero.
Recordemos que 2024 terminó con un alto déficit, elevada inflación, dificultades en atender la demanda de combustible y escasez de dólares.
Como los empresarios hemos remarcado en varias oportunidades, para el Banco Mundial, luego de muchos años de políticas expansivas, exportaciones declinantes de gas y los efectos de la pandemia, asegurar una senda de crecimiento inclusivo y sostenible requiere abordar importantes desafíos estructurales para consolidar la estabilidad, promover el desarrollo del sector privado y proteger a los más vulnerables.
Es necesario reiterarlo: nuestros problemas empezaron a mediados de la década pasada, cuando bajó la producción de gas natural y sus exportaciones, pero no así los gastos de Gobierno que, desde ese entonces, se financiaban con deuda pública.
Cuando empezó la caída de las exportaciones del gas, en 2014, y como no se bajaron los gastos del gobierno, el gasto público siguió creciendo con deuda externa y crédito interno.
Hace poco se informó que el FMI estima, al 2024, una deuda pública boliviana de 43.173 millones de dólares, equivalente al 86,7% del PIB nominal. La deuda externa representó el 26,8% y la deuda interna el 59,9% del PIB.
La población boliviana lo siente, y los empresarios y analistas lo remarcan siempre que pueden: la economía de Bolivia enfrenta problemas como la inflación, la escasez de divisas, el déficit fiscal, la ineficiencia del gasto público, y la continuidad de los subsidios.
Esta realidad demanda diversificar la economía, ajustar los desequilibrios macroeconómicos, incentivar la innovación y el emprendimiento, garantizar el capital privado para incentivar nuevas inversiones, eliminar las subvenciones y promover las exportaciones.
Los bolivianos estamos muy preocupados por la economía nacional. Un informe de la encuesta realizada por Ipsos Ciesmori, presentado en la primera quincena del mes pasado, remarca que el pesimismo de los bolivianos sobre la economía es muy alto. Hay mucha preocupación por el incremento de precios.
Es por eso, que en la opinión de la población podemos señalar que una encuesta aplicada en 26 países por Ipsos Ciesmori, al segundo trimestre del 2024, mostró que el 90% de los bolivianos -nueve de cada 10 bolivianos- cree que el país va por mal camino, muy lejos de la media global que se ubica en 62%, registrando una caída de ocho puntos respecto al primer trimestre del año.
En octubre del mismo 2024, la percepción negativa sobre la economía, la desconfianza en las instituciones públicas y la preocupación por la inflación y el desempleo dominan el sentimiento general de los bolivianos, según la encuesta del Monitor de Opinión Pública (MOP) de Ipsos Ciesmori. Por ejemplo, un 94% de la población cree que “las cosas en el país van en dirección incorrecta”.
En ese contexto, el estudio realizado en La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba durante el tercer trimestre de 2024, refleja una profunda insatisfacción en varios aspectos sociales, políticos y económicos que afectan al país.
Finalmente, la segunda quincena del mes pasado, un estudio Delphi, de la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung, reveló que al 88% de los encuestados le preocupa el aumento de precios de los alimentos y bienes básicos. Los entrevistados debían escoger dos opciones de 10 problemas planteados. La pregunta era: De los siguientes problemas, ¿cuáles considera que afectan más a las familias en el país?
Otro problema que preocupa a los entrevistados es la reducción de sus ingresos, con el 27,1%, luego están el desempleo o empleo precario (27,1%), la falta de dólares (20,3%) y la escasez de combustibles (15,8%).
El gobierno nacional debe reconocer los problemas y desafíos para sentar las bases de lo que deberá hacer el nuevo gobierno que se elegirá en agosto próximo. Esta gestión que se celebra el Bicentenario de Bolivia, es por eso que los empresarios consideramos que debemos trabajar conjuntamente con el sector público, trabajadores y la población civil en la instrumentación de distintas alternativas para el progreso y estabilidad de nuestro país.
Rolando Kempff es economista de la UMSA, PhD en relaciones internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina; es presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).